CAPITULO 0
“EL CADAVER DE LA NOVIA” (VIII)
"El Fin...?"
"El Fin...?"
Nada
puede ser perfecto en este mundo, y un golpe de suerte no siempre significa que
todo saldría perfectamente, el que encontráramos un vehiculo en la salida de la
facultad, descapotado, y con las llaves dentro del mismo no significaba que
podríamos salir de la ciudad de manera tan fácil…
En
el momento no nos pusimos a pensar, porque tantos estudiantes por ahí queriendo
correr y huir no habían tomado ese vehiculo para correr y escapar de la ciudad,
cosa que luego nos enteraríamos poco a poco, de las peores maneras posibles…
Por
donde empiezo entre los eventos desastrosos que continuaron luego de iniciar
esa huida descabellada… Bueno, primero que nada el vehiculo encendió y logramos
avanzar un poco, pero a menos de 1 cuadra comenzó a fallar, observando como el
tanque de combustible estaba vacío… Empezamos a empujar el vehiculo para
intentar llevarlo hasta la gasolinera, así fuera poco a poco, y “en silencio”
ya que al no estar encendido el motor, no llamábamos tanto la atención de Ellos.
Sin
embargo eso fue un esfuerzo agotador, gracias a Dios la mayoría del pueblo es
plano, y las pocas colinas que existían eran muy pequeñas y eran leves
inclinaciones estuvieron a nuestro favor en camino a la gasolinera… Desde esta
nueva perspectiva de lo que acontecía en la ciudad, pudimos ver más claramente la
razón por la que la ciudad estaba tan desolada.
Las
personas que creíamos eran borrachos, ahora si los veíamos como esas criaturas
caminando en búsqueda de victimas, de alimento, de algún incauto que estuviera
por las calles, o de alguna persona que pasara por el pueblo al azar como
nosotros sin conocer lo que ocurría. Pudimos observar ventanas rojas y no
creíamos que fuera por pintura específicamente, pudimos observar las sombras de
“personas” caminando dentro de algunos edificios, que solo sabíamos que no eran
personas cuando la sombra le faltaba un brazo, o tenían la silueta de la cabeza
como si el cuello les guindara o algo peor…
Logramos
llegar a la gasolinera, y algunas de esas cosas estaban cerca, un cuerpo estaba
“sentado” en uno de los lados de las bombas que suministran combustible por lo
que decidimos mejor utilizar el otro que estaba al lado y no ese
específicamente… Nos bajamos del vehiculo los 3 y ya habíamos hablado de un
plan, Aníbal entraría al local de nuevo a ver si la persona que había escuchado
temprano aún se encontraba en el lugar, y podía ayudarnos o necesitaba ayuda
que pudiéramos brindar, Santiago sacó las llaves del motor, y se fue a la
maleta a verificar si encontraba algo de utilidad, como una llave de tuercas,
una pata de cabra, una llave de cruz o cualquier cosa que nos sirviera de arma
al quedar inservibles los palos de madera que destruimos con las criaturas que
tuvimos que eliminar en el camino.
Mientras
yo me encargue de ir llenando el tanque del vehiculo y vigilaba la distancia de
las criaturas que se nos acercaban lentamente, gruñendo y con los brazos en
alto, no tengo manera de describir los sentimientos de esos primeros días,
cuando no sabíamos lo que ocurría, cuando ahorita nadie me cree aún sobre mi
experiencia. Es una combinación entre asco, miedo, terror, furia y el sabor de
la bilis con cada atrocidad ambulante que observábamos en las calles.
No
sabría decir si el peor momento de este viaje fue en el edificio de
estudiantes, o aquí en la gasolinera… Pero nuevamente solo pude quedarme como
un espectador al ver como las cosas iban de mal en peor a cada instante.
Escuchamos un forcejeo y muchas cosas rompiéndose dentro de la estación donde
había ido Aníbal y temíamos lo peor por él, Santiago que ya había destrabado la
puerta del maletero se distrajo con los sonidos que escuchábamos y volteó hacia
el local, al igual que yo.
No
logré ver como pasó, fue demasiado rápido, demasiado corto el tiempo que
tuvimos para reaccionar, pero lo siguiente que recuerdo escuchar, aparte de los
destrozos y los gritos de rabia y furia que salían del local fue un grito de
dolor desgarrador de Santiago, que había sido mordido por una de esas cosas que
estaba en el maletero del carro.
Cuando
Santiago se distrajo, para voltear a ver al local, por lo que escuchábamos
abandonó la atención del maletero y no llego a verlo, era un chico, joven,
estaba vestido completamente de negro o por lo menos el torso del cuerpo, tenía
un pasa montañas también negro, y parecía que tenía días descomponiéndose ahí detrás.
No había hecho ruido alguno porque tenía la garganta destruida, y parecía como
si le habían arrancado los brazos y las piernas moviéndose como un gusano y
alcanzando a Santiago más por suerte que por haberlo alcanzado realmente…
A
veces me pregunto si teniendo brazos hubiera intentado de tomar a Santiago
primero con sus manos dándole alguna oportunidad de defensa, oportunidad que no
tuvo al recibir directamente el mordisco en vez de un agarre o algo.
Las
palabras no salían de mi garganta, estaba petrificado, ¿Que hacer en un momento así?, ¿Salir corriendo al local a
ver como estaba Aníbal?, ¿Ayudar a Santiago que lo tenía ahí a mi lado?, ¿O
continuar con la tarea que se me había designado de llenar el tanque y vigilar
que las demás criaturas no se nos montaran encima?... Quería moverme, sentía el
impulso de hacer algo, pero qué podía hacer si nunca había estado en algo así…
Sin
ningún tipo de advertencia, y sumamente silencioso o tal vez por mis nervios no
escuche ni lo noté en su momento, una de esas criaturas me tomo con sus manos
fuertes por mi tobillo derecho, grité como un cochinillo al momento de ir al
matadero, lo admito, parecía mas el grito de una mujer que de la garganta de un
verdadero hombre, no lo note venir, era el hombre corpulento que estaba sentado
del otro lado de la bomba donde yo estaba llenando el combustible, y al que le
faltaban las piernas.
Cuando
me fui a echar hacia atrás, no me soltó en ningún momento, lo que me hizo
perder el equilibrio y caer hacia atrás mientras me sujetaba, y con su fuerte
agarre lo vi impulsarse de mi pierna jalándome para morderme, pegue otro grito
aterrado de lo que podía ocurrir, volteo a ver a Santiago que estaba detrás del
vehiculo, y logro verlo cerrar con mucha fuerza la maleta, varias veces con un
grito de furia y su rostro se había transformado, nunca lo había visto tan
molesto, las venas de su cuello habían salido y se mostraban con completa
claridad, mientras la cabeza de la criatura que estaba en la maleta caía a sus
pies, sin cuello ni cuerpo cortado con tantos golpes que había recibido en su
cuello…
Sentí
otro jalón de mi pierna y al voltear a verlo, su mandíbula estaba abierta lo
máximo que podía abrirlo aquel ser, su saliva lentamente caía a mi pantalón, su
rostro y su boca se acercaba con una lentitud a mi pierna que destruía mis
nervios, o así me pareció, un nuevo grito salió de mi garganta con una fuerte
negación, mis ojos se cerraron mientras mi cabeza alzó hacia el cielo la
plegaria... NOOOOOO!!!!!
Y
lo siguiente que escuche fue la carne desgarrándose, un sonido seco que
traspasaba carne, músculos y huesos, las lagrimas corrieron de mis ojos, y me
orine encima de la ropa, ya no me quedaba nada de dignidad, ya no tenía nada
que hacer, me convertiría en uno de ellos como David, y moriría en este pueblo
perdido donde había venido a buscar a mi novia.
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