miércoles, 25 de abril de 2012

Capitulo 6 "Dias de guerra" IX "Día 3: Un Rayo De Esperanza…”

IX

“Día 3: Un Rayo De Esperanza…”



Desde una de las ventanas del segundo piso, uno de los soldados había logrado observar a duras penas, movimiento en el punto ciego entre el edificio y la calle. Le parecía haber visto una sombra moverse y no estaba seguro de que fuera realmente uno de los Licans acercándose al edificio. Pero unos segundos después, un rayo cruzó el cielo, iluminando la calle y el área donde se había movido la sombra, permitiendo vislumbrar la forma de aquella criatura entre las sombras.



Realizó la seña a su espalda, informando que tenía una de las criaturas a menos de 5 metros del edificio de la B.O. buscando una mejor posición para no fallar el disparo. En tanta oscuridad no podía observar bien al Lican, pero mientras lo vigilara podía esperar el siguiente rayo en los cielos para dispararle, y eliminarlo antes de que éste pudiera hacer más daño.



Uno de sus compañeros a su espalda, rompió el silencio de radio, informando que tenían a uno de los Licans a pocos metros de alcance, y antes que terminara de alcanzar la entrada buscarían eliminarlo. No había terminado de dar su informe, cuando un nuevo rayo cruzó los cielos; Pero el Lican no se encontraba en el mismo lugar de hace un minuto esperando el disparo de su muerte.



El soldado que le iba a disparar retrocedió un paso, apuntando a la ventana esperando verlo intentar de entrar, mientras señalaba con la mano izquierda a los demás que retrocedieran, que el perímetro había sido roto al parecer, para que informaran que subirían, y que más arriba tienen que estar pendientes de las ventanas.



Un segundo paso a su espalda, sintió a su compañero a su izquierda y se detuvo, se colocó sobre la rodilla derecha, apuntando y esperando cualquier movimiento en falso por las ventanas que daban a aquella calle, para soltar una ráfaga de plomo y que sabía sería la “señal” de que todo el infierno volvería a comenzar en ese instante.



Esperaba que su compañero comenzara a retroceder, cada uno le cubría la espalda al otro, pero en vez de ocurrir eso, sintió un fétido aliento caliente que le golpeaba en el cuello, y escuchó alguna especie de líquido espeso rebotar contra el suelo a su lado. Sus sentidos estaban agudizados, y sabía que el que estaba a su lado no era su compañero exactamente.



Internamente se disputaba entre voltear y responder inmediatamente con fuego, o quedarse quieto y esperar lo mejor de Dios o de sus compañeros que debían estar más atrás sin poder ver la escena a menos que algún rayo cruzara el cielo y alumbrara el interior del piso. Un líquido caliente le chorreaba por la pierna entre los pantalones, y sentía como estaba a punto de aflojar todas las tripas, al tiempo que el aire salía lentamente de sus pulmones en una exhalación lenta, mientras contenía el llanto y las lágrimas en sus ojos.



Solo habían pasado acaso unos 3 o 5 segundos que habían parecido una eternidad, y como si de una foto desde los cielos se tratara, la luz azul y blanquecina de los cielos había iluminado la habitación, permitiendo a los que estaban junto a la puerta esperándolo pudieran observar toda la escena. Las siluetas se dibujaron perfectamente y la baba de la criatura parecía salir de su boca saboreando el olor de su plato recién servido, y listo para comenzar a comerse.



Sin darles mucho tiempo de reaccionar para apuntar y disparar, el Lican tomó al soldado del cuello, tumbándolo lateralmente y dando un brinco detrás de un escritorio, mientras las balas, desperdiciada en el aire en la estela de sangre que dejaba el soldado que viajaba en las mandíbulas del Lican, se perdían contra el horizonte, y el edificio al final de la calle principal, donde se había peleado una cruenta batalla horas atrás.



Los soldados que continuaban en la puerta, terminaron de retroceder, no se escuchó más que el sonido gutural del soldado intentando de respirar, mientras se ahogaba en su propia sangre, mientras estos arrojaban granadas al interior de la habitación para darle una muerte rápida junto a su asesino.



Despejando la entrada que habían cerrado, se escuchó la explosión en su interior, y el estruendo del choque de algo contra la puerta los hizo comenzar a caminar. En las otras habitaciones salían otros grupos que también vigilaban las calles que rodeaban el edificio, y que no llegara tan fácil aquellas criaturas. Tarea en la que claramente habían fallado.



Retrocedían por el pasillo hacia las escaleras, cubrían cada pared y el techo, junto a las puertas de cada una de las habitaciones que iban pasando para verificar que no les brincaran encima mientras los demás pasaran frente a ellas.



Al llegar a la puerta de la escalera, escucharon muchos vidrios y ventanas romperse, así como pudieron ver puertas siendo tumbadas por los Licans que se metían en grupos al edificio y los estaban cazando.



Cerraron las puertas de las escaleras, y activaron minas de proximidad en la misma mientras retrocedían ascendiendo las escaleras, para alcanzar a los demás grupos. Desde los pisos superiores vieron como los pequeños puntos rojos de los laceres les apuntaron, se quedaron quietos y señalaron para informar que estaban bien y subiendo, al tiempo que en el piso inferior se escuchaba las fuertes detonaciones de las minas de proximidad que habían activado y colocado.



El estruendo hizo temblar el edificio entero. Se escuchó la explosión a niveles que destruyeron los tímpanos de algunos soldados que aún no se habían colocado el protector auricular, tumbándolos en el suelo, mientras el chirrido de los niveles inferiores se hacía mas evidente, y una llamarada de fuego ascendió por las escaleras, sin encender la ropa de los soldados inferiores, pero causándoles quemaduras de primer y segundo nivel debajo de sus equipos.



Mientras unos levantaban y arrastraban a sus compañeros escaleras arriba, no se escuchó el ascenso de ninguna otra criatura por las escaleras. Esperaban haber clausurado la entrada por ese nivel, aunque sabían que eso no detendría a los monstruos sino un minuto máximo o dos, mientras subían por las paredes del exterior del edificio, pero la misión principal había funcionado, dejarlos fuera del camino de las escaleras temporalmente para asegurar la subsiguiente huida por ese medio a los tejados desde los pisos superiores.



Lionheart ya se había preparado con los muchachos, sus armas en manos, sus caretas puestas, y cada uno vigilando la espalda de sus compañeros. Retrocedían hacia las escaleras cuidando cada pasillo, cada puerta, cada acceso que pudieran tener en el piso, mientras escuchaban los vidrios de los pisos inferiores romperse, con los Licans investigando y revisando cada uno de ellos.



Con cada paso que daban podían sentir la tensión en sus músculos, sentían como uno a uno se preparaba con cada segundo a un ataque en el piso, mientras protegían a los demás soldados, acercarse a las escaleras.



Una nueva ventana se escuchó destruirse, demasiado cerca, ¿podía ser el piso inferior o detrás de una puerta en el mismo piso?, no estaba seguro, Lionheart se sentía impotente quedándose quieto, mientras esperaba un blanco al que disparar. Su entrenamiento de francotirador lo preparó para lidiar con esa ansiedad, y a obtener mucha calma en el campo. Pero eso no era del todo válido para combate cuerpo a cuerpo, donde sabías que tendrías al enemigo encima de ti en cualquier segundo, a diferencia de la espera, mientras el enemigo aparecía a mucha distancia y te preparabas para hacer un único disparo certero.



Ciclope hablo en aquel momento. Pasillo Norte, dos de ellos ingresando por ventana sin vidrios, están detrás de la tercera puerta, pasillo Este están por ingresar otros 3 listos para quebrar las ventanas. En ese momento se escucho como se reventaban las ventanas por el pasillo que vigilaba Lionheart.



Lo que no sabía es como era posible que supiera el detalle, y más aún cuando ella estaba de espaldas a él cuidando el pasillo contrario, sin que él se percatara que ella volteara la mirada para intentar de obtener la información de alguna manera visual.



Ciclope continuó hablando para seguir dando las indicaciones. Están olfateando el ambiente y verificando que no esté nadie en la habitación. Díganle al equipo que se apure o saldrán entre ellos y nosotros, por lo que no podremos dispararles para evitar herir a nuestros propios compañeros… Lionheart, cuenta 10 segundos y dispara tu primera ráfaga en dirección al pasillo. Desde ahora…



Lionheart no sabía porque, (1, 2, 3…) pero estaba seguro que ella sentía algo o podía ver algo, (5, 6, 7…) estaba contando los segundos, aunque no estaba seguro de querer desperdiciar balas y delatar su ubicación en ese piso, (9…) escuchó el golpe en la puerta de su pasillo.



A causa de la adrenalina y la atención que estaba prestando en esa dirección, pudo con facilidad observar las astillas que salían disparadas de la puerta de madera hacia la pared, mientras la figura de un Lican aparecía tras la misma derribándola, (10) y su dedo instintivamente apretó el gatillo junto al numero en su mente. – ¿Ella pudo leer los movimientos de las criaturas y calcularlo? ¿Cómo es posible?... – Pensaba mientras observaba como en cámara lenta salir los cartuchos vacíos de su arma al aire, mientras los proyectiles impactaban en el cuerpo y la cabeza del Lican.



Quedan 2 más no bajes la guardia, los demás atentos, pierdo control, cubran mi pasillo por favor, los demás ya se dieron cuenta de lo que ocurre y vendrán en manadas. – Decía Ciclope mientras se colocaba en el centro del grupo que protegía los pasillos.



Un grupo de soldados corría con buena parte del equipo de comunicaciones sobre los hombros, eran los últimos que salían pues se habían tardado más en recoger el equipo para salir del lugar. Detrás de ellos 2 Licans entraron a la carrera desde una de las habitaciones. Se podía observar en sus rostros, el miedo y la desesperación conociendo la gran velocidad que tenían esas criaturas.



Soltaron el equipo, y se dieron la vuelta para disparar con sus armas automáticas. Pero uno de los Licans ya los había alcanzado y derribaba al primero de ellos. Desde el pasillo escucharon lejanamente una voz ronca, que les gritó una única orden: “Abajo”.



Los soldados demás soldados obedecieron sin esperar ni un segundo, parecía que conocían de sobra la voz que les había dado la orden, como algo natural y normal. Se escucharon dos detonaciones en el pasillo. Solo dos disparos, el primero de los Licans que tenía al soldado en sus mandíbulas cayó al suelo, y el segundo que ya había brincado contra el grupo de soldados, movió su cabeza ligeramente hacia atrás en un movimiento de látigo, solo para caer inerte sobre la pierna de uno de los soldados…



Desde el final del pasillo, se podía ver a Deadpool con sus brazos estirados, y las 9 mm inclinadas en dirección a donde estaba el grupo. Un pequeño hilo de humo salía de los cañones de las armas, cuando jugó con ellas en sus dedos y las volvía a guardar en sus fundas.



El equipo de soldados, movió el Lican que les había caído encima y cuando se disponían a ayudar al que habían alcanzado primero, observaron sus ojos abiertos en blanco, su pecho no se movía y por su garganta ya no salía sangre de la herida que tenía, al no tener un corazón activo que siguiera bombeando. Iban a intentar de revivirlo, pero inmediatamente recibieron la orden de dejarlo y continuar…



Destrozados y aún con la adrenalina y el miedo en las venas comenzaron a caminar nuevamente por el pasillo, a la puerta de las escaleras donde estaba el equipo que les acababa de salvar las vidas, el equipo de Atsuko y Lionheart.



Los Licans que habían entrado en silencio por el pasillo donde estaba inicialmente Ciclope, derribaron también la puerta, Lionheart tuvo el instinto de voltearse, solo para escuchar a Atsuko gritarle que no dejara descuidado su pasillo y cada quien que defendiera su zona.



Escucho algunos disparos y observó como los otros 2 Licans salían a la carrera al pasillo en búsqueda de su carne. Comenzó a disparar apoyado por uno de los chicos a su espalda, no sabía exactamente quien lo estaba ayudando, pero era bueno, no tanto como Dead, pero lograron derribar a las criaturas antes que alcanzaran una distancia de ataque.



Los soldados de comunicaciones los pasaron, y entraron a las escaleras, para encontrarse con 2 equipos, disparando ráfagas alternativamente escaleras abajo, para contener un poco a los Licans que intentaban subir desde los pisos inferiores.



Su carrera por las escaleras hacia la azotea fue lo más rápida que pudieron permitirse, con el peso del equipo encima. Escuchaban a los equipos a sus espaldas disparar, y de vez en cuando una explosión retumbaba en sus oídos, mientras alcanzaban su meta.



Al llegar a la azotea, lo primero que observaron fue la oscuridad que aún reinaba en el cielo, el sol no había salido aún, y escucharon como los demás soldados que ya estaban arriba, disparaban por los bordes del edificio para retener y mantener a los Licans lo máximo posible.



Rápidamente, corrieron a un punto despejado en el centro de la azotea y comenzaron de nuevo las comunicaciones al Cuartel General (HQ por sus siglas en ingles, CG en español).



Breico, Breico, Breico, aquí desde el punto Epsilon-Gama-9 enviando información de la situación. Nos tienen completamente rodeados, solicitamos evacuación lo más pronto posible, repito es necesario una evacuación lo más pronto posible, los Licans están tomando control del edificio y estamos quedando sin municiones para contenerlos.



Aquí el CG. – Se escuchaba la voz de un hombre que fácilmente se podría imaginar como el general o la persona a cargo. – El tiempo para la llegada de los SS aún sigue siendo el mismo. Tiempo de Arribo T - 7 minutos y contando.



Breico, Breico, Breico, No creo que duremos ni 5 minutos señor. Estamos hasta el cuello de infectados. – El silencio inundó la línea por unos terribles segundos… - Ho mi Dios…



En el tejado, los soldados de comunicaciones podían observar como Lionheart y el equipo acababa de llegar por las puertas de las escaleras, eran los últimos en acceder al tejado, y llegaban bañados de sangre, chorreando, pero no estaban seguros si eran de heridas o de la sangre de los Licans que dejaban muertos en las escaleras…



Cerraron las puertas de las escaleras, y pidieron a unos 4 soldados que hicieran apoyo de peso, montándose sobre los Licans que el Lionheart y los demás había arrastrado del final de las escaleras para hacer contra peso y retrazar la entrada de las criaturas al tejado donde estaban.



Los 5 del equipo caminaban hacia el centro del lugar donde estaban los de comunicaciones, mientras el resto de los hombres seguían disparando en los laterales del edificio, al parecer logrando medio contener a las criaturas por el momento. Atsuko le quitó la radio al muchacho y comenzó a hablar con el centro de mando.



Al habla Psiloke, Estamos completamente rodeados, si pueden darnos algún tipo de apoyo aéreo mientras llegan los SS para la salida lo agradeceríamos señor. Estas cosas andan más feroces y agresivas de lo que los hemos observado hasta el momento.



Aquí el General Parkinson, Haga su trabajo soldado, nosotros estamos haciendo el nuestro. Sobrevivan y esperen 5 minutos la llegada de los SS a sacarles el trasero de ese lugar.



Si me disculpa general – Decía Psiloke – No creo que duremos tanto tiempo.



En las comunicaciones se escuchó el grito de dolor de unos hombres, otro por la misma zona gritó instantáneamente; “Lograron alcanzar el tejado, abrieron una brecha, conténganlos y retrocedan, repito conténganlos y retrocedan…” Psiloke soltaba la radio en aquel instante, y comenzaban a disparar en la zona que los Licans habían alcanzado el tejado.



Los hombres retrocedían y se reagrupaban en el centro del tejado, cubrían los 360º de visión que tenían, pero los Licans poco a poco llegaban más y más rápido al tejado. Las balas comenzaban a escasear, y algunos ya estaban directamente con las pistolas disparando a blancos seguros, esos se colocaban mas al centro, dejando en el borde a los que aún les quedaban munición de las automáticas.



Algunos soldados soltaron las últimas granadas que les quedaban, pero solo abrían espacio para los Licans que subían tras ellos… La puerta de las escaleras estaba cediendo, ante los golpes de las criaturas que estaban tras ella. Una de las criaturas apareció en el borde, corrió y pasó a varios de sus compañeros y saltó directo al centro de la formación.



Lionheart pudo observar el cuerpo entero de aquél animal, sus músculos tensos, la mandíbula abierta lo máximo que podía, la sangre y la baba mezcladas cayendo de ella. Un siseo se escuchó en el aire, y por una fracción de segundo comprendió que la razón por la que pudo detallar tanto aquella criatura era porque los primeros rayos de sol lo alcanzaban desde el horizonte lejano.



Como si de un milagro del sol, unos rayos de esperanza cruzaron rápidamente y atravesaron a aquel animal, y cada vez que uno de esos rayos lo atravesaba, se podía ver la sangre salir de su cuerpo, y las heridas que se le formaban.



Los tímpanos, de todos los hombres y mujeres que se encontraban en aquél tejado, estaban tan aturdidos por las explosiones, y la cantidad de disparos, que no fue sino unos segundos después que pudieron observar que los rayos de luz, provenían directamente de los cañones de una torreta que disparaba desde unos 10 metros del borde del edificio, sobre un SS que estaba dándoles cobertura, otro más estaba posicionado en el otro extremo del edificio, y entre ellos cayeron 4 cuerdas por las que descendieron más hombres a aquel tejado, repletos de armas y municiones de las que ellos tanta falta les hacía ya en aquel momento.



Se separaron un poco del área, despejando para que los SS pudieran descender lo suficiente mientras los soldados se iban subiendo, por ambos costados para ser rescatados. Los Licans comenzaban a mantenerse a raya, mientras otros comenzaban a retroceder ante la fuerte oleada de balas, y muchos no llegaban ni al tejado con los SS que estaban rodeando el edificio mientras disparaban…



Las puertas de las escaleras finalmente fueron abiertas, soltando pedazos grandes de madera que golpearon a algunos soldados, pero antes de que pudiera salir una cantidad comprometedora de Licans, un misil de uno de los helicópteros estaba volando la entrada, y sellándola para siempre.



Los últimos hombres subían a los SS. El equipo de Psiloke y Lionheart eran ya los últimos en el tejado, habían perdido a 10 hombres más, pero estaban bastante completos. Todos se subieron al helicóptero, mientras el sol les calentaba los rostros después de una noche tan fría y tan movida.



Los hombres que habían descendido para ayudar, también se habían montado en un SS para la retirada. Los helicópteros salían del área con los soldados que habían logrado sobrevivir a aquella masacre, cuando desde uno de los edificios más altos se pudo ver de nuevo, al Lican que parecía haber tomado el liderazgo de la manada, saltando para alcanzar el SS y entrar a causar una última muerte.



Cat se levantó de su asiento, y Lionheart pudo observar un brillo de luz, salir de s espalda, un as plateado ondeó por el aire cuando los rayos del sol se reflejaron en la espada en el aire, que picaba a Lican por la mitad cuando estaba alcanzando el SS. El cuerpo de la criatura se separó entrando al helicóptero por la fuerza del mismo impulso con el que había brincado, dejando a Cat junto en el centro de los dos pedazos de carne. Y bañando a los tripulantes con su sangre oscura…



A lo lejos se pudo ver un helicóptero de carga, no era un SS, que se situaba justo encima del mismo edificio donde momentos antes habían sido evacuados los hombres, pudieron ver como lanzaban sobre el edificio 2 cajas inmensas, que al chocar con el suelo, reventaron el techo y continuaron, posiblemente 1 o 2 pisos más abajo. Luego 5 figuras, como sombras negras, descendieron del helicóptero hacia el agujero que habían abierto con las cajas anteriores.



Con la distancia no se les lograba ver cable o soga alguna de la que estuvieran sujetos al momento del descenso, y en el SS la voz de Psiloke rompió el silencio…



Y ahí llega el grupo Ares…

miércoles, 18 de abril de 2012

Capitulo 6 "Dias de guerra" VIII "Día 3: El Momento Mas Oscuro"

VIII

“Día 3: El Momento Mas Oscuro…”



El ascenso a los pisos superiores, aunque tensos, no tuvieron mayor contratiempo. Al parecer los Licans estaban preparándose para algo mayor, o estaban ocupados con la comida capturada recientemente.



Cada cierto tiempo se escuchaba algún grito en las lejanías, y la impotencia que sentían cada uno de los 42 hombres y mujeres que se encontraban en la BO, solo puede ser mencionada como indescriptible. Saber que tienes compañeros ahí afuera, y que a algunos de ellos puedes escucharlos gritar del dolor mientras se los comen aún estando vivos.



La lluvia comenzaba a bajar su intensidad. Más no los truenos y relámpagos que cruzaban los cielos. Podía olerse fácilmente la sangre que corría por las calles, se podía sentir ese denso frío llegar hasta los huesos, a pesar de haberse secado las ropas lo mejor posible con el poco equipo que aún mantenían. Algunos inclusive pudieron cambiarse de ropas, otros sin embargo habían abandonado sus equipos en los edificios donde estaban sus tiendas de campañas, y la sección que tenían que proteger, mientras huían por el sistema de alcantarillado para poder llegar a la BO.



El fuego había sido apagado en algunas calles, pero el fuego de los edificios donde se presentaron varias explosiones se mantenía, lo que permitía una ligera visibilidad hacia las calles. Se podían ver algunas de esas criaturas en las paredes de los edificios aledaños, sujetados con sus garras clavadas en el concreto. Sin embargo parecía haber una especie de tregua, donde ellos no atacaban, y el grupo tampoco estaba para desperdiciar balas a la distancia sin disparos seguros.



Atsuko, se había metido en la sala de comunicaciones, Lionheart se encontraba custodiando las escaleras en el piso donde se encontraba, junto con otros 11 hombres. 1 se encontraban con él en el mismo nivel, 2 en el entrepiso del nivel inferior vigilando no subiera ninguna criatura por ahí. De ahí para arriba se encontraban 2 mas en cada medio tramo de las escaleras; principalmente custodiando el camino a la salida, hasta la puerta del tejado a 2 pisos sobre su cabeza.



Atsuko salió de la habitación de comunicaciones gritando y maldiciendo a todo pulmón, mientras iba dando ordenes a los soldados que se encontraban en el camino que estaba tomando. Esto le permitió a Lionheart escucharla salir, y que no todo había salido bien. No estaba seguro porqué pero sabía que no era nada bueno el humor que cargaba.



Cuando pasó por las escaleras le grito a un soldado para que reemplazara a Lionheart, y se dirigió a este despectivamente como “Tu pedazo de mierda… mueve tu culo y acompáñame que tenemos cosas que discutir…” y fue todo lo que Lionheart necesitó escuchar para dejar el puesto y seguirla por el pasillo mientras el otro soldado tomaba su puesto.



Mientras caminaban hacía la habitación de ella, (ella delante dando órdenes y mandando a algunos soldados a buscar a otros 3 en específico que los quería lo más rápido posible en sus aposentos, mientras él la seguía desde atrás para no ser bombardeado por aquel mal humor), Lionheart no se quería poner a pensar mucho en porqué del mal humor de ella. Solo quería sentarse y pensar por unos minutos todo lo que había ocurrido. – ¿Si este grupo no hubiera llegado todo esto se hubiera presentado?, ¿Los Licans vinieron al sentir una gran fuente de alimento? ¿O sencillamente fue una casualidad?... No importa lo que ocurriera, si no hubieran estado aquí, de seguro yo ya estaría muerto ante semejante cantidad de monstruos con hambre…- Eran los pensamientos en los que estaba distraído mientras llegaron a la habitación de Atsuko.



Al entrar observó que aquella habitación no era muy diferente a donde él se encontraba. Apenas entraba estaba a la derecha de la habitación una guitarra en el suelo, que posiblemente perteneció al antiguo dueño de aquel apartamento, en las paredes estaban algunos cuadros, y un póster en la pared del fondo con una foto del grupo de los Rolling Stones y sobre ellos estaba escrito “Sympathy For The Devil” que fue uno de los grandes éxitos de aquel grupo, cuando lo detallo más noto lo que al parecer eran las firmas de cada uno de sus integrantes.



El bombillo del techo proporcionaba la única luz en la habitación, y no era necesario buscar más para no llamar mucho la atención en el exterior. En una esquina se encontraba un televisor y lo que parecía una consola de Xbox 360… - Cuando era una buena época y existían los videojuegos… Ése era el único lugar donde esperaba disparar un arma, y ahora mírame… No soy un héroe de los videojuegos en los que me pasaba horas… ahora soy mi propio puto héroe salvando mi trasero día a día en este mundo. – Recordaba Lionheart mientras Atsuko cerraba la puerta y le señalaba un sillón tapizado horriblemente con motivos de videojuegos viejos…



Ella comenzó explicándole que se había logrado comunicar con la central después de una hora. Al parecer la tormenta eléctrica, (que son comunes actualmente debido al propio proceso de purificación que esta tomando el planeta), había mantenido las comunicaciones cortadas por un alto rango de tiempo. Tuvo que explicarles todo lo que había ocurrido, puesto que incluso los satélites no pudieron observar lo que ocurría en tierra.



El regaño por perder una guarnición de 130 hombres (132 contándolos a ellos), y convertirla en solo un grupo de 40 sobrevivientes de un único ataque fue monstruoso. Ella les había intentado de explicar que nunca antes había visto una manada tan grande de Licans, y menos cuando 24 Horas antes de la misión no se habían observado mayor actividad en la zona.



Ellos prometieron que harían las investigaciones pertinentes del caso, y revisarían su informe para conocer si había actuado bajo la mejor de las posibles situaciones a presentarse con la información que tenía antes de marcharse. Y por encima de todo, lamentaban que no pudiera mantener el perímetro para reconquistar aquella ciudad.



Según comprendía Lionheart, no solo lo estaban cubriendo a él, sino que también les habían ordenado mantener la zona y limpiarla para una reconquista, montar un puesto de avanzada RCV. Y así a mediano plazo utilizar los terrenos de los alrededores para nuevos cultivos.



- Sin embargo existen muchos huecos entre la información que me dieron, y lo que en realidad está ocurriendo, por lo que necesito me seas lo mas sincero que puedas. – Decía Atsuko con una cara de completa seriedad, su expresión daba a entender que estaba profundamente molesta no por el regaño sino por alguna otra razón. - ¿Qué información es tan importante como para que me “EXIGIERAN”. – Se sentía la diferencia cuando dijo aquella palabra. – que bajo ningún concepto puedes ser herido, o muerto, así tuviera que entregar mi vida y la de los 40 hombres que me quedan?... Contesta.



- No estoy seguro que podría ser de tanta importancia. – El sabía que tenía muchas cosas de importancia… Pero no como para sacrificar la vida de 40 personas más. – Es decir, tengo información que vincula a los gobiernos con lo que estaba ocurriendo, las “Notas desde el infierno” demuestran que el gobierno estaba involucrado en la creación de este virus y que cuando se salió de control no hicieron nada por contenerlo en el área. Tengo información del ataque simultáneo del virus en los 5 continentes. Eso podría ser… - Divagaba un poco mientras intentaba de encajar las piezas de la importancia de aquello



- ¿A que te refieres exactamente con el ataque simultáneo en los cinco continentes? – El rostro de Atsuko y su expresión comenzaban a cambiar de la rabia a la duda. Sus músculos se relajaban y mostraban incredulidad ante lo que escuchaba en ese momento. – ¿Qué tipo de pruebas son esas exactamente?



- Bien, eras pequeña cuando todo esto comenzó por lo que difícilmente te recordarás de algunas cosas que te explicaré aquí. Así que mejor siéntate primero.



Ella buscó una silla que estaba junto a una mesa con varios libros apilados. La colocó frente a Lionheart, y no dijo ni una palabra esperaba que él comenzara a hablar. Y así pasó.



- Bien… Comencemos con algunas cosas que debes conocer, sabes que el virus estalló en algún punto de las navidades del año 2012, de eso han pasado ya muchos años, las generaciones que tienen tu edad en este momento, eran apenas unos niños, estarían en plena adolescencia, y de seguro no le prestaban atención a las noticias. Eso es algo muy diferente a lo que a mi me pasaba. Yo ya estaba en los primeros años de la universidad – Se detuvo por un momento… Había caído en cuenta que hace unas horas había hecho el amor con ella y no quería sentirse tan viejo… - Yo apenas si tenía 17 años, era aún un chamo, - Había mentido de su edad para no sentirse tan viejo y se preguntaba si ella se lo había creído. – y estudiaba periodismo.



Por eso siempre estaba pendiente de las noticias nuevas que pudieran ocurrir y tomaba anotaciones para aprender de quienes ya trabajaban en el medio. En ese momento comenzó una epidemia a la cual, por desgracia, no le dí demasiada importancia al momento sino cuando ya era demasiado tarde.



En las noticias hababan de brotes que se estaban presentando por el mundo, tal como lo mencionó Alex en su diario que encontré en el manicomio, aquí mira… - Le pasaba el diario abierto en el final de la historia por la que lo habían encerrado… Atsuko observaba que después de eso habían más páginas… páginas escritas con la historia de supervivencia cuando el brote llego al lugar, y muchas expresiones sangrientas… así como la nota final de lo que intentaría para escapar y que esperaba que si alguien encontrara ese diario le sirviera para defenderse… - El resto aún no se lo he entregado al público, aún no creo que estén listos para tanta sangre, a menos que lo maquille un poco.



Pero fíjate bien en sus palabras finales de esta página. – Le regresaba de nuevo a las páginas que le había entregado. – Aquí donde menciona que el brote se estaba dando en diferentes lugares, en china lo llamaban “La Rabia China”, también como “La Rabia Africana”, esos fueron los primeros nombres, hasta que luego le pusieron uno diferente según el continente “Virus de Rabia”, “La Ébola China”, “La Peste Africana”, “El Apocalipsis Americano”. Estos distintos nombres pudieron ser para encubrir el mismo virus en diferentes partes del mundo, porque no existe manera de que un virus llegue a 5 continentes el mismo día…



Si está bien existen los aviones, pero ¿En 24 horas todos los infectados se fueron por los distintos continentes como alma que se lleva el diablo? – Se detenía un momento para observar la cara de Atsuko que lo escuchaba atentamente, sin saber si podía asimilar toda la información dada o simplemente creer en que todo fue una coincidencia… Una coincidencia a nivel mundial. – Ahora nos vamos al otro punto que tú misma me diste la pista… La gente de arriba, comenzó a prestarme atención cuando publiqué “Las notas desde el Infierno”… La pregunta sería ¿Por qué no lo harían?, si en esas notas se ponía en público el encubrimiento del gobierno estadounidense sobre su conocimiento del virus, y peor aún, si esto fue así desde el principio, significa que seguramente tenían laboratorios listos en cada uno de los continentes, las mismas notas lo explican, el virus original llegaba de las selvas Amazónicas, donde estaba el laboratorio principal. ¿Acaso todo esto no te dice nada?



- En ese caso… - Atsuko pensaba muy bien sus palabras, las cosas tomaban sentido, pero no era fácil de digerir toda esa información… - En ese caso lo que quieres decir es que el gobierno para el que estoy trabajando y al que estamos ayudando a mantener, fue el principal culpable de todo lo que esta pasando, de la miseria de los últimos 10 años de la Humanidad… - En ese momento ella cayó en cuenta de algo mucho peor… - Si todo lo que estas diciendo es verdad y esto se hace público, pueden unirse los otros continentes y lanzarnos un golpe de estado como los principales culpables de todo… Por Dios, ni siquiera necesitan lanzar un ataque… Con eliminar el apoyo que se ha creado entre las naciones, los americanos caerían en una crisis de la cual será casi imposible de salir. Una de las razones por las que los vivos nos mantenemos a flote es por las constantes ayudas que nos brindamos entre todos en los peores momentos…



- Tienes razón… Y de hecho esta fulana entrevista puede sino ser otra razón más para desaparecerme por lo que he hecho. – Guardo silencio por unos minutos y Atsuko lo abrazó tiernamente… - Yo voy a esta entrevista esperando recibir un disparo en la cabeza. Por eso ya me encargué de dejar duplicados en algunos de los contactos que he cosechado en estos años de viajes. No puedo decirte quienes son, ni donde están, pero solo te puedo decir que en caso que me pase algo quiero que intentes por todos los medios de quedarte con estos originales… - No tenía que extenderle la mano ni nada… ella sabía exactamente donde los conseguiría… En el apartamento que habían abandonado para venir hasta aquí. El mejor lugar que estaría todo si lo mataban, con la cantidad de criaturas que rondaba la zona.



- Comprendo… ahora si comprendo porque dejaste los papeles y todo allá. Más nadie sabe que ahí estaban tus originales, y con la cantidad de Licans que tenemos en la zona, te dará algo de tiempo… - Ella bajó la mirada, y se puso aún mas triste por lo que tenía que decir… - Pero no esperes por mas de 24 Horas. Pues nos vienen a evacuar en el amanecer, pero mientras nos retiran a nosotros traerán al escuadrón Ares a limpiar la zona y hacer lo que yo no pude hacer con 130 hombres…



- ¿El escuadrón Ares?... ¿Lo enviarán aquí? ¿Podré verlo?



- Negativo. Ellos descenderán cuando el último de nuestros hombres este listo y montado sobre el avión. Existe mucho secreto con ellos, y solo existen 2 o 3 escuadrones que los han visto cara a cara, son los escuadrones que los relevan.



- ¿Y que sabes de ellos? He escuchado tantas cosas extrañas, que parece como si fuera un ejercito de monstruos, que limpian zonas imposibles en apenas 24 Horas o menos, pero solo han sido usados en extremas emergencias…



- Lo de monstruos no lo se… Existen muchas variantes de la información, pero casi todos coinciden en que no son humanos, a pesar de que parecen humanos, otros dicen que son humanos con los poderes de los Dioses… Pero siempre tomo a esos como extremistas. La verdad es que tampoco es un ejército. Es un grupo de apenas 6 personas. Eso es lo único en lo que todos coinciden, y por lo que se habla me parece que no es un solo grupo.



- Fascinante… - Lionheart tomaba notas mentales… tenía que preguntarle de estos grupos a la Doctora Garrido… - Que no daría por verlos en acción…



En ese momento Atsuko se levantó y fue por un poco de agua, llevaban algo de tiempo en la habitación y no había escuchado disparos ni nada… De hecho todo estaba demasiado tranquilo afuera. Abrió la puerta para verificar y pudo ver a los soldados vigilando el pasillo, un par de soldados caminando conversando mientras relevaban a otros soldados, pero esta extrema calma no era para nada de su agrado…



Regresó a la habitación con Lionheart, le ofreció agua. Acepto rápidamente, pues la sed lo tenía con la garganta seca.



- ¿Esa es la razón por la que estabas tan molesta hace un momento?... – Pensaba en voz alta por un momento Lionheart. Pero se dirigía a ella directamente. – Porque van a mandar al Escuadrón de Ares a salvarnos el culo, y tú no pudiste hacerlo con 130 hombres… ¿Esa es la razón?



- Esa es una… - Decía ella en voz baja… - Esa, el regaño que recibí por mi desempeño y principalmente que le restaron importancia a los hombres que murieron aquí. Solo lo pusieron como un número, cuando yo conocía a la mayoría de ellos. Los están tratando como más estadísticas de guerra… A veces me pregunto si hemos perdido la humanidad que nos quedaba, porque de ser así no tenemos mucha diferencia entre nosotros y los zombies que deambulan por las ciudades.



- Tranquila… - Lionheart no tenía mucha idea de cómo calmarla, así que la abrazó y apretó un poco contra el pecho… quería darle un beso pero no estaba seguro si era un buen momento para hacerlo. Dame ese puto beso y hazme olvidar que estamos en este infierno estúpido… era lo que pensaba ella, pero él no tenía manera de saberlo. – Entonces nos vienen a buscar y a sacar al salir el sol en la mañana, mientras tanto debemos mantenernos con vida y estar atentos a cualquier otra emboscada o ataque que nos puedan hacer esos Licans en las próximas… - Consultó su reloj y calculó. – 3 horas aproximadamente para el amanecer, un poco más si las nubes no se terminan de despejar ocultando los primeros rayos del sol.



- Si… Pero a partir de ahora vas a formar grupo conmigo y mis 3 principales lugartenientes…



- Entonces deberá de presentármelos para conocer quienes me protegerán el culo y a quienes debo ver que no se los cojan los lobos… - Ella soltó una ligera sonrisa. En ese momento tocaron la puerta y ella supo que eran ellos.



- Justo acaban de llegar. – Se dio la vuelta para abrir, y le dio rabia que Lionheart no la hubiera besado suavemente antes que ellos legaran.



Al abrir la puerta los 3 sujetos estaban en posición de firmes delante de la misma, todos cargaban aún las caretas contra los agentes tóxicos aéreos, aunque ya no eran necesarios, pero les daba un aire de temerarios entre algunos.



Lo que Lionheart no sabía es que no se las quitaban porque tenían mucho que esconder. Aunque de eso se enteraría dentro de poco. Atsuko los hizo pasar, cada uno tomo posición adentro sin preguntar nada. No hablaron y no se quitaban las mascaras, que les daban cierto aire de fortaleza. Tenía que reconocerlo. Estaban en “V”, por lo que era fácil reconocer que el que se encontraba en el frente era el segundo al mando después de Atsuko.



Atsuko cerró la puerta, se posicionó al lado de Lionheart, y comenzó a hablar.



- Muchachos, Este es el Sargento Lionheart. Formará parte de nuestro equipo a partir de ahora, y en caso de que regrese con nosotros a la base después de este rescate, y su reunión con los altos mandos, tengo la información de que continuará con nosotros así que podemos darle la bienvenida, y presentarnos por favor… Les dejo el propio honor de cada uno de ustedes de presentarse.



El que estaba al frente de ellos dejó su arma a un lado, era una metralleta aunque Lionheart no estaba seguro del modelo. El arma guindaba por la correa que se sujetaba a sus hombros, y el primero se bajó la capucha en la parte de arriba de la cabeza, al hacer esto, un largo cabello gris, que parecía mas bien plateado comenzó a ondular mientras caía detrás de su cabeza.



Las manos en su nuca estaban quitando los amarres de la máscara que le ocultaba el rostro, un rostro joven, hermosamente perfilado, de piel blanca se escondía debajo de aquella mascara. Sus ojos del mismo color plateado de su cabello, eran grandes, y parecían transmitir mucha vida a través de ellos a pesar de su singular color. La nariz pequeña, y unos labios también pequeños. La parte negra de los ojos no se veía del todo circular, parecían un poco “afilados” se podría decir, lo que le daba un aspecto de gato y eso era lo que le había parecido lleno de vida.



Le estiró la mano, y al hablar Lionheart pudo comprender mejor los rasgos definidos y suaves que tenía…



- Mucho gusto… - Con una voz suave de niña había logrado comprender que era otra mujer. – Me llamo Casie Pederson, pero todos me conocen como Shadowcat. Bienvenido al grupo Sargento Lionheart.



- El cargo aún no me lo han dado, pero si me has sorprendido siendo apenas una niña y ya en el ejercito… ¿Cuanto años tienes? ¿18 tal vez?



- Mi edad nunca ha sido un impedimento para mí, para alcanzar mis metas, ni para los zombies intentar de comerme. – Había respondido ella con determinación como si la misma pregunta la hubiera molestado. – Por eso cargo esta amiga, - señalando la metralleta - y mi protectora personal a mi espalda.



Fue en ese momento que Lionheart observó que aparte de la metralleta que poseía en su lateral, la chica tenía en la espalda una espada con una hermosa empuñadura plateada, con la cabeza de algún felino adornando el final. Desde su posición no era capaz de ver el tamaño de la espada, pero por el tamaño de la empuñadura parecía ser grande, tal vez ella tuviera que manejarla con ambas manos si la usaba para defenderse.



- Es un poco grande tu amiga y protectora… - Había dicho… y antes de que ella repicara algo y se molestara continuó. – Me encantaría haber tenido una protectora así en mis días salvajes, como yo le llamo.



- Gracias Señor… - Se había ruborizado un poco, iba a salirle con otra patada, pero las palabras de él la ablandaron un poco instantáneamente. – Tal vez también lo proteja en algún momento, aunque esperemos que ese momento no llegue nunca.



Atsuko, volteo a ver al segundo compañero, el que se encontraba a la derecha de Shadowcat, el mismo tenía un traje de combate más completo. Aparte de su metralleta se le podía ver dos 9 mm en una funda a la izquierda y derecha de su pecho, un cuchillo en la bota derecha, y parecía tener un par de armas más a la espalda, aunque no era posible verlas desde donde estaban, Lionheart pudo deducirlo por el tipo de correas que tenía.



Mientras que Lionheart lo examinaba con la vista pudo imaginarse todo lo que aquella persona tendría en sus múltiples bolsillos, brújulas, juegos de ganzúas, encendedores, linternas, cargadores para las armas, (muchos cargadores)…



Aunque el rostro mostraba en forma general ser un poco mayor que Shadowcat, lo que realmente le hacía perder ese efecto de cara de niño era una herida que atravesaba buena parte de su rostro. Donde comenzaba era ocultado por el cabello, castaño oscuro, medio largo, la cicatriz caía por el su ojo izquierdo de color marrón claro como la arena del desierto, y terminaba justo sobre la nariz.



- Mi nombre es Markus Grindel Señor… Aunque con los muchachos me identifico mejor como Deadpool. Un placer.



- Veo que esta bien equipado amigo… - Dijo Lionheart, esos nombres claves le empezaban a sonar de algo, pero no recordaba exactamente donde los había escuchado antes. – Y esa cicatriz de seguro te ayuda a conseguir muchas chicas… - Supo que había dicho algo malo, justo cuando Atsuko y Shadowcat bajaron sus caras en tristeza.



- No señor, no la uso con ese motivo… Ese es mi último recuerdo de mi madre, cuando no teníamos esperanza he intentó de matarme para evitarme el sufrimiento con los zombies - Bajó su rostro para que no se notara su debilidad en aquel momento. – Y tuve que defenderme… Es mi honra y mi desgracia, un último regalo y mal recuerdo de este infierno que vivimos. Pero lo llevo con orgullo Señor…



Lionheart tuvo que tragar profundo, y solo le hizo un asentimiento al chico, tal vez él si llegara a los 19, se preguntaba cuantos años tendría cuando tuvo que defenderse de su propia madre y no morir en sus brazos, y en que momento tan loco de los millones que se habían vivido durante el inicio del Apocalipsis había ocurrido, ¿al principio, durante el periodo de supervivencia o en algún otro momento? Tal vez algún día se lo preguntara, pero comprendió perfectamente que no era el momento…



El último soldado se estaba quitando la mascara. Aunque Lionheart no estaba seguro si sería otra mascara o algo más personal también lo que tenía bajo ésta, (tenía miedo de volver a meter la pata), observó que el tercer miembro tenía casi todo el rostro cubierto con vendajes. Un cabello largo se soltó terminando de ocultar buena parte del rostro. Se podía observar su sonrisa, una ligera mueca de sus labios en forma de sonrisa en realidad.



Su ojo izquierdo estaba tapado por el vendaje, y al ver el derecho pudo ver que su iris era de un color rojo vivo, mucho mas vivo que el rojo sangre, era un color en exceso llamativo y para nada natural, parecía que tuviera lentes de contacto o algo así. No podía creerlo.



- Mucho gusto señor me llamo Lori Fabrizio, aunque en el grupo me dicen Ciclope. Es un honor conocerlo. – Cerró sus ojos y su sonrisa se ensanchó como si le alegrara mucho haberlo conocido…



- El placer es mío… ¿Ciclope?, no quiero preguntar porque sacaron los nombres que tienen como nombres claves… - cerro la boca por un momento y entonces recordó los nombres claves… - Un momento… Shadowcat, Deadpool, Ciclope… esos son nombres de los héroes de las historietas del antes del Apocalipsis… - Volteó a ver a Atsuko. – ¿Y tu quien eres? ¿Jean Grey o Fénix?



- Eso sería mucho nombre para mí… - Dijo Atsuko un poco molesta y al mismo tiempo ruborizada ante la situación tan incomoda he infantil como parecía. – En realidad prefirieron ponerme Psiloke. Cuando estábamos en el RCV, yo estaba encargada de cuidar de estos niños. A todos. Sus padres se iban a campo como Oasis, y poco a poco se quedaron sin padres. Les contaba las historias de los superhéroes que recordaba, y los X-men eran mis preferidos, así que sabía muchos de ellos.



- Y entonces decidieron tomar sus nombres claves por sus héroes favoritos de esas historietas… - comentaba Lionheart.



- Algo así. – volteo a verlos a cada uno y continuó hablando. – Si tomas un poco mas de detalles, veras que cada uno tiene algún rasgo que lo hace sobresalir en comparación a los demás, Shadowcat con sus ojos, Deadpool siempre le gustó ese personaje y decía que se convertiría en ese héroe cuando lo dejaran entrar aquí, mi mejor amiga Ciclope, ella perdió el ojo que tiene tapado cuando su padre, convertido en zombie la alcanzó, se lo sacó y se lo comió. – La niña se pudo triste recordando aquel momento, y Lionheart estaba aguantando con toda su fuerza de voluntad



- Mi otro ojo se puso rojo luego de ese ataque. Los médicos dicen que sufrí un tipo de infección a raíz del ataque de mi padre, y no saben si perderé la vista o no. – A pesar de lo que contaba tenía una sonrisa en su rostro… - Aunque a mí me gusta pensar más que es un regalo de mi padre para ayudarme a defender.



Lionheart no había comprendido esa frase del regalo, pero no se consideraba con las suficientes agallas para preguntarle del mismo. Ya tenían bastante por el momento. Y tenían que ponerse al día con el resto de los detalles… Pero si pensaba que no quería en ningún momento que le pusieran otro nombre clave como Gambito, o Wolverine… quería simplemente seguir siendo Lionheart.



Comenzaron a organizarse, planificando como harían la extracción, y cuando ya faltaban pocos minutos para el amanecer, en el momento mas oscuro de la noche, y contando el tiempo para la llegada de los SS a buscarlos, el silencio de radio fue roto por una llamada de alerta, estaban buscando romper el perímetro, y las primeras ráfagas de las armas automáticas rezumbaban en las paredes del edificio.



miércoles, 11 de abril de 2012

Capitulo 6 Días de Guerra VII “Día 2: Teoría De La Relatividad…”


VII

“Día 2: Teoría De La Relatividad…”


Existen momentos en la en los que un ser humano no puede sencillamente tomar control del tiempo que transcurre, en los que no se puede comprender como el tiempo pasa tan lento y al mismo tiempo tan rápido en cuestión de segundos. Debe ser aquello de la teoría de la relatividad que hablaba el científico Albert Einstein en el siglo XX. En algún momento, una vieja película lo había explicado en términos que Lionheart lo había comprendido mejor de lo que pudiesen habérselo explicado en la universidad.

Recordaba muy bien la escena pero no recordaba el nombre de la película, los hombres estaban atrapados y uno de ellos irónicamente mencionó la teoría de la relatividad y su peculiar forma de comprenderlo: “Cuando estas con una hermosa mujer en la cama, haciendo el amor deliciosamente, 1 hora lo sentirás como 1 minuto y no te creerás como pasó el tiempo… Sin embargo, con la mano desnuda, toma una sartén caliente por el mango, y unos pocos segundos de dolor y ardor en la mano quemada lo sentirás como una hora de sufrimiento…”

Así mismo se sentiría Lionheart en los próximos minutos, como si hubieran pasado horas desde la llegada de la oscura noche y su posición en la entrada de aquel edificio, hasta la huída a la B.O

Sin embargo, siempre es mas sencillo observar y capturar los detalles desde un punto exterior, donde se puede analizar todo, y ya con la cabeza más fría lo comprenderán mejor en un futuro próximo.

No tenían mucho tiempo para idear un plan, se jugarían un todo o nada en aquel momento, y así lo hicieron. Las consecuencias son terribles y difícilmente serán olvidadas con facilidad. Las pesadillas los destrozarán en las noches venideras, si es que la realidad no los mata antes.

Después de realizar un rápido recuento de armas, las posibilidades de supervivencia no estaban a su favor, pero no tenían alternativa. En cualquier momento los Licans saltarían al interior de la recepción donde estaban atrincherados. Podían venir de la calle, podían venir de los pisos superiores o del sótano por las escaleras. Al tener tantas posibilidades, y la probabilidad de que llegaran organizados por todas ellas tan alta, lo mejor era actuar primero.

Un olor a aceite, cauchos y gasolina quemados impregnaba el aire, combinándose dulcemente con la pólvora y la sangre en un delicioso y picoso objeto de atención en aquel momento. Cuando estuvieron listos, lanzaron una granada cegadora justo en la entrada del edificio y se cubrieron.

El destello fue muy lejos como para cegar a los hombres que observaban desde la B.O., pero lo suficientemente cerca para hacer caer un Lican que se sostenía encima de la entrada esperando que su victima saliera corriendo.

Primero se escucho el pequeño estallido, luego el golpe de aquel pesado cuerpo, dándoles la señal a los 3 soldados de comenzar y avanzar. El primero en ir delante fue Lionheart. Su entrenamiento era de Francotirador, pero no quería perder a Atsuko ni al otro hombre, no de nuevo.

Al llegar hasta la criatura, esta se estaba volteando para ponerse de nuevo boca abajo y en posición de ataque, pero una ráfaga corta y concisa, lo volvió a tumbar al suelo, no podían malgastar balas, cada disparo tenía que valer, y estas criaturas no eran fáciles de matar, por lo que tendrían que usar las balas solo para disparar lo necesario.

Los otros 2 miembros del equipo lo siguieron, Atsuko a su derecha unos pasos atrás de él, y el otro a la izquierda de ella, creaban una especie de triangulo, o circunferencia mal dibujada. Cuando salieron del edificio estando los tres juntos y pegados, se pudo escuchar como del interior un golpe sordo tumbó la puerta de las escaleras por las que esperaban que vinieran las criaturas.

3 granadas fueron lanzadas al mismo tiempo al interior del edificio, no podrían esperar tener un enfrentamiento frontal con más de una de esas cosas. Dieron unos pasos para alejarse, y la explosión, separada una de otra por segundos, les llegó con tal estruendo que por un momento se tambalearon. Los vidrios de la puerta de entrada se reventaron y chocaron con sus espaldas, se sintió un ligero temblor en el suelo, y las llamas salieron del edificio, como la lengua de un lobo limpiándose las fauces de la sangre de su victima.

El brazo de un Lican, había salido volando y golpeó a Atsuko en el hombro. Asqueada se limpió instintivamente un poco, llenándose los dedos de sangre, y pensando para sus adentros que no era lo mejor que habría hecho en aquel momento.

Gotas de lluvia ya estaban cayendo del cielo, y un trueno atravesó las nubes, iluminando momentáneamente la calle, las paredes y el interior de los edificios que estaban en el camino. El equipo había decidido ir por el centro de la calle, y desde la BO intentarían de cubrirlos un par de francotiradores. No podían hacer más pues el resto de los equipos estaban pendientes de los pasillos de los pisos que ocupaban y las entradas del edificio, sin poderse acercar demasiado a las ventanas para evitar que los tomaran por sorpresa, los francotiradores arriesgaban sus vidas asomando sus armas por aquellas ventanas.

Contaban los pasos, 12, 13, 14, 15… Cada vez que llegaban a 20 – 30 pasos (tenían una sucesión numérica para estar siempre sincronizados con los pasos), ponían rodilla en el suelo y cada uno escaneaba su área. En esa especie de triangulo tenían mas posibilidades de cubrir los flancos, pero no tenían a nadie que pudiera cubrir por completo todo… Menos cuando el enemigo no solo estaría en tierra o ventanas, sino que también estarían en paredes como arañas, y quien sabe que más podrían hacer, después de mostrar aquel nivel de organización.

De una ventana del primer piso, en el edificio donde había estado el equipo Delta, saltó una de aquellas criaturas, no llegó al suelo con vida, su cuerpo se había llenado de agujeros por donde su sangre negra y sucia corría libremente al suelo para ser arrastrado con las gotas de lluvia. Lo que realmente le preocupaba a Lionheart no es que saliera ya la primera de ellas al ataque, sino que solo había salido una. Parecía que se había lanzado como carne de cañón para probarlos y probar sus armas. Sabía que en un juego de guerrilla se utilizarían trampas así, no con personas vivas, pero si con muñecos, ropas y cosas así que hicieran reaccionar al enemigo y mostrar que tan controlado se encontraba.

No le había gustado para nada aquello, con una seña de la mano indicó que pusieran sus armas en automáticas, así no saldrían ráfagas y desperdiciarían mas balas, pero en caso de un ataque mayor tendrían una mayor capacidad de respuesta.

El auto en llamas a sus espaldas les proporcionaba cierto calor entre aquella humedad y frío que comenzaba a apagarlo, era muy interesante ver como la sangre de aquellas cosas no se mezclaba con facilidad con el agua de la lluvia, parecía como una combinación de agua y aceite, pero un aceite sumamente sucio, usado y quemado.

Ya se iban a poner en marcha de nuevo cuando otro rayo cruzó los cielos, Lionheart ordenó de nuevo detenerse. Logró ver la sombra de una de las criaturas esperándolos detrás de un vehiculo en la calle a unos 20 metros al frente. Atsuko le tocó el hombro, y le hizo señas de que había visto por lo menos 3 de esas cosas aún sobre las paredes del edificio por donde había saltado el primero. Esos eran los más peligrosos porque no harían ruido al saltar sobre ellos. Y la oscuridad los ayudaba perfectamente a mantenerse ocultos a la simple vista humana.

El soldado de la izquierda hizo lo mismo, especificando solo 2 criaturas, tal vez no estuvo lo suficientemente pendiente, o no pudiera ver algún otro, después de todo no tenía mucha experiencia de campo. Esta misión se veía sencilla desde el satélite, una zona bastante limpia y con pocos zombies en las calles, sería buen entrenamiento para los novatos. Lo que no esperaban es que fuera una verdadera prueba de sangre la que harían para graduarse estos chicos nuevos.

Lionheart volteo al edificio de la BO. Uno de los francotiradores le hizo señas con una linterna, para que supiera en que ventana se encontraba, desde su posición tenía a los 3 soldados cubiertos en la calle, si supiera leer los labios hubiera comprendido más rápido lo que intentaba de decirle Lion en el frente del grupo, pero su compañero si le había comprendido las señas rápidamente. 6 Licans en total, les pedían que se encargaran por lo menos de 1 de cada edificio, y contra el que estaba en la acera frente a ellos. Ese era el principal, puesto que ellos buscarían de encargarse de los que brincaran que habían visto. Y todo tenía que ser sincronizado en el momento que comenzaran a moverse de nuevo para evitar inconvenientes mayores.

Estaban lo más listo que podían estar, sabían que tampoco podían darse muchos lujos, pues con cada segundo que pasaba sería peor, sin embargo a Lionheart le parecía que había estado una hora ahí arrodillado dando las ordenes y esperando para poderse mover.

Casi como por arte de magia al momento de levantarse, otro fuerte estruendo se escuchó de los truenos, y el flash de esa hermosa foto de los cielos le había mostrado de nuevo las posiciones de las criaturas que tenían que atacar. Comenzaron a moverse, y todo parecía transcurrir en cámara lenta, todo menos los pensamientos del pequeño grupo que buscaba ponerse a salvo.

Para los francotiradores era imposible darse cuenta, pero entre el agua de la lluvia que corría por la frente de quienes venían en camino, se ocultaba perfectamente las gotas de sudor por los nervios del momento. La tensión aumentaba con cada paso dado, y los muchachos podían sentir las venas aumentar de tamaño con la sangre bombeada rápidamente desde sus corazones.

Algunos pudieran pensar que el olor de la lluvia era agradable. Y podría serlo… Si no fuera porque el olor de la lluvia se ha impregnado con el olor de la suciedad y la muerte. Pero cada uno de estos pequeños detalles, el espeso olor a muerte, la visión bastante oscura de una calle bañada en sangre, los rayos cruzando el cielo mientras la lluvia aumenta su fuerza, y un salado sabor a sudor en los labios, solo ayudan a aumentar la adrenalina y con ella, el aumento de los sentidos y la alerta en los 3 soldados.

Otro paso avanzando hacia la BO, en verdad que todo parecía ocurrir demasiado lento, y a Lionheart no le gustaba la sensación. Esperaba que en cualquier momento una de esas criaturas saltara y le tomara por el cuello para matarlo. Su pensamiento no tuvo que esperar más que un único paso extra.

Del vehiculo que tenía enfrente, donde ya había observado la sombra del primer Lican que tendría que atacar, saltó con mucha fuerza y por encima del vehiculo la criatura dispuesta a tomarlo por el cuello y lanzarlo al suelo.

Estaba levantando el arma cuando escuchó a lo lejos un relámpago… Pero no vio ninguna luz que informara de aquella nueva foto desde los cielos. Lo que si pudo fue sentir como unas gotas de líquido tibio, mas ameno que el que caía del cielo y su sudor frío le caía en el rostro, provocando que cerrara los ojos instintivamente para evitar quedar cegado.

Al regresar su mirada, observó y escuchó como la criatura cayó frente a él, sin fuerza alguna, y con un agujero que le atravesaba el cráneo desde la parte trasera hasta el frente por donde había salido la bala. Gracias a Dios esa criatura había saltado alto, o esa bala pudo haber herido a cualquiera del equipo después de pasar por su carne y huesos.

Lionheart levantaba la vista con dirección a donde estaban los francotiradores, con una mueca de sonrisa en los labios, agradecido porque hicieran su trabajo, pero no había tiempo para eso, a su espalda pudo escuchar a Atsuko disparándole a las criaturas que había visto en la pared, y estaban moviéndose muy rápido hacia el equipo, tenían que moverse.

Se volteó a ese lado disparando con ella a la silueta de la criatura que lograba ver entre destello y destello. Ya la lluvia los había empapado por completo, si no morían deberán cuidarse de una pulmonía, pero ante la presencia de esas criaturas, ese sería el menor de sus problemas.

A su espalda escuchó el grito del otro soldado, le decía que se moviera, pero no le daba tiempo de reaccionar. Había pasado de la extrema lentitud a la velocidad vertiginosa de una montaña rusa en su velocidad punta. Mientras volteaba a cubrir su espalda, sintió que lo empujaban a un lado.

Los pensamientos se fueron, pudo verse por un momento mientras caía lateralmente con una de esas criaturas encima, se veía como le comía el cuello, lo desgarraba y se lo llevaba con el resto de cuerpos para ser devorado luego. Su hombro golpeó el suelo, y fue en ese momento que se dio cuenta que no tenía el peso del Lican sobre él.

El soldado lo había empujado y había recibido a la criatura encima en vez del sargento. Un grito desgarrador se escuchó en ese momento, cuando el soldado fue tomado por el cuello con las fuertes mandíbulas de aquella criatura. Se escuchaba como se ahogaba en su propia sangre, mientras el agua de la lluvia escurría las gotas de sangre que salían de la comisura de su boca.

Atsuko se había volteado a dispararle al Lican que lo sujetaba, pero no había servido de nada. El Lican lo levantó con una fuerza increíble, aún con el cuello del soldado entre sus fauces, como si de un juguete de trapo se tratase, y aunque parecía que el soldado intentaba de sujetarlo para abrirle las mandíbulas se le notaba que no le quedaban fuerzas.

Lionheart retomo el control, y disparó, disparó y disparó hasta que la criatura y el soldado habían desaparecido en las sombras de uno de los edificios laterales. Atsuko lo ayudo a levantarse, y otro disparo como un trueno lejano se escuchó en el aire. Los francotiradores habían matado a otro Lican que los rodeaba en ese momento y del que no podrían defenderse de no ser por ellos.

Tomados por los brazos, empezaban a correr hacia la BO, un poco magullados pero aún con vida, pudieron escuchar el último grito de aquel soldado sin nombre, al intentar de maldecir, pedir ayuda o simplemente gritar de indignación, solo unos segundos antes de que una explosión se escuchara proveniente del edificio donde se lo habían llevado.

Solo quedaban 2 bombas, pues se habían repartido 2 para cada uno cuando hicieron el conteo de las mismas. Sabían que escuchar esa explosión solo podía significar que se había sacrificado para no regresar como un Zombie o ser comido.

Se vieron a las caras, parecía que ella lloraba un poco con esta nueva pérdida que había tenido, pero es muy fácil ocultar esas lágrimas cuando un fuerte aguacero cae sobre tu rostro. Comenzaron a correr hacia el edificio, y al llegar a la esquina pudieron ver como una jauría de esas cosas salían a su encuentro desde ambos lados de la calle.

Los habían emboscado y estaban esperando a ver si llegarían hasta ese punto. No se detuvieron a contar, y continuaron corriendo intentando de pasar aquella barrera que se formaría si no lo hacían rápidamente. Los disparos se escuchaban con regularidad, amortiguados por la incesante lluvia, los Licans habían comenzado a aullar de rabia. De sus fauces se les podía ver la baba cayendo, algunos solo baba, otros eran mas oscura y se podía pensar fácilmente que era sangre fresca de alguno de sus compañeros.

Corrían, corrían y sus pasos se marcaban en los pequeños pozos de agua que se habían formado. Las luces comenzaban a iluminarlos, si llegaban a ella podían tener alguna oportunidad, pero por cada bala que alcanzaba a una de esas criaturas, 3 de ellas continuaban corriendo para alcanzarlos.

Mientras pasaban por el lado de un vehiculo, Lionheart soltó su granada debajo del mismo, esperando alcanzar matar a un par o 2 de esas cosas, y si no por lo menos una distracción que les diera unos segundos extras.

No se detuvieron en la carrera y ambos estaban cambiando los cargadores de sus armas. Un gruñido fuerte desde sus espaldas llego cuando una de las criaturas pasaba a las demás en la carrera, y se subía al vehículo, aullando para llamar a continuar la cacería.

La bomba estalló, y el vehiculo se levantó unos centímetros del suelo, se podía ver como aquella criatura se agarró con las garras al techo donde se encontraba, al comprender esta lo que ocurría intentaría de brincar al edificio, sin lograr su cometido, el tanque de gasolina fue alcanzado por la propia explosión de la granada, generando una segunda explosión más fuerte.

El cuerpo de aquel que parecía un líder de manada, salió volando hacia el frente. Ya no poseía las patas, y sus músculos ardían con el fuego de la explosión. El vehiculo que se había desnivelado por el peso sobre él y la explosión debajo, se había volteado en el aire antes de caer, aplastando consigo a otro de los Licans que se encontraba a su paso y cortando el camino de los que lograron esquivarlo.

Lionheart continuaban corriendo, veía lo que ocurría a su espalda, las piernas le dolían, el agua golpeaba contra sus ojos, el hombro le molestaba de la caída, pero pudo ver como los Licans que pasaban del vehiculo se comenzaban a detener y a olfatear a aquel que había caído y muerto con la explosión del vehículo. Al parecer su pensamiento era correcto, por un golpe de suerte tal vez le habían dado al líder de la manada, y lo habían matado.

Igual no quería detenerse hasta llegar a su objetivo, pues no sabía como reaccionarían aquellas criaturas, y ya estaban en la acera que aún poseía luz. Vieron como de los edificios laterales salieron los grupos de soldados que se resguardaban sin saber si existían más bestias cerca de ellos, disparaban en ráfagas y comenzaban a darse apoyos entre todos, a cubrirse las espaldas mientras corrían hacía la BO.

Los Licans caían uno a uno en el gran grupo que se había reunido alrededor del “líder” muerto. Pero eso no los hacía moverse; uno de los soldados lanzó su granda, al grupo, y cuando estalló 3 Licans volaron por los aires. Los demás comenzaron a apartarse y a alejarse; Cuando se pudo ver de nuevo el cuerpo del líder, había un Lican, más grande y al parecer fuerte que los demás que se encontraba comiéndose sus entrañas. De su boca caía la sangre y un trozo de carne que acababa de arrancarle cuando le abrieron paso los otros. Muchos se habían ido a la oscuridad, pero él se quedó ahí, observando a los soldados. Su mirada era de rabia pura, parecía tener odio dentro de su mente.

Lanzó un gruñido muy fuerte, y un aullido que pegó en los tímpanos de todos los soldados que se encontraban en la calle, algunos se arrodillaron al no soportar aquel dolor, otros intentaron de continuar gateando.

Las criaturas empezaban de nuevo a tomar carrera hacia los soldados, pero esta vez parecían haberse organizado de nuevo, y no como el final de su anterior líder que simplemente se lanzaron en un grupo grande al ataque. Algunos desaparecieron dentro de los edificios, o por las calles aledañas, otros seguían por las paredes de los edificios, y entre todos mantenían cierta distancia.

Los soldados no tenían blancos fáciles en aquel momento, mientras le disparaban a uno, otro lo reemplazaba y un segundo les saltaba por el costado que no estaban disparando. La carrera hacia la BO parecía más una carrera de la época de los cavernícolas, donde alcanzabas tu cueva o eras comido por las grandes bestias.

Nuevamente Lionheart sentía que el tiempo se había acelerado, aquella pesadilla iba demasiado rápido para ser cierta. Veía como los soldados caían unos tras otros, los Licans los superaban por números y una estrategia de no dejar a nadie con vida que pudiera lastimarlos.

Cuando llegaba a la entrada del edificio, junto con Atsuko una de aquellas criaturas se le puso en medio del camino, y sin esperar respuesta de ellos, le brincó encima. Empujó a Atsuko a un lado, y esta cayó, mientras que él sostenía a la cosa por el cuello apartándolo de una mordida mortal que le pudiera hacer. Se podía escuchar los disparos de los pisos superiores de sus compañeros ayudando a los soldados que venían a su espalda. Ya no quedaba casi nadie en la calle que tuvieran que cubrir.

Sin que supiera como, ni cuando, pudo ver como un brazo delgado pero con fuerza, le metía en la boca al Lican una especie de pelota oscura, y luego una patada giratoria que haría que el animal se tragara aquella pelota. Aquél golpe le logró dar una pequeña apertura para arrastrarse y salir de debajo de la criatura, y sintió como Atsuko lo jalaba para ayudar a salir de ahí.

Corrieron al interior del edificio, y cuando el Lican se disponía a cruzar el umbral estalló desde adentro, lo que provocó que sus tripas, vísceras,  estomago y todo lo que tenía por dentro se desparramara en el HALL del edificio.

Dos compañeros más llegaron detrás de ellos, y fue todo lo que llego de los otros 3 equipos que quedaban cuando comenzó la carrera. Las criaturas se acercaban a la entrada, y desde los pisos superiores se escuchó un silbido que chocó contra el suelo, unos metros delante de la entrada del edificio. La explosión provocó un agujero en el suelo, y la muerte de por lo menos 20 cosas más de esas. Lo que llevó a una respuesta instintiva de los Licans de  retroceder.

Habían llegado solo 4 de todos los soldados que quedaban afuera. Los Licans se retiraron a la oscuridad, y destruyeron las luces de la calle. El agua corría libremente sobre los cuerpos abandonados de los últimos soldados muertos, llevándose la sangre al alcantarillado.

Aunque estaban empapados, y sudando, con la posibilidad de capturar alguna enfermedad habían logrado llegar con vida… Aunque se desconoce por cuanto tiempo podrán mantenerse en esa condición. Era hora de solicitar una retirada estratégica.

martes, 3 de abril de 2012

Capitulo 6 "DIAS DE GUERRA..." VI “Día 2: Sangre Negra Por Todos Lados…”

Capitulo 6
"DIAS DE GUERRA..." VI
“Día 2: Sangre Negra Por Todos Lados…”



La noche había caído, la oscuridad estaba por encima de ellos y aún se seguían escuchando las comunicaciones por radio de los equipos cayendo uno tras otro por aquellas criaturas. Atsuko había informado a los pelotones que se replegaran, y convirtieran el edificio de operaciones en un fuerte y refugio.



Así lo hacían los equipos, por lo menos los que pudieron llegar. Ella había llegado a la entrada del edificio, podía ver desde ahí como los equipos retrocedían, mientras eran atacados por aquellas bestias gigantes, sin pelo y muy bien organizadas. Los veía caer, los veía desaparecer mientras los arrastraban, y los Licans no se detenían a devorar a ninguno en específico, solo los mataban y los separaban del resto del grupo, como guardando los alimentos para después.



Por un momento prefirieron quedarse he intentar de ver cuantas de esas cosas había en la zona, salir corriendo en pleno tiroteo solo podría ser peor, y es mas fácil defender una posición que salir corriendo en medio de la guerra que se había armado afuera. Una granada explotó dos edificios mas allá de donde estaban, y vieron como por la ventana del segundo piso caía un soldado, con una de esas criaturas sobre él intentando de morderlo y matarlo sin importarle la caída que estaban teniendo.



El soldado había logrado justo a tiempo voltearse sobre el cuerpo de la criatura, por lo que sobrevivió a la caída, o eso había parecido desde donde ellos estaban, pues de una vitrina de la joyería del edificio en esa cuadra salieron rápidamente dos mas de aquellas criaturas y comenzaron a devorarlo y sacarlo del camino.



También observaron como un par de las Licans se estaban encargando de destruir las luces de las farolas de las calles que iban controlando. Sumiendo poco a poco en una mayor oscuridad la calle frente a ellos, y por lo menos cuadra y media desde ese edificio hasta la meta estaban completamente a oscuras.



Los cuerpos estaban tirados en las aceras, y los soldados que no habían logrado llegar al edificio base y continuaban con vida se habían refugiado también en camino dentro de las entradas, los locales y edificios laterales. Aunque no parecían estar en desventaja numérica, la organización, fortaleza y falta de miedo de aquellas criaturas, junto al factor sorpresa de haber llegado tan lejos dentro del perímetro, había dejado a mucha gente desconcertada.



Atsuko ordenó el silencio de radio, y solo hablar en caso de que fuera una verdadera emergencia, pues las comunicaciones se habían hecho casi imposibles en aquel momento. Lionell quería salir y correr cubriéndose contra las paredes y en línea verificando cada uno un área, pero ella sabía que no podían hacerlo. Los Licans son sumamente inteligentes, y no atacarían mientras ellos tuvieran cobertura, los atacarían cuando tuvieran varios flancos para hacerlo y de esa manera ganar no por la superioridad numérica, sino por la superioridad de fortaleza.



Las radios comenzaron a hacer silencio, poco a poco el ambiente se calmaba, se había formado una neblina suave por la cantidad de pólvora que había en el aire, y el humo de un carro quemándose, sumado a la oscuridad que ya había caído sobre ellos no se podía ver la destrucción completa de la zona. Aún menos los cuerpos de sus compañeros, era difícil distinguir cualquier cosa en ese entorno. O por lo menos todo a menos de una cuadra, ya que más allá había luz… todavía.



Ya con las cosas mas calmadas, bajó el volumen de la radio y continuaron en el portal del edificio sin salir ni mostrarse. Pidió que todo el mundo bajara el volumen de sus radios y lo pidió una sola vez, y cuando iba a volver a hablar sintieron unos pasos en la acera.



Instintivamente se pegaron a las paredes a los lados de la entrada, todos lo habían escuchado, eran pisadas pesadas, tenía que ser otra de esas criaturas y no querían delatar su posición. Lionell susurró algo al oído de Atsuko, esta afirmó, y se quedó en su posición a un lado de la puerta. Agachado tanto como pudo y lo mas rápido que pudo hacerlo se pasó al otro lado de la puerta donde estaban los otros dos soldados.



También les comentó algo al oído, ambos movieron la cabeza afirmativamente. Habían comprendido la maniobra, y los tres retrocedieron unos pasos apartándose de la puerta de entrada.



En la oscuridad Lionell se posicionó arrodillado frente a la entrada, mientras esperaba la confirmación de los otros soldados de haber tomado su posición, sintió primero una mano en el hombro derecho, y luego de unos segundos en el otro hombro.



- Espero sean buenos para cubrirme el culo muchachos, - Decía en susurro. - 3… 2… 1… AHORA!!!!



Las linternas de los 3 hombres se encendieron al mismo tiempo, Lionheart apuntaba a la entrada para llamar la atención de la criatura que pasaba frente a ella en ese instante, mientras los otros dos hombres, posicionados a su espalda, ligeramente inclinados apuntaban hacia el interior del edificio con sus linternas y las armas listas, esto en precaución de que apareciera alguna de esas cosas por la espalda.



Hacía el interior no se veía nada, no parecían haber sido rodeados, y en el frente la sombra que estaba con los pasos pesados, volteó a ver la luz y comenzó a caminar hacía el interior. Existía algo extraño, al principio no lo había reconocido inmediatamente puesto que su mente estaba en ese momento esperando ver un Lican abalanzarse y brincar sobre él, mientras Atsuko le dispararía desde un costado si pasaba el marco, en vez de eso parecía un zombie con su lento caminar y con un brazo sujetándose un costado del pecho.



Inmediatamente la silueta que ingresaba al edificio pidió el alto al fuego, su voz había sonado como con gárgaras, como si tuviera algo atorado en la garganta y no le permitiera hablar correctamente, se arrodilló justo en el marco, dejando asomarse la cabeza como para que Atsuko le disparara y le volara los sesos de una vez, tosió con fuerza y pareció soltar flema y sangre al suelo con aquél acto. Atsuko se contuvo de dispararle cuando le volvió a escuchar pedir que no le dispararan, intentó de moverse un poco más al interior, y ella reconoció el uniforme. El hombre se tumbó boca arriba y pidió que lo ayudaran a entrar…



Era un hombre corpulento, tal vez de un metro noventa de alto, piel bastante oscura pero no llegaba a parecer negro, aunque en medio de la oscuridad era difícil decir algo así. Atsuko instintivamente bajó el arma al reconocerlo, y lo jaló al interior, mientras los otros tres hombres se acercaban. Los soldados habían apagado las linternas para no llamar la atención, Lionheart la medio tapaba con su mano, lo que le daba un aspecto extraño, pero dejaba una claridad muy tenue como para seguir viendo lo que ocurría.



Los soldados volvieron a postrarse a los lados de la entrada, cuidando y vigilando mientras Atsuko rompía la camisa de aquel hombre herido, y le hacía compresa en un arañazo que tenía del lado izquierdo del pecho.



- Soldado Ames Señor… Aunque herido me reporto, mi equipo cayó por completo, soy el único sobreviviente, mandé al infierno a las 3 cosas que nos atacaron, pero una de ellas me hirió en el pecho mientras le clavaba el cuchillo en la garganta y lo mandaba con sus compañeros.



- No hable mucho soldado. – Decía la voz femenina de Atsuko – Como llegó aquí y desde donde viene.



- ¿Sargento Atsuko? – Había reconocido su voz. – Escuchamos un primer disparo, luego una ráfaga y sin saber como ni cuando 2 de esas cosas nos salieron al frente, como si el disparo fuera la señal que estaban esperando, estaban dentro de un edificio que ya habíamos revisado, y saltaron por la ventana tomando inmediatamente a los soldados Bower y Jack de mi pelotón. Usted comenzó a hablar por la radio, pero nosotros nos concentramos en ese momento en las criaturas que nos atacaban. Yo los reconocí cuando observé con mas detalle, y les disparé a la cabeza como dice su informe, maté al primero de ellos, y el segundo saltaba hacia donde estábamos Peter y yo, comenzamos a dispararle, pero no le dábamos en la cabeza, y cuando se nos venía encima supe que era el momento para darle correctamente o morir, pero desde nuestro punto ciego un tercero de ellos brincó a mi espalda tumbándome como un metro al frente de él y gruñendo como si fuera un demonio. Si lo piensa bien Señor, parecía que estaban danzando y lo tenían todo pensado, fue una emboscada donde menos nos la esperábamos, Peter fue alcanzado por la primera criatura en la garganta. – El soldado hizo una mueca de dolor, tosió y se puso de medio lado para soltar otra flema de sangre. – Yo había perdido el arma, y cuando me di la vuelta para ver a mi atacante, ya había sacado mi pistola de la funda en mi pierna, por lo que pude darle el disparo en todo el medio de los ojos mientras se me venía encima. – Todos permanecían en silencio escuchando a aquel soldado, y vigilando que no viniera una de esas cosas por la oscura calle. – Cuando me levanté solo me dio tiempo de esquivar a medias al último Lican que nos atacaba, pero no fui suficientemente rápido, me tumbó el arma y me hizo caer sobre la rodilla. Sin permitirme tomar de nuevo el equipo solo pude sacar el cuchillo y atravesarle la garganta, pero no antes que me hiciera el rasguño que tengo en mi pecho.



Todos se miraban a las caras, los Licans estaban preparados, y al voltear a la calle veían como cada cierto tiempo alguno salía de la oscuridad, tomaba un cuerpo de los caídos y se lo llevaban. Algunos gritaban pues aún estaban con vidas, otros eran solo parte del silencio que se había apoderado del lugar.



El silencio era aterrador, saber que están ahí y no poderlos ver, que pueden estar sobre el marco de la puerta por la que te quieres salir y no poder verlo a menos que te brinque encima… Y con un compañero que acaba de entrar herido al edificio esa era una posibilidad muy alta. También se tiene información que posee buena vista en la oscuridad, no es excelente, pero es superior a la del humano, lo que pone a los soldados en desventaja…



Las comunicaciones por radio estaban siendo escasas, al parecer al edificio central no habían llegado ni el 20% de los hombres que estaban en guardia, lo que dejaba apenas a unos 30 hombres máximos en el edificio que servía de Base de Operaciones (BO). Los otros grupos que se reportaban no estaban tampoco del todo bien, casi todos tenían a alguien herido o solo estaban formado por 2 hombres al haber perdido al resto de su escuadrón. Además no estaban seguros de cuanto lograrían sobrevivir en aquellas condiciones sin tener como defender, y entre el grupo de Lionheart y el edificio de operaciones solo se reportaron 5 grupos pequeños.



Mientras se planificaban estrategias, se buscaban alternativas por calles aledañas u otras posibilidades que no tuvieran que involucrar el medio de la calle (se planteaba incluso el uso del alcantarillado en aquel momento), uno de los grupos informaba por la radio…



- Aquí Equipo Epsilon, Señor, solo somos 3 y el cabo tiene una herida muy profunda. Ya le dimos Morfina aunque no creemos que dure mucho tiempo más. El sangrado no se ha detenido a pesar de nuestros intentos. Nos encontramos a 50 o 60 metros de su posición. En el edificio residencial de la izquierda desde donde usted se encuentra observando al edificio BO. Detrás de nosotros tenemos la entrada a los sótanos y en ellos existe un sistema de alcantarillado que ingresa directamente debajo de la calle. Podría funcionar pero desconocemos si de allí podríamos llegar al edificio principal, aquí todo esta lleno de sangre negra. ¿Cuales serán sus órdenes? Cambio



- Soldado, - hablaba Atsuko - busquen un lugar seguro para el cabo, detrás de algún mueble o algo donde puedan dejarlo cubierto, y el resto… - Por un momento se detuvo, solo una fracción de segundo para pensar. El resto no es más que 2 personas… ¿Que resto? – Ustedes dos continúen hacia la parte trasera y revisen la entrada a ese alcantarillado. Luego informen y se tomaran acciones. ¿Comprendido? Cambio.



- Entendido señor, empezamos la operación, lo haremos en el mayor sigilo posible para no llamar la atención de esas cosas. Cambio y Fuera.



- Equipo Delta, ¿Desde su posición pueden ver al equipo Epsilon?, nos gustaría conocer sus movimientos, y rezaría por tener alguna otra mierda que pudiéramos hacer o me puedan ofrecer para ayudarnos. Cambio.



- Aquí el Equipo Delta. Desde el segundo piso donde nos encontramos se nos hace difícil, lo mejor que podemos ofrecer desde aquí es cobertura sobre la calle señor. - A Atsuko siempre le parecía extraño cuando le decían “Señor” pero era la costumbre y no se iba a poner con esas cosas ahorita precisamente. - Por el momento todo se ve muy tranquilo, pero la visibilidad es poca y las nubes que se están formando en el cielo empiezan a tapar la luna y cualquier otra fuente que pudiera ayudarnos. Aparte que lo único que podemos ver son las manchas de sangre negra por todos lados – ¿Nubes?... pensaba Atsuko. Esas nubes no pueden ayudar en nada…- Es todo por el momento, Cambio.



- Esta bien equipo Delta, manténgase alerta y verifique el perímetro, informen cualquier movimiento extraño que logren…



No había terminado la frase cuando se escucharon unos disparos amortiguados, una buena ráfaga larga estaba siendo disparada, y parecía provenir del edificio donde se encontraba el equipo Epsilon. Atsuko llamaba por la radio, pero aún así nadie de ese equipo le respondía.



El silencio se apoderó de la radio, nadie quería decir nada aunque todos sabían lo que había ocurrido. Derepente desde la entrada al edificio se empezó a ver una luz roja que estaba parpadeando. – El hombre herido que dejaron atrás… También lo escuchó y esta intentando de ver qué se acerca hasta él…- Y mientras pensaba si ir o no con el equipo a su ubicación a ayudarlo a salir de ese lugar, pudieron verlo tambaleándose y caminando a la salida con la antorcha en la mano.



Los Soldados que estaban con Atsuko le hicieron señas que irían a ayudarlo, no estaba muy lejos y consideraban que tenían posibilidades de salvarlo si se apuraban, Atsuko solo asintió con la cabeza, y por radio le comunicó al equipo Delta que cubriera a esos hombres.



Un par de puntitos de láser en el pecho de aquél soldado herido, fue la señal que le dieron, diciéndole “Hey Amigo… aquí estamos, tu puedes hacerlo y te cubriremos el trasero.”. El tiempo pareció ralentizarse, y todos pensaban que tenían que ir más rápido si querían salvar a su compañero. Cuando los hombres salieron corriendo, habían avanzado quizás unos 5 o 6 metros a paso ligero, cuando desde la oscuridad del edificio, pudieron observar una sombra gigante, contrastando con la escasa luz que venía del final de la calle, que había saltado como un gato para atrapar al soldado herido.



Los hombres se detuvieron en seco, se arrodillaron y gritaron una negación que si no fue escuchada por Dios, al menos los demonios si debieron escucharla. Sus armas se dispararon, y parecía que golpeaban su objetivo, pero este no hacía ningún atisbo de caer o recibir los impactos. Desde el segundo piso del edificio de enfrente le dispararon y solo se pudo observar algunas gotas de sangre salir de su espalda, igualmente al contraste de la luz de fondo.



Sin embargo a Atsuko y a Lionheart no le había dado miedo la silueta que se observaba en el aire de una criatura gigante como un gato sin pelos, no le había dado miedo “ver” como las balas lo alcanzaban y parecía no inmutarse ante el dolor que supondría aquello, siquiera el ver que los disparos del edificio si lo alcanzaban y salía sangre de su espalda, eso apenas les había dado un ligero miedo a lo que se enfrentaban…



Fue en el momento que aquella criatura calló sobre la espalda del soldado, le dio un mordisco en la nuca, y chocaron contra el vehiculo que ahora lo protegía hasta cierto punto de los disparos superiores del equipo Delta. Ahí con el soldado a su merced, la antorcha roja había caído a un lado, aún encendida, y desde el suelo alumbraba con un juego de sombras infernal el rostro de aquella criatura.



En ese instante se pudo observar su rostro, sin piel como le era descrito normalmente, aquellos dientes afilados, sin labios que los ocultara, unos ojos negros como la noche que no mostraban compasión mientras chorros de sangre caían por su mandíbula de la presa que había capturado y matado. Volteó a ver a los soldados que habían salido del edificio y su mirada parecía que podía congelar las almas de los vivos con solo verla. Parecía como si las llamas del infierno hubieran subido a la tierra y le confirieran un poder que llegase directamente al alma del humano que alcanzase…



Lionheart no estaba seguro si estaba siendo presa de alguna ilusión, esperaba que no fuera así, y tomo a Atsuko por un brazo como para que despertara de aquella pesadilla. Los soldados en el exterior se levantaron lo más rápido que pudieron en aquel momento, trastabillando para escapar de aquel monstruo salido de una pesadilla de millones de personas. Soltaron las armas, y se les podía ver la humedad en los pantalones, no pudieron contener sus fluidos internos ante semejante aberración de la evolución que tenían enfrente. Casi podrían sentir el mismo miedo que pudieron sentir los cavernícolas con los dinosaurios acechándolos.



Cuando llegaban al edificio, otra de esas criaturas brinco sobre uno de ellos… No vino de donde estaba esa criatura junto al auto y la antorcha, no vino del lateral… Esta había salido del piso superior, reventando la ventana y abalanzándose contra su presa. No pudo hacer mucho, su garganta terminó en las mandíbulas de esta nueva criatura que había aparecido de la nada, y ahora se lo llevaba arrastrando rápidamente a la oscuridad de otro edificio que no tenía a nadie.



El Lican que había atacado al soldado herido que cargaba la antorcha ya había desaparecido… Y el cuerpo del soldado también, no quedaba más que el rastro de sangre que decía que había vuelto a entrar al edificio donde se encontraba anteriormente, y la antorcha que le daba el aspecto del infierno sobre la tierra continuaba encendida, encendiendo combustible que había en el suelo y haciendo estallar el vehiculo.



El soldado que logró llegar se lanzó a un lado de la entrada, estaba teniendo un ataque de pánico, y no podía controlarse bien. Comenzaron nuevos disparos desde el segundo piso donde se encontraba el equipo Delta, y luego nuevamente silencio… Habían utilizado al soldado herido para que delataran las posiciones, y ya tenían el nuevo ataque en marcha. El equipo Delta seguro había caído, porque el silencio de radio se mantuvo después de algunos gritos y finalmente sobrevino una fuerte explosión, se pudo ver como salían volando a 4 Licans por la ventana envueltos en llamas, cayendo a la calle sin nada que los detuviera.



Uno cayó sobre el carro, los otros 3 solo cayeron estrellándose fuertemente contra el suelo, fue muy fácil distinguir el sonido de los huesos rotos y el cráneo aplastándose contra el suelo de aquellas cosas y ninguno se levantó al golpear con el mismo.



El soldado que estaba herido en el suelo pareció ahogarse y su corazón se detuvo en ese momento. En el pecho el rasguño estaba negro, y se veía que había sido infectado de alguna manera. Su rostro se puso negro rápidamente, y aunque Lionheart le daba masaje cardiaco mientras Atsuko vigilaba la entrada no pudo hacer nada por aquel hombre.



Ahora venía el turno del ataque contra el soldado que se salvó, y ese soldado estaba junto a ellos, así que tenían que hacer algo… y tenían que hacerlo ya.