miércoles, 22 de mayo de 2013

Capitulo 11, LA LLEGADA DE LOS OTROS, V Los Gigantes de las Cavernas


V
Los Gigantes de las Cavernas…

Las pisadas de sus perseguidores han quedado bastante atrás, el ambiente continúa en un silencio que podría poner la piel de gallina hasta a las personas más valientes, sin embargo no es por el miedo que están nerviosos Lionell y Atsuko, el cambio de presión atmosférica por la tormenta que está cerca de tocar la isla, le ha erizado todos los cabellos, ya se puede sentir el olor de la lluvia sobre el mar, y aunque no puedan ver por completo el cielo, la oscuridad por la gran nubosidad que los ha alcanzado es evidente.

Las gotas de lluvia comienzan a alcanzarlos, al mismo tiempo que revisan cuantas balas les quedan en el cargador de cada uno, porque ya se habían vaciado uno más en el camino, destruyendo y despedazando las criaturas que se encontraban.

Frente a ellos se encuentra un enrejado bajo, la puerta para ingresar se encuentra derribada hacia el interior, lo que lo hizo, ejerció una gran fuerza hacia adentro, o en su defecto fue una masa de criaturas aglomeradas…

Por lo que Atsuko había visto en el video de seguridad, sabía que no era una horda, y que ese zombie de fuerza podría fácilmente haber derribado esa reja externa con casi nada de esfuerzo.

Se miraron las caras. El agua corría lentamente por sus mejillas mientras comenzaba a caer con más frecuencia y fuerza. Voltearon a ver a sus espaldas, y a lo lejos podían ver las siluetas de las criaturas que los estaban siguiendo entre los árboles…

-      Deberemos de entrar, cerrar la puerta y enfrentarnos a lo que se encuentra allá adentro.

Lionheart no dudaba de sus propias palabras… Solo que temía a lo que fuera que estuviera dentro de esas instalaciones… Él no había visto el video, pero las características que le había dado Atsuko sobre lo que ella había visto, eran suficiente para poner los nervios de punta a cualquiera que la escuchara. Con mucha más facilidad a alguien que ha viajado, y a sobrevivido a muchos ataques de criaturas que solo creía posible en sus peores pesadillas, que a escuchado cientos de cuentos de sobrevivientes, de personas en las ciudades fortalezas, y de los propios mercenarios de camino que le habían llegado a robar, y dejar en la intemperie esperando que muriera.

-      Aún así debemos tener cuidado de dos cosas principalmente… - Respondía Atsuko. – Por un lado sabemos de la criatura fuerte que se encontraba dentro de esas instalaciones, por el otro, debemos de considerar que encontraremos un zombie Psíquico, ya que lo poco que logré observar antes de que se cortara la corriente, es que el hombre que estaba ahí dentro no se llegó a defender siquiera de esa criatura. Su arma parecía estar aún resguardada y sin sacar.

-      Pero podría ser que ese zombie gigante y con mucha fuerza fuera también lo suficientemente rápido como para que no le diera tiempo de desenfundar su arma.

-      No lo creo… El movimiento que observé del mismo no era demasiado rápido. O por lo menos no mientras comía y luego lanzaba el cuerpo contra el panel.

Volvieron a observar a los zombies que se les acercaban, aunque eran lentos, el agua, y el terreno los dejaba más lentos y vulnerables, continuaban con su andar. Ya estaban a una distancia mucho más cercana…

Los relámpagos que cruzaban los cielos, provocaban un reflejo de sus rostros que podían congelar la sangre. Tal vez si se desconociera que eran criaturas en putrefacción, parecería que eran personas llorando, sufriendo un fuerte dolor o pena, mientras intentaban de mantenerse en pie con sus propias fuerzas… Pero en un mundo donde los zombies han dominado la tierra por una década, tener esa idea, ante la imagen de la descomposición y la muerte, era tan loca como pensar que esas personas solo querían darles un abrazo.

Reanudaron sus pasos hacia las instalaciones donde estaban los generadores eléctricos externos, pasaron sobre el enrejado, y alcanzaron la entrada del recinto. La oscuridad de su interior se devoraba la poca claridad que podía ingresar desde el exterior que se oscurecía a pasos agigantados.

Se vieron por un momento a la cara, sabían que tenían que continuar, no pueden estar perdiendo tiempo, mientras siguen muriendo soldados en las instalaciones principales.

Lionheart dio el primer paso al interior de la oscuridad, se plantó con una rodilla en el suelo, mientras Atsuko vigilaba las figuras tambaleantes que se venían acercando por sus espaldas. La lluvia comenzaba a caer de manera más continua, más fuerte, y la vista de Lionheart se iba adaptando poco a poco a la oscuridad del interior de las instalaciones.

Por un momento creyó ver una silueta moverse en medio de la oscuridad al fondo del pasillo de entrada, tomó con más fuerza su arma, apuntando a lo que pudiera salir de la oscuridad mientras su iris continuaba adaptándose y tomando cada pequeña porción de luz que lograba capturar para convertirlo en una posible imagen.

Si algo se había movido o no en el interior, no continuó su camino al exterior, y Lionell sintió por un momento la espalda de Atsuko rozarle su espalda, las criaturas se acercaban, no querían hacer mucho ruido estando tan cerca de la entrada para intentar de tomar desprevenido a la criatura que podía estar dentro del mismo, a menos que fuera necesario.

Se levantó y dio otro paso, su iris crecía y se achicaba buscando un punto exacto de conformidad con la oscuridad en la que estaba ingresando, creía poder ver el suelo a unos metros del interior, y por un instante pudo ver un ligero color rojo en la pared que estaba a su derecha.

Sin dejar de apuntar al frente, listo para disparar si era necesario volteó momentáneamente a su lado, para intentar de descifrar que era lo que estaba en la pared, un color tan común al principio de todo el desastre hace diez años, habían aprendido a no pasarlo por desapercibido cuando se mostraba en algún rincón de cualquier camino.

La silueta de lo que vio en la pared incrustado le sacó una sonrisa… a su espalda, Atsuko se pegaba aún más de él y le susurró en voz baja…

-      Si no entramos ya tendremos que echarnos encima a estos 3 que ya prácticamente puedo oler aún a través del velo de la lluvia…

Cuando Lionell volteó a ver a las criaturas de la que hablaba, notó que efectivamente estaban sumamente cerca, uno de ellos tenía la piel de un color gris nauseabundo, y su rostro parecía mostrar una expresión de sorpresa…

Sus ojos se encontraban completamente abiertos, unos lentes de montura cuadrada deformaban parcialmente la vista de aquél ser, y sus ojos sin pupilas claramente detalladas, le hacían poseer una mirada perdida, una mirada sin sentimientos y sin objetivos en esta vida. En su frente parecía tener un agujero de bala, pero con las gotas de lluvia, las gotas que estaban en su superficie, comenzaron a correr y pasar sobre su ojo izquierdo, limpiando la herida momentáneamente, demostrando que no tenía ningún agujero, solo tenía un golpe en el cráneo que seguro le habían dado algún civil intentando de defenderse, o se lo hubiera dado él mismo cuando aún se encontraba con vida intentando de escapar de los largos y oscuros brazos fríos de la muerte que tenía encima de su rostro, devorándole el labio inferior del lado izquierdo, sin prestar mayor atención a la sangre que salía por su nariz, y los grandes dientes amarillentos que parecían caerían en cualquier momento de su boca al suelo, sin poder devorar un bocado más de la deliciosa carne de los vivos que tenía casi a su alcance y aún deseaba con todo lo que podría quedarle de su alma atrapada.

Atsuko levantó el arma, y en ese momento, sin querer, le dio con el codo a Lionell en el suave movimiento que había realizado, eso lo había sacado de sus cavilaciones, de su momento de estudio del ser que venía a destruirlo, de su admiración y odio por aquellas criaturas inmortales que solo pensaban en devorarlo…

Tomó a Atsuko por la cintura, la jaló hacia el interior de la instalación, hacia la oscuridad predominante, y cerró la puerta delante de ella, dejando a las criaturas afuera sin poder ingresar, y al mismo tiempo dejándolos a ellos en la más absoluta oscuridad…

-      Tápate un poco los ojos y voltea al suelo mientras tus pupilas se acostumbran a la luz…

-      ¿A la luz?... ¿Que luz si nos has metido de golpe aquí sin conocer aún…?

En ese instante un destello de luz cegadora se había encendido apuntando al techo de la instalación, las tuberías del techo llenas de polvo, tierra y telarañas quedaron completamente iluminadas con el fuerte haz que salía de la linterna que Lionell había tomado de la pared.

Ella cerró los ojos de golpe, sintió un extraño dolor ante el cambio tan repentino entre la oscuridad y la luz. Lionell estaba con un el otro brazo cubriendo suavemente los ojos, mirando al suelo, mientras su vista se adaptaba, luego de haber tenido una adaptación previa a la oscuridad mientras intentaba de indagar lo que había en el interior de la base.

Tomó a la propia Atsuko por un hombro y la hizo agacharse, arrodillándose frente a él… Una feminista de hace menos de un siglo, hubiera pensado que eso era un acto de puro machismo, dominación de la mujer, y ponerla en ese contexto a sus pies… Por lo menos eso parecería por la fuerza y la agresividad con que la bajó, quedando ella arrodillada justo frente de él.

Pero en realidad la había bajado para poder apuntar con el haz de la luz hacia el pasillo, seguía con la duda de si en verdad existía algo que se había movido cuando intentaba de adaptar su visión al interior, y sus dudas, sus preguntas tuvieron una respuesta inmediata, con el gruñir suave de la criatura que se arrastraba sin piernas y casi había alcanzado a Atsuko.

Lionell lo vio, rodeó a Atsuko, que al sentir las manos y garras del zombie en sus botas resbalosas por el agua y el lodo, se lanzó hacia el frente, ahogando un suave grito, y él comenzó a patear el rostro de la criatura que estaba a sus pies.

Había sido un hombre, y su traje militar demostraba que era parte del personal de las instalaciones, su cráneo y toda la masa encefálica gris que es protegida por este, se encontraba ahora desparramado en el suelo en ese instante.

Atsuko se levantaba con un poco más de visión, Lionell mantenía la luz hacia el pasillo interno, manteniendo de esta manera la iluminación a cualquier cosa que intentara venir por ellos…

Cuando ella se colocó a su lado, observaba el destruido rostro que se encontraba en el suelo, sus facciones parecían ser medio reconocibles. Se agachó junto a los restos del destrozado cuerpo…

Un golpe en la puerta, informando de la llegada de las criaturas exteriores hasta el portal, sobresaltó al momento a Atsuko, quien reaccionando inmediatamente se lanzó a un lado del putrefacto cadáver, girando sobre si misma y apuntando a la puerta que los zombies no podrían abrir en ese momento.

Lionell también había volteado en ese momento, apuntando con la luz de la linterna de emergencia hacia la puerta, en el momento que sonó un segundo golpe seco contra la puerta, seguido de una segunda mano que lo acompañaría por un rato, en la parsimoniosa sonata con su redoblar de los tambores…

Volteó de nuevo la linterna al interior de las instalaciones, se veía tranquilo, no parecía haber más nada en movimiento en ese momento, acercándose hasta ellos.

Atsuko se permitió relajar un momento, respiró profundo, tomando oxigeno y nuevos ánimos para levantarse y poder continuar con la misión. Y en ese instante, notó algo sumamente particular… El cadáver a su lado no olía con la típica pudrición del resto de los cadáveres y zombies que siempre se encuentran. Existía una mezcla de olor, entre la pólvora y la sangre del añojo derribado, un olor bastante acre. Pero al mismo tiempo parecía el perfume más delicado del mundo, ante una existencia donde la pudrición de los muertos es el estándar.

Mientras se levantaba nuevamente, observó que el cadáver le faltaban ambas piernas. Pero no parecían cortadas, o destruidas por un accidente o algo así, la carne y los restos de piel parecía como si le hubieran arrancado las piernas con pura fuerza bruta, sin usar cierras, ni hachas ni objetos cortantes…

Al observar nuevamente a los restos de su rostro, aplastados y destruidos, supo porqué se le hacía tan conocido el zombie que tenía en frente, y casi todo lo que había comprendido hasta ese momento tomó sentido…

-      Este era el sujeto que el zombie fuerte estaba devorando cuando observé las cámaras. – Comenzó Atsuko -  Nuevamente estamos viendo que los cadáveres se están levantando más rápido del tiempo promedio que conocemos, por eso aún no tiene el típico olor de pudrición, de los cadáveres descompuestos que nos encontramos a cada momento.

       Tampoco se logra ver sus piernas, y me parece que fueron arrancadas por pura fuerza bruta.

Atsuko se acercó a los jirones de tela que quedaban de los pantalones rasgados, confirmando lo que veía cuando estuvo a su lado.

-      No se observan mordidas en ésta área, solamente la que tiene por su cuello y espalda.

Atsuko se levantó, y se puso a un lado de Lionell observando ambos hacia el interior del pasillo, a la oscuridad que se tragaba la luz, como si del vacío del espacio se encontrara en ese momento en la tierra, absorbiendo la luz de la linterna.

-      Toma otra de las linternas, pero guárdalas. Yo continuaré con esta iluminando el camino. No uses la tuya a menos que sea necesario, es decir, que me pase algo o que nos separemos para completar una mayor cantidad de espacio… Aún tenemos que buscar los manuales de funcionamiento para poder poner de nuevo esto a funcionar, porque los muchachos que harían ese trabajo los dejamos atrás por seguridad.

Atsuko lo pensó por un momento… Debería de haberse traído por lo menos a uno de los electricistas… Fue un error y un fallo que no calculó, por el momento de… ¿De que? ¿Cual era la escusa?... ¿Miedo?, ¿Asco?, ¿Terror?, ¿Nervios?... no estaba segura que alguna de las emociones que se le pudiera ocurrir sobre sus sentimientos en ese momento, pudiera darle por aceptable la mala decisión que había tomado.

Sin embargo, tendrían que solucionarlo de la mejor manera que pudieran, pero para ello no deberían de morir en aquellos pasillos, ante una criatura que en fuerza podría arrancarles una pierna, como si del muslo de un pollo se tratara y devorárselo delante de ti, mientras morías con un fuerte dolor agonizante.

Comenzaron a avanzar lentamente, a sus espaldas escuchaban el ritmo desigual entre los golpes de los zombies y las gotas de la lluvia que caía, acompañado por la tormenta. Por un momento se Atsuko se preguntó si una tormenta podría arrastrar los cadáveres vivos de los zombies lejos de la isla  y convertirlos en una amenaza peor, debajo del agua, que los podría alcanzar en cualquier momento sin siquiera sospecharlo… Ese tipo de amenaza existía, no es muy común, pero es mucho más alto a los ataques de tiburones por ejemplo. Y más aún en costas cercanas de los continentes, donde miles de personas murieron en esas orillas, ahogados, mordidos, comidos, y luego se dispersaron bajo el agua, en parte caminando, en parte llevados por el oleaje y las corrientes. Nadie sabe como se haría una vez repoblado el planeta, para limpiar los océanos, o si se podría hablar de una verdadera limpieza, si aún en esta isla alejada de la costa, seguían llegando criaturas eventualmente, como bien podía demostrarlo en esta oportunidad los zombies Psíquicos…

-      ¿O este sería otro ataque coordinado por las mismas fuerzas que quieren eliminar a Lionheart por la información que está manejando?...

Sus pensamientos la distraían… ella no quería distraerse.

Llegaron al final del pasillo y el mismo cruzaba a la derecha, caminaban lentamente, intentando de hacer el menor ruido posible, y muy pendientes de cualquier sonido que pudiera provenir del interior.

Ninguno de los dos conocía con exactitud esas instalaciones, era imposible que Lionell las conociera, y Atsuko nunca había tenido necesidad de acercarse a ellas para realizar ninguna reparación, porque no era uno de los técnicos de la base.

Sin embargo, Lionell se detuvo por un momento al llegar al siguiente final del pasillo, el camino se dividía en 2… a la izquierda y derecha… sabían que posiblemente algo así pasaría y sería mucho más rápido separarse a buscar la ubicación de la estación que intentarían de reparar…

Atsuko ya estaba realizando señas a Lionell… ella tomaría por la derecha, el por la izquierda… y cuando encendió la linterna, Lionell le detuvo, bajando la luminosidad al suelo, y apretando el botón para que se apagara de nuevo. Ella no comprendía exactamente por que lo hacía, si se separaban sería mucho más rápido para cubrir el espacio…

Cuando estaba a punto de hablar, el le colocó un dedo sobre sus labios, en gesto de silencio… Ella conocía ese gesto, amaba ese gesto, pero ese no era el momento… Entonces separó su dedo de los labios de ella y los movió lentamente arriba y abajo, como señalando el techo del pasillo.

Ella siguió con su mirada lo que señalaba su dedo, mientras la linterna de él ascendía y señalaba justo lo que él quería que viera. Eran tuberías gruesas, tuberías de cableado que pasaban por el techo y venían desde el pasillo izquierdo… En la intercepción, hacia el lado derecho, solo seguía un tuvo muy pequeño en diámetro, y al que estaban conectados las cadenas de bombillos correspondientes que deberían de estar iluminando el camino.

Ella comprendió, ambos habían visto la misma película de dinosaurios de niños, ambos rieron como cómplices de una misma travesura, recordando por un momento, aquella noche que se escaparon de la base Libertad Americana XIII donde estaban, a una colina cercana, alejados de todos y de todo, acostados sobre la dura roca, con la grama cercana en los alrededores, observando las estrellas y conversando de esas maravillosas películas de su juventud y su niñez.

Parecían tener un suave brillo en sus ojos, cada uno con esa mirada pícara, de los recuerdos alegres de la juventud.

Un sonido hueco y sordo pareció escucharse en el fondo del pasillo… Ambos voltearon inmediatamente, mientras Lionell apuntaba con la linterna en la dirección de donde provino el sonido.

Atsuko a su lado apuntaba con su arma, aunque había visto el tamaño del zombie que había lanzado al hombre contra el panel de control y sabía que su altura era mucho mayor a la de un zombie promedio, (o debería de decirse a la altura que tienen los humanos promedio), el que le arrancara las piernas a su victima le impedía poder realizar un calculo de a que altura se encontraría su cabeza para dispararle.

Debían dispararle inmediatamente en la cabeza, no permitirle que los alcanzara, o con su fuerza descomunal podría usarlos como palillo de dientes, luego de arrancarles sus extremidades como un conejo cocinado a la leña.

Caminaban poco a poco, seguían con lentitud el camino que se veía del cableado en el techo, apuntándolo momentáneamente de vez en cuando para asegurar que continuaban su camino y no lo perdían en mitad de un pasillo.

En el fondo una figura comenzó a acercarse tambaleándose, su caminar era lento, el sonido de sus pies arrastrándose por el concreto daba la sensación de ser el sonido de un gemido de dolor y sufrimiento con el eco de las paredes, que lo convertían en un suave susurro a mayor distancia.

Su rostro comenzó a reflejarse en la luz que lo iluminaba, sus ojos parecían vacíos en la oscuridad de sus cuencas, mientras su boca abierta mostraba el hambre y la furia de su portador… No hacía sonidos, no gemía, solo se escuchaba sus pasos, pues su garganta oscura y siniestra ante las sombras que proyecta su propio cuerpo, se encontraba desgarrada y muy destruida.

Detrás comenzó a aparecer otra criatura, su camisa tropical se encontraba abierta mostrando un vacío agujero de infinita oscuridad, donde debería de haber estado sus órganos antes de que se alimentaran con ellos.

Lionell volteó a ver a Atsuko, el continuaría con la linterna mientras ella disparaba a los objetivos, era lo mas sencillo en aquél momento, no deberían de dar muchos problemas.

El primer disparo salió de la pistola, la bala surcó por el aire a la velocidad del sonido, rompiendo el silencio del pasillo, moviendo el aire y el polvo en su trayecto hasta alcanzar el cráneo del primer zombie que se les estaba acercando en ese momento…

La bala atravesó por completo la cabeza de aquella criatura, al parecer ya estaba bastante debilitada por alguna razón que a ellos en ese momento les era desconocida. Pero al salir por detrás solo fue a perderse en la oscuridad detrás de este ser…

Su cuerpo caía lentamente al suelo, Atsuko cambiaba de objetivo mientras continuaban avanzando poco a poco para acortar distancias y asegurar el disparo contra el segundo zombie.

Un fuerte sonido, un grito que se intensificó con el eco de las paredes, y parecía que había movido el aire caliente del fondo hasta donde estaban ellos, les llegó, golpeándoles los tímpanos con mucha fuerza.

Se agacharon para taparse los oídos, típico movimiento protector cuando algo te ataca y te duele, pero este ataque había sido mental, y auditivo… Lo que fuera que hizo aquél grito, estaba molesto.

Cuando comenzaban a levantarse, escucharon de nuevo unos golpes contra el concreto, por un momento creyeron que podrían ser los zombies que dejaron afuera, que al escuchar el grito desde el interior, intensificarían sus golpes contra las puertas que los retenían. No tardaron en darse cuenta de lo equivocado que estaban sus suposiciones…

Desde el fondo del pasillo, cuando volvieron a apuntar con la linterna, una silueta inmensa parecía acercarse muy rápidamente, el problema es que esa silueta siquiera debería de ser posible que estuviera dentro de esos pasillos, consideraban que debía ser un efecto óptico entre las sombras y la luz de la linterna de emergencia.

Sintieron los golpes acercarse, hacerse más y más intensos, la sombra desde atrás del zombie que les faltaba por eliminar alcanzó al mismo, mientras ellos comenzaban a dispararle con sus pistolas.

Los fogonazos de luz de las armas les iluminaban sus rostros, el miedo de apoderaba de ellos, la adrenalina se disparaba, y el zombie que tenían frente a ellos era aplastado contra una pared a su lado, mientras la inmensa criatura lo pasó, y continuaba corriendo hacia el frente. Sus enormes brazos se encontraban levantados, parecía que se tapaba la vista de la luz de la linterna que le pegaba a la vista, mientras corría casi a ciegas hacia la fuente de la luz y los disparos…

Ellos pudieron ver como las balas contra su pecho se incrustaban en la piel, y dejaban salir un espeso líquido negro que corría por su pecho, una corta distancia y se secaba, Lionell intentó de dispararle a la cabeza, pero las balas se detenían en los músculos y huesos de sus brazos que  cubrían su rostro.

Por un segundo, quitó los brazos de su rostro para observar a quienes les disparaba, su rostro, sin mucha carne, y con la boca abierta enormemente como si se fuera a comer y devorar a todas las criaturas que se le colocaran en el medio, uy de su garganta se podía ver el esófago como si de un tubo de alimentación externo se tratara.

Atsuko lo reconoció inmediatamente, era el ser que había volado al soldado contra el panel de control como un muñeco de trapo, Lionell logró reaccionar con apenas segundos antes de que los alcanzara. Al tener el rostro al descubierto disparó intentando que la mano le temblara lo menos posible.

La criatura pareció perder el equilibrio tras el impacto, su rostro no mostró ninguna reacción ante la sorpresa, ningún sentimiento humano mientras su enorme cuerpo caía fuertemente contra el suelo justo frente a Atsuko y Lionell. Se deslizó unos pocos centímetros, no creían que le había ocurrido ni un metro siquiera…

Sintieron como sus piernas temblaban, la adrenalina se había disparado por todo su cuerpo, y Atsuko sentía que no se podía mover, si lo intentaba caería pues las piernas no le respondían ante el monstruo que tenía enfrente.

Lionell creyó que vomitaría lo poco que tenía en el estomago, luego del susto de ese monstruo abalanzándose encima… Por un momento recordó la escena de Hulk persiguiendo a la viuda en la película de “los Avengers”, y supo el miedo que debió de sentir ella con un monstruo gigante persiguiéndola por un pequeño pasillo mientras corría por su vida. Pero ellos no habían corrido, no pudieron, sus instintos no les respondieron ante el miedo de lo que se les venía encima.

Tomó la linterna con una mano y a Atsuko por el brazo, levantándola para que no vomitara y apoyándose uno del otro, rodearon lentamente el inmenso ser que se encontraba derribado a sus pies…

Cuando llegaban hasta sus piernas, Lionell observó que la criatura estaba completamente descalza, y uno de sus pies se encontraba lleno de la sangre negra y coagulada que había pisado el otro cadáver que Atsuko mismo había derribado unos segundos antes de que él apareciera.

Continuaron caminando, cuando se le vino una idea a la cabeza, - ¿Y si no lo maté sino que solo se resbaló con la sangre y el golpe en la cabeza lo dejó inconciente un momento?... – El miedo y la adrenalina se volvía a apoderar de él, cuando, como si le hubiera leído el pensamiento, la criatura en su espalda comenzó a levantarse de nuevo lentamente.

Ambos se voltearon, levantaron sus armas y comenzaron a dispararle, las balas golpeaban su espalda, su nuca y se veía como los pedazos de carne descompuesta volaban con cada bala. Pero la criatura no había levantado lo suficiente la cabeza para darle un disparo certero en el cráneo.

Esta giró sobre su pié con el brazo extendido. Lionell logró empujar a Atsuko para que se agachara, pero no logró esquivar la embestida de aquella masa, que parecía más un tronco gigante que lo hubiera golpeado y lanzado unos metros hacia su espalda.

Golpeó una de las paredes y rodó por el suelo… la linterna cayó cerca de Atsuko antes de que este saliera volando.

Ella no sabía que hacer, se vio envuelta en pánico, comenzó a disparar, solo salieron 3 balas antes de escuchar el tan odiado sonido de un arma sin balas, “clic”, desde la recamara vacía que pedía más balas.

El monstruo se agachó, tomó el cadáver del zombie que le había hecho resbalar por una pierna, lo levantó y lo movió por el aire como si fuera un garrote para golpear a Atsuko, pero la flexibilidad del cuerpo lo hizo parecer más un látigo que un garrote…

Ella intentó cubrirse con los brazos del golpe, pero la fuerza y velocidad igual la hicieron salir hacia atrás unos pocos metros, cayendo en sus cuartos traseros, y resbalando por el suelo, quedando muy cerca de Lionell.

El monstruo gritó nuevamente, la furia lo atacaba, y sabía que tenía dos nuevos aperitivos de comida frente a él, uno ya estaba listo para ser devorado, el otro quería dar algo más de guerra antes de rendirse a su poder…

jueves, 2 de mayo de 2013

Capitulo 11, LA LLEGADA DE LOS OTROS, IV "Vientos de Tormenta"


IV
Vientos de Tormenta…

1

Si nuestros compañeros pudieran ver el horizonte, verían que a lo lejos, en el infinito firmamento donde el cielo y la tierra se hacen uno, y los antiguos marineros y piratas creían que se encontraba “El Fin del Mundo”, podrían observar unas nubes de un color gris, que comienzan a oscurecerse, los rayos del mitológico Dios Zeus retumban he iluminan lo que en las próximas horas se convertirá en una fuerte tormenta. El agua que desciende parece un hermoso manto que separa la realidad de una isla tropical, a una pesadilla.

Sin embargo Lionell y Atsuko no pueden ver estas nubes que están formándose, que, si los vientos no son favorables, azotará la isla en apenas unas horas. Ellos están concentrados en las sombras del bosque, en el camino a sus pies. Puesto que los animales no están haciendo ningún sonido, cada pisada que dan en el endurecido suelo, con la alfombra de hojas y ramas caídas, se escucha como el grito de dolor de la naturaleza, llamando a cualquiera que pueda ayudarla.

Pero los únicos que están para escuchar ese crujir de las ramas quebrándose baso sus pies, no son nuestros dos protagonistas… Desde las sombras, escondidos de manera no intencional detrás de árboles y entre las sombras, ellos simplemente reaccionan cuando el sonido les pasa por un lado, reaccionan cuando el olor de la carne viva y sabrosa los alcanza, reaccionan cuando sus destruidos ojos logran ver la vida fluyendo por el interior de las dos personas que caminan, con mucho cuidado, por el bosque hacia la estación eléctrica.

Sus armas no tienen el seguro, ya han tenido que eliminar unos cuantos zombies de su camino, varios de ellos caminando, y uno que se arrastraba entre las hojas y parecía una serpiente buscando su alimento.

Una gota de sudor corría desde la frente de Lionell, descendiendo por un lado de su ojo izquierdo, la presión atmosférica y el calor estaban atacándolos, puesto que los humanos aún tienen muchos enemigos, el clima, las enfermedades, la falta de alimentos, los zombies, las criaturas mutadas por el virus, y los peores de todos… Otros humanos en búsqueda de su propia supervivencia.

Aunque de ellos no se ha hablado todavía, ya se podrá conocer sus historias, porque en este momento, Atsuko descubrirá los miedos que se pueden sufrir en un bosque, los terrores que pudieron sentir aquellos que creyeron que los muertos no los alcanzarían en las selvas del amazonas, selvas de America y Europa, donde fueron a esconderse, sin conocimientos de supervivencia en estos ambientes, y con una criatura que no sufría ningún tipo de impedimento mayor.

A los zombies no les preocupa el calor, no les preocupa que una enfermedad los alcance, no todos tienen conciencia de la cantidad de comida que puede quedar aún en el planeta, y entre ellos mismos no se estaban matando por un trozo de carne fresca. Cuando uno de ellos lograba atrapar algo para comer, y llegaba un compañero, ellos solo se hacen un hueco para comer juntos, sin necesidad de palabras, sin necesidad de intercambios ni trueques… Podrían ser una sociedad perfecta, si no fuera por su estado deplorable, y su falta de inteligencia.

Atsuko da otro paso junto a un árbol que, desde su base, se encuentra rodeado por un hermoso manto de moho, la rama que se encontraba oculta debajo de las hojas caídas, o tal vez transportadas por las hormigas, se convirtió en la “señal” de su atacante.

Cuando pisó con fuerza y confianza, la rama se partió, su sonido crujiente, despertó inmediatamente a un zombie que se encontraba en una de las ramas más bajas del árbol, Nadie sabe desde cuando pudo estar ahí esa criatura, pero en ese momento cayó desde su rama, y alcanzó a Atsuko, cayéndole encima, derribándola y golpeándola contra el suelo.

El grito de ella alertó inmediatamente a Lionell que se encontraba un paso por delante, y cuando volteó a verla, lo primero que observó fue un grupo de hojas flotando justo alrededor de donde ella debería de estar detrás de él, caían suavemente, mientras ella gritaba nuevamente pidiendo ayuda, su arma se le había caído con el golpe, tenía un brazo en el destruido y descompuesto cuello de aquella criatura, mientras su otra mano, se deslizaba peligrosamente por su frente, la piel de la frente estaba resbalosa y viscosa por la descomposición, esto no le permitía tener un buen control, mientras la criatura poco a poco aplicaba mas fuerza a su cabeza y su mandíbula se abría y cerraba con fuerza intentando de morderla. Las manos de aquella criatura intentaban de agarrarla inútilmente por la ropa, sus dedos habían sido devorados por alguna criatura cuando aún estaba con vida, y sus palmas carecían de una forma presionar eficientemente los brazos de Atsuko para sujetarla.

Lionell se acercó lo más rápido que pudo hasta donde ella estaba, la mano de ella resbaló, el zombie la había vencido, sentía su fétido aliento descompuesto golpeando en su nariz cuando se acercaba triunfante hasta su piel.

Un fuerte golpe la hizo girar noventa grados a su hombro izquierdo, por la inercia del cuerpo del zombie intentando de seguir la trayectoria de la cabeza. La patada que Lionell le había propinado a la criatura en la cara, le había hecho despegarse la cabeza del cuello y rodar como si de un balón de futbol mal inflado se tratase.

Por el cuello destruido, caía gironés de carne descompuesta, algunas plumas y pequeños huesos de criaturas que parecía haberse comido aquél zombie. Al mismo tiempo que una horripilante familia de gusanos, cien pies, y otras criaturas rastreras que se estaban alimentando de la carne descompuesta, caían sobre ella.

Asqueada y asustada, comenzó a golpear el resto del cuerpo para poder quitárselo de encima, no quería seguir teniendo ese peso muerto sobre su cuerpo, y menos aún seguir tirada en el suelo donde podría ser victima de otro ataque…

Ataque que no se hizo esperar…

Mientras Lionell estaba ayudando a Atsuko a levantarse, con la adrenalina disparada en sus organismos, sintiendo cada pulsación de sus acelerados corazones golpeando en los tímpanos, no llegaron a escuchar al zombie que se le acercó por la espalda de Lionell, arrastrándose hábilmente, sin piernas, y unos brazos con mucha fuerza, tomó la pierna de él.

Como un acto reflejo, Lionell al sentir el contacto de las fuertes y putrefactas manos, llenas de astillas clavadas en la podrida piel, y los brazos cubiertos por las hojas pegadas a los viscosos líquidos que había chorreado su cuerpo, lanzó la pierna de un tirón hacia el frente. Este simple movimiento de acto reflejo pudo ser el que le salvara la vida, pues los dientes del zombie solo se clavaron en el pantalón, y rasgaron toda la parte inferior del mismo. Se llevó una parte de la tela en la boca, mientras Lionell caía rápidamente al suelo. Sus brazos lograron amortiguar la caída, pero no detenerla por completo, y mientras intentaba de voltearse a ver qué lo había atacado y le había tomado por la pierna desgarrándole el pantalón, escuchó un disparo, seguido del crujir del hueso destruyéndose.

La criatura descendía suavemente, con las hojas cubriéndole el cuerpo, y su cráneo chocando contra la suave alfombra de la selva. Levantó la mirada y se encontró con la mano de Atsuko estirada, esperándolo para levantarlo del suelo.

Le dio la mano, aún podía sentir un poco la viscosidad que había quedado en su piel a causa del contacto con el zombie anterior, se levantó y quedaron muy cerca, cara a cara. No había tiempo para momentos románticos, solo alcanzó a decirle un gracias salido de su corazón, con los sentimientos a flor de piel, cuando sintieron los pasos de otra de las criaturas acercándose entre los árboles que aún les separaba de la central eléctrica.

-      Ese disparo tuvo que alertarlos…

Mencionaba Lionell mientras observaba a la criatura salir torpemente detrás de un árbol. Voltearon a su alrededor, y les pareció ver por lo menos dos o tres más de esas criaturas moviéndose entre las sombras del denso follaje.

Decidieron dar un pequeño rodeo, el camino directo a la estación eléctrica no era ya completamente seguro, y si se quedaban ahí parados serían rodeados, y posiblemente superados. Parte del entrenamiento que reciben en las bases de asentamiento, es a no quedarse en una ubicación cuando la misma se encuentra comprometida. Deben mantenerse en movimiento, o buscar puntos altos donde no puedan alcanzarlos, cuando el huir se considere imposible.

Comenzaron a caminar nuevamente, con cuidado para no seguir siendo sorprendidos con otras criaturas, vigilando también las ramas bajas de los árboles para evitar otro ataque desde arriba, dejando a los demás atacantes atrás, y sin poder ver sobre los hermosos copos verdes, las horribles nubes de tormenta que se acercan a la isla, sin que nadie ni nada pueda detenerla en su camino.

2

Mientras caminaban por los pasillos, no se escuchaban gritos de dolor, no se escuchaba mayor movimiento… Las luces de emergencia ya habían fallado en algunas áreas, si la base se lograba recuperar tendrían que cambiar esas luces…

-      Si se logra recuperar… ¿Qué clase de pensamiento es ese Lori?... Has sobrevivido años en Argentina sola, sobreviviste con los zombies de tus padres dentro de tu casa, todo hasta que tu tío los eliminó cuando te fue a “rescatar”, como si eso pudiera llamarse un rescate…

Los pensamientos de Lori la mantenían un poco distraída, sabía que había zombies dentro de la base, cuando la atacaron el objetivo de esas cosas era buscar algo en su interior, no quería usar su poder, para no decirles que estaba bien, y que estaba en la base buscándolos para eliminarlos…

Pero eso también le dejaba cierta desventaja, no podía usar su poder para saber si al voltear la próxima esquina se encontraría con una horda de zombies o de criaturas peores… Más aún desconocía por completo de cuantos Psíquicos más podían estar invadiendo la base.

-      Aún peor es no saber qué pueden estar buscando esas cosas… Al no saberlo pueden estar en cualquier parte, y metiéndole ideas a los soldados en sus mentes directamente pueden averiguar lo que sea… ¿Tendrán tanta conciencia como para organizarse a ese nivel?...

Volteaba por la esquina, mientras más avanzaban al interior oscuro y húmedo de la base, sabía que si podían llegar a ese nivel de conciencia, en la esquina del final del pasillo, se observaba un zombie de pie, su brazo izquierdo lo había perdido hace un tiempo, y las ropas que cargaban parecían apenas jirones de una bata que pudo tener encima al momento de su muerte… ¿Un científico o un doctor tal vez?... no era momento para pensar en algo así…

Les hizo señas a los muchachos, le informó a uno de ellos que se asomara y le informara que veía, ya que había un zombie, pero no lograba captar a ningún Psíquico cerca, quería comprobarlo. Ellos no sabían que les estaba mintiendo, que no estaba usando su poder, pero estaba segura que no debía decirlo, porque eso le traería problemas.

El soldado se asomó por la esquina… Observó con cuidado el zombie con su silueta dibujada por el foco suave de la luz que llegaba de una luz de emergencia, agonizando detrás de él. Se volteó a ver a Lori, informando que veía un zombie normal, nada del otro mundo.

El soldado apuntaba para disparar a la criatura, comenzaba a posicionar su dedo sobre el seguro del arma, para colocarlo en posición de un solo disparo. Pero en ese momento Lori le colocó la mano en el cañón y con un movimiento muy lento y suave le hizo perder la mira para que no gastara una bala.

Cuando volteó a verla, esta le estaba haciendo señas a la otra chica de su propio grupo, no entendía como podía confiar más en ella que en él que tenía entrenamiento en situaciones de combate, aún más allá de toda comprensión, estaba enviando a la niña al frente de la situación, hasta donde estaba el zombie. Si hubiera querido algo silencioso, le hubiera dicho a él mismo, y se acercaba a golpear a aquella criatura hasta que su cabeza estuviera destrozada.

Y como un hilo de luz, que atraviesa y corta el aire, observó como la chica, con un arma que tenía en su espalda, picaba al zombie por la mitad, en forma vertical de un solo golpe, separando su cerebro en dos partes, y de una manera completamente silenciosa.

La chica se acercó de nuevo al grupo, poco a poco, mientras volvía a guardar su arma en su espalda, aquella espada parecía muy grande para alguien del tamaño de ella, aún así, su movimiento fue tan grácil como si estuviera hecha única y exclusivamente para esa niña…

El soldado retrocedió, entre apenado, molesto y celoso, porque un trabajo que pudo hacer él, se lo habían dado a una chica, y ella lo ejecutó, posiblemente, mejor que él… Los chicos se burlarían por los próximos días, no ahora en medio de un ataque, pero los próximos días los que sobrevivieran y conocieran aquella historia…

-      No te pongas así… - Le contestaba Miguel, su compañero que siempre andaba junto a él, y quien le tenía mucho aprecio. – Esa chica es una chica especial, no sabe disparar muy bien, es muy mala con las armas de fuego, pero tengo entendido que su papá la entrenaba mucho en el uso de esa espada.

-      Y entonces porqué su papá no la mantuvo con vida y andan por ahí juntos en este mundo tan bonito… - Contestaba Luis, intentando de conseguir una defensa para evitar ser expuesto y burlado por sus compañeros.

-      Porque su padre, se convirtió en uno de ellos protegiendo a la familia, y ella fue quien lo eliminó para continuar con su legado… Ella salvó a su hermano menor, y su madre, ellos se encuentran seguros en una de las RCV, en tierra firme. Está con nosotros, porque era un recurso muy valioso.

-      De hecho en un momento se pensó en traerla a la base para convertirla en guardaespaldas del presidente. – Respondía Carlos, uno de los otros soldados del grupo que seguía los pasos de Lori, quien continuaba avanzando de manera muy lenta por los pasillos para evitar hacer ruidos y ser sorprendidos. – Pero cuando el presidente la tuvo en frente, solo la negó como guardaespaldas… Algunos dicen que por ser muy niña todavía, otros porque no confiaba en sus habilidades…

-      Tengo entendido que a ella se le dijo que era porque aún no estaban bien entrenadas sus habilidades… - Continuaba Miguel. – Pero al otro chico… el que tiene el poco de armas…

-      Yo escuché un rumor sobre ese muchacho… - Comenzó Luis, quien se sentía más cómodo, cuando el tema no se centrara sobre él. – Según tengo entendido a él lo entrenó Latasha Marzolla, una de las generales de la Unión Soviética, o de los Rusos, algo así, y que el muchacho tiene un fuerte nivel de control sobre muchos tipos de armas de fuego.

-      No solo control sobre las armas de fuego, mantenimiento, combate cuerpo a cuerpo con ellas, y una puntería excelente, algunos dicen que cada bala que ha salido de sus armas, ha sido un zombie menos… Si todos tuviéramos la misma puntería que ese chico, la historia sería muy diferente.

Mientras Luis comentaba de Latasha, Markus escucho muy levemente el nombre de su mentora, de la mujer que tanto quería y desconocía si continuaba con vida o había caído ante los muertos…

-      No… estoy seguro que no ha caído… Latasha es más fuerte que todo esto que está pasando. – Pensaba Markus para sus adentros – En algún momento tengo que regresar a casa a buscarla… Tengo que volverla a ver, y saber que está bien.

Un nuevo zombie apareció por la siguiente esquina, todos se sorprendieron, porque Lori no les había avisado a ninguno que esa criatura estaba ahí…

La criatura, se detuvo por un segundo, parecía sentirlos, puesto que comenzó a voltear hacia el pasillo donde Lori estaba a su lado, a menos de tres metros. Aunque por la lentitud de la criatura, no tuvo tiempo de reaccionar ante el ataque a la cabeza que recibió con el cuchillo que ésta le clavo en el cerebro.

Los demás soldados quedaron pendientes, por si algún otro zombie salía por la misma esquina… Nadie más salió en ese momento por donde el zombie había aparecido.

Lori estaba un poco preocupada, mientras mas ingresaban en la base, mas se encontrarían con estas criaturas, y se darían cuenta que no estaba usando sus poderes, con cada paso, cada esquina, sería más y más peligroso el ingreso en la base. En algún momento debería de activar su poder y comenzar  a sentir si de verdad es seguro o no la siguiente esquina, pero quería dejarlo hasta el último momento…

Markus y Casie se acercaron a Lori, con mucho cuidado y lentamente, mientras ella seguía concentrada en el zombie que acababa de eliminar, Markus le tocó el hombro, y esta reaccionó instintivamente apartando el brazo, saliendo de control la situación, atacando a Markus, deteniendo su golpe única y exclusivamente por el brazo de Casie que reaccionó a tiempo para detenerla, con el cuchillo muy cerca del rostro de Markus. Una nueva marca saldría de su rostro si no la hubieran detenido, pero él no la iba a atacar sin comprobar que estuviera realmente perdida en su infección…

Se quedaron viendo las caras los tres por uno o dos segundos… Markus pendiente de los movimientos que hiciera Lori, Casie aplicando lentamente más fuerza para retroceder el cuchillo, y Lori analizando y procesando lo que ocurría en todo alrededor. Parecía que su mente regresaba y se daba cuenta que quien tenía en frente y la había tocado era uno de los suyos. Bajó poco a poco la fuerza que aplicaba al brazo con el cuchillo, mientras los tres se relajaban nuevamente.

Markus iba a hablarle, pero antes de comenzar Lori comenzó sus nuevas ordenes.

-      Que estos soldados ingresen en las habitaciones que hemos dejado despejadas detrás de nosotros… No puedo continuar así.

-      ¿Así cómo?... ¿Así sin usar tus poderes, o así casi matando a los de tu propio grupo?

Le respondió secamente Markus… Casie no dijo palabras, retrocedió hasta donde estaba el resto del pelotón, y les comenzó a dar las órdenes de resguardarse al resto de los soldados, tendrían que esperar alguna señal de radio, o por los altavoces para conocer si era o no seguro salir en ese momento por la base.

Comenzó a discutir con unos soldados, cosa que Lori y Markus no pudieron escuchar el motivo.

-      No he querido usar mi poder para no llamar la atención. Pero se hace evidente que cada vez nos acercamos más a una zona de masacre, donde todos están muertos y convertidos, o muy cerca de convertirse en más de esas cosas…

-      Y no has querido decirlo porque estos hombres esperaban que estuvieras usando tus poderes para protegerlos en caso que estuvieran cerca ¿verdad? – Le respondía Markus a Lori…

-      También porque tengo algo de miedo de arriesgar demasiado la vida de esos hombres bajo mi mando… No me considero aún lista para comandar a un pelotón completo. Apenas si puedo con nosotros mismos por la confianza que nos tenemos, y que sé que si fallo en algo ustedes me lo dirán inmediatamente, o por lo menos lo discutirán

-      Eso no quiere decir que no pudieras tomar decisiones correctas… - Markus la veía directo al ojo descubierto. – El que no estés usando tus poderes también los protege de que recibas otro ataque y te conviertas en una carga para nosotros. Tu eres la líder, y has dado las ordenes que has considerado las correctas, como allá atrás le pediste a Casie que eliminara al zombie sin hacer ruido, o ahorita ordenándoles a resguardarse…

Casie se acercaba de nuevo a los muchachos, algunos soldados se habían ya retirado para resguardarse en habitaciones, en grupos de tres personas. Así podrían ayudarse si escuchaban algo, o incluso para protegerse de ilusiones, o eso esperaban. Pero habían cuatro soldados que no se habían retirado en ese momento, se quedaron de pie donde estaban, juntos y en espera de lo que conversaría Casie con Lori y Markus.

-      Estos cuatro dicen que no se van a retirar, que nos acompañaran sin importar las consecuencias…

Lori volteaba a ver a los muchachos… Inmediatamente se dio cuenta que uno de los muchachos que se quería quedar en el grupo era Matías, sintió indignación, dolor y rabia, que no le hiciera caso a sus ordenes…

Markus reconoció en los otros tres a los chicos que conversaban sobre las habilidades de ellos y lo que conocían de cada uno, momentos antes.

Lori iba a acercarse a regañarlos por no acatar una orden directa, cuando Casie la volvió a tomar por el brazo…

-      Antes que los regañes, recuerda que no estas usando tu poder, que ellos se están ofreciendo voluntarios para no quedarse como unos miedosos encerrados, mientras nosotros hacemos el trabajo pesado, y aún más allá… sentí que nos tienen cierto respeto que los demás no nos tienen, y podríamos necesitar respaldo.

-      Pero también pueden retrazarnos o darnos razones para matarlos si se nos atraviesan en el fuego cruzado y no siguen mis ordenes.

Se soltó de Casie de un tirón en el brazo y continuó caminando hasta los muchachos. Markus y Casie veían a Lori caminar de manera firme hacia los muchachos cuando conversó con ella.

-      ¿Los convencerá de quedarse atrás?

-      Esos hombres quieren dar su vida por el bienestar de todos, y no aceptarán una orden de retirada… - En los labios de Casie se dibujó una suave silueta de una sonrisa… - Además, él la ama demasiado como para dejarla sola, y eso la terminará de convencer por los demás también.

Lori alcanzaba a los muchachos… Pero antes que ella comenzara siquiera a hablar Matías adelantó un paso, la sostuvo por los hombros y le dio un nuevo beso en los labios que ni ella, ni los demás se esperaban…

-      ¿Sabías que iba a hacer eso?

-      Nadie puede saber como reaccionaran los enamorados en ciertas situaciones extremas pequeño…

Matías y Lori se apartaron, él le colocó un dedo sobre sus suaves labios que se habían “derretido” ante aquél beso, deseado y sorpresa al mismo tiempo…

-      Antes que nos quieras devolver, hemos decidido seguirte hasta el infierno si es necesario. Yo más que cualquiera de ellos, pero cada uno ha tomado por voluntad propia las riendas de sus vidas, no más escondernos, no más esperar encerrados ordenes, no más estar sobreviviendo con las sombras de los muertos encima, queremos comenzar una verdadera reconquista, y tú eres parte esencial de nuestro futuro… Eres mí futuro… y para poder alcanzarlo debemos caminar juntos…

Ella se quedó en silencio… sabía que podía repicar, que podía decirle mil y una razones para que no los acompañaran en medio de un ataque de Psíquicos, todas las tenía en la punta de la lengua para comenzar a desperdigarlas a los cuatro vientos… Pero sus ojos… la sensación de sus labios suaves sobre los suyos, el corazón tocando la dulce canción de los Ángeles…

-      Si cualquiera llega a fallar, mátanos para no convertirnos en un inconveniente más. Pero no nos dejes morir lentamente detrás de una puerta sin poder ayudar.

Lori no podía responder… Sabía que debía responder pero no era capaz de decir las palabras que tenía en mente.

-      Si cualquiera deja de seguir mis órdenes lo tomaré como un enemigo que ha sido tomado por un Psíquico y será eliminado.

-      ¡Comprendemos!

Respondieron al unísono los cuatro hombres…

-      Entonces continuemos…

Dejando el grupo mayor detrás, Lori debía sentirse más segura de cada paso, era un poco menos de responsabilidad. Sin embargo Matías seguía con ella… Eso le daba confianza, y al mismo tiempo le hacía temer aún más por su seguridad.

Desconociendo, donde se encontraba el líder de este grupo de Psíquicos, y que el mismo ya estaba muy cerca de su objetivo final en los niveles más profundos y secretos de las instalaciones…