VII
“Día 2: Teoría De La Relatividad …”
Existen
momentos en la en los que un ser humano no puede sencillamente tomar control
del tiempo que transcurre, en los que no se puede comprender como el tiempo
pasa tan lento y al mismo tiempo tan rápido en cuestión de segundos. Debe ser
aquello de la teoría de la relatividad que hablaba el científico Albert
Einstein en el siglo XX. En algún momento, una vieja película lo había
explicado en términos que Lionheart lo había comprendido mejor de lo que
pudiesen habérselo explicado en la universidad.
Recordaba
muy bien la escena pero no recordaba el nombre de la película, los hombres
estaban atrapados y uno de ellos irónicamente mencionó la teoría de la
relatividad y su peculiar forma de comprenderlo: “Cuando estas con una hermosa
mujer en la cama, haciendo el amor deliciosamente, 1 hora lo sentirás como 1
minuto y no te creerás como pasó el tiempo… Sin embargo, con la mano desnuda,
toma una sartén caliente por el mango, y unos pocos segundos de dolor y ardor
en la mano quemada lo sentirás como una hora de sufrimiento…”
Así
mismo se sentiría Lionheart en los próximos minutos, como si hubieran pasado
horas desde la llegada de la oscura noche y su posición en la entrada de aquel
edificio, hasta la huída a la B.O …
Sin
embargo, siempre es mas sencillo observar y capturar los detalles desde un
punto exterior, donde se puede analizar todo, y ya con la cabeza más fría lo
comprenderán mejor en un futuro próximo.
No
tenían mucho tiempo para idear un plan, se jugarían un todo o nada en aquel
momento, y así lo hicieron. Las consecuencias son terribles y difícilmente
serán olvidadas con facilidad. Las pesadillas los destrozarán en las noches
venideras, si es que la realidad no los mata antes.
Después
de realizar un rápido recuento de armas, las posibilidades de supervivencia no
estaban a su favor, pero no tenían alternativa. En cualquier momento los Licans
saltarían al interior de la recepción donde estaban atrincherados. Podían venir
de la calle, podían venir de los pisos superiores o del sótano por las
escaleras. Al tener tantas posibilidades, y la probabilidad de que llegaran
organizados por todas ellas tan alta, lo mejor era actuar primero.
Un
olor a aceite, cauchos y gasolina quemados impregnaba el aire, combinándose
dulcemente con la pólvora y la sangre en un delicioso y picoso objeto de
atención en aquel momento. Cuando estuvieron listos, lanzaron una granada
cegadora justo en la entrada del edificio y se cubrieron.
El
destello fue muy lejos como para cegar a los hombres que observaban desde la B.O ., pero lo suficientemente
cerca para hacer caer un Lican que se sostenía encima de la entrada esperando
que su victima saliera corriendo.
Primero
se escucho el pequeño estallido, luego el golpe de aquel pesado cuerpo,
dándoles la señal a los 3 soldados de comenzar y avanzar. El primero en ir
delante fue Lionheart. Su entrenamiento era de Francotirador, pero no quería
perder a Atsuko ni al otro hombre, no de nuevo.
Al
llegar hasta la criatura, esta se estaba volteando para ponerse de nuevo boca
abajo y en posición de ataque, pero una ráfaga corta y concisa, lo volvió a
tumbar al suelo, no podían malgastar balas, cada disparo tenía que valer, y
estas criaturas no eran fáciles de matar, por lo que tendrían que usar las
balas solo para disparar lo necesario.
Los
otros 2 miembros del equipo lo siguieron, Atsuko a su derecha unos pasos atrás
de él, y el otro a la izquierda de ella, creaban una especie de triangulo, o
circunferencia mal dibujada. Cuando salieron del edificio estando los tres
juntos y pegados, se pudo escuchar como del interior un golpe sordo tumbó la
puerta de las escaleras por las que esperaban que vinieran las criaturas.
3
granadas fueron lanzadas al mismo tiempo al interior del edificio, no podrían
esperar tener un enfrentamiento frontal con más de una de esas cosas. Dieron unos
pasos para alejarse, y la explosión, separada una de otra por segundos, les
llegó con tal estruendo que por un momento se tambalearon. Los vidrios de la
puerta de entrada se reventaron y chocaron con sus espaldas, se sintió un
ligero temblor en el suelo, y las llamas salieron del edificio, como la lengua
de un lobo limpiándose las fauces de la sangre de su victima.
El
brazo de un Lican, había salido volando y golpeó a Atsuko en el hombro.
Asqueada se limpió instintivamente un poco, llenándose los dedos de sangre, y
pensando para sus adentros que no era lo mejor que habría hecho en aquel
momento.
Gotas
de lluvia ya estaban cayendo del cielo, y un trueno atravesó las nubes,
iluminando momentáneamente la calle, las paredes y el interior de los edificios
que estaban en el camino. El equipo había decidido ir por el centro de la
calle, y desde la BO
intentarían de cubrirlos un par de francotiradores. No podían hacer más pues el
resto de los equipos estaban pendientes de los pasillos de los pisos que
ocupaban y las entradas del edificio, sin poderse acercar demasiado a las
ventanas para evitar que los tomaran por sorpresa, los francotiradores
arriesgaban sus vidas asomando sus armas por aquellas ventanas.
Contaban
los pasos, 12, 13, 14, 15… Cada vez que llegaban a 20 – 30 pasos (tenían una
sucesión numérica para estar siempre sincronizados con los pasos), ponían
rodilla en el suelo y cada uno escaneaba su área. En esa especie de triangulo
tenían mas posibilidades de cubrir los flancos, pero no tenían a nadie que
pudiera cubrir por completo todo… Menos cuando el enemigo no solo estaría en
tierra o ventanas, sino que también estarían en paredes como arañas, y quien
sabe que más podrían hacer, después de mostrar aquel nivel de organización.
De
una ventana del primer piso, en el edificio donde había estado el equipo Delta,
saltó una de aquellas criaturas, no llegó al suelo con vida, su cuerpo se había
llenado de agujeros por donde su sangre negra y sucia corría libremente al
suelo para ser arrastrado con las gotas de lluvia. Lo que realmente le
preocupaba a Lionheart no es que saliera ya la primera de ellas al ataque, sino
que solo había salido una. Parecía que se había lanzado como carne de cañón
para probarlos y probar sus armas. Sabía que en un juego de guerrilla se
utilizarían trampas así, no con personas vivas, pero si con muñecos, ropas y
cosas así que hicieran reaccionar al enemigo y mostrar que tan controlado se
encontraba.
No
le había gustado para nada aquello, con una seña de la mano indicó que pusieran
sus armas en automáticas, así no saldrían ráfagas y desperdiciarían mas balas,
pero en caso de un ataque mayor tendrían una mayor capacidad de respuesta.
El
auto en llamas a sus espaldas les proporcionaba cierto calor entre aquella
humedad y frío que comenzaba a apagarlo, era muy interesante ver como la sangre
de aquellas cosas no se mezclaba con facilidad con el agua de la lluvia,
parecía como una combinación de agua y aceite, pero un aceite sumamente sucio,
usado y quemado.
Ya
se iban a poner en marcha de nuevo cuando otro rayo cruzó los cielos, Lionheart
ordenó de nuevo detenerse. Logró ver la sombra de una de las criaturas
esperándolos detrás de un vehiculo en la calle a unos 20 metros al frente. Atsuko
le tocó el hombro, y le hizo señas de que había visto por lo menos 3 de esas cosas
aún sobre las paredes del edificio por donde había saltado el primero. Esos
eran los más peligrosos porque no harían ruido al saltar sobre ellos. Y la
oscuridad los ayudaba perfectamente a mantenerse ocultos a la simple vista
humana.
El
soldado de la izquierda hizo lo mismo, especificando solo 2 criaturas, tal vez
no estuvo lo suficientemente pendiente, o no pudiera ver algún otro, después de
todo no tenía mucha experiencia de campo. Esta misión se veía sencilla desde el
satélite, una zona bastante limpia y con pocos zombies en las calles, sería
buen entrenamiento para los novatos. Lo que no esperaban es que fuera una
verdadera prueba de sangre la que harían para graduarse estos chicos nuevos.
Lionheart
volteo al edificio de la BO. Uno de
los francotiradores le hizo señas con una linterna, para que supiera en que
ventana se encontraba, desde su posición tenía a los 3 soldados cubiertos en la
calle, si supiera leer los labios hubiera comprendido más rápido lo que
intentaba de decirle Lion en el frente del grupo, pero su compañero si le había
comprendido las señas rápidamente. 6 Licans en total, les pedían que se
encargaran por lo menos de 1 de cada edificio, y contra el que estaba en la
acera frente a ellos. Ese era el principal, puesto que ellos buscarían de
encargarse de los que brincaran que habían visto. Y todo tenía que ser
sincronizado en el momento que comenzaran a moverse de nuevo para evitar
inconvenientes mayores.
Estaban
lo más listo que podían estar, sabían que tampoco podían darse muchos lujos,
pues con cada segundo que pasaba sería peor, sin embargo a Lionheart le parecía
que había estado una hora ahí arrodillado dando las ordenes y esperando para
poderse mover.
Casi
como por arte de magia al momento de levantarse, otro fuerte estruendo se escuchó
de los truenos, y el flash de esa hermosa foto de los cielos le había mostrado
de nuevo las posiciones de las criaturas que tenían que atacar. Comenzaron a
moverse, y todo parecía transcurrir en cámara lenta, todo menos los
pensamientos del pequeño grupo que buscaba ponerse a salvo.
Para
los francotiradores era imposible darse cuenta, pero entre el agua de la lluvia
que corría por la frente de quienes venían en camino, se ocultaba perfectamente
las gotas de sudor por los nervios del momento. La tensión aumentaba con cada
paso dado, y los muchachos podían sentir las venas aumentar de tamaño con la
sangre bombeada rápidamente desde sus corazones.
Algunos
pudieran pensar que el olor de la lluvia era agradable. Y podría serlo… Si no
fuera porque el olor de la lluvia se ha impregnado con el olor de la suciedad y
la muerte. Pero cada uno de estos pequeños detalles, el espeso olor a muerte,
la visión bastante oscura de una calle bañada en sangre, los rayos cruzando el
cielo mientras la lluvia aumenta su fuerza, y un salado sabor a sudor en los
labios, solo ayudan a aumentar la adrenalina y con ella, el aumento de los
sentidos y la alerta en los 3 soldados.
Otro
paso avanzando hacia la BO ,
en verdad que todo parecía ocurrir demasiado lento, y a Lionheart no le gustaba
la sensación. Esperaba que en cualquier momento una de esas criaturas saltara y
le tomara por el cuello para matarlo. Su pensamiento no tuvo que esperar más
que un único paso extra.
Del
vehiculo que tenía enfrente, donde ya había observado la sombra del primer
Lican que tendría que atacar, saltó con mucha fuerza y por encima del vehiculo
la criatura dispuesta a tomarlo por el cuello y lanzarlo al suelo.
Estaba
levantando el arma cuando escuchó a lo lejos un relámpago… Pero no vio ninguna
luz que informara de aquella nueva foto desde los cielos. Lo que si pudo fue
sentir como unas gotas de líquido tibio, mas ameno que el que caía del cielo y
su sudor frío le caía en el rostro, provocando que cerrara los ojos
instintivamente para evitar quedar cegado.
Al
regresar su mirada, observó y escuchó como la criatura cayó frente a él, sin
fuerza alguna, y con un agujero que le atravesaba el cráneo desde la parte
trasera hasta el frente por donde había salido la bala. Gracias a Dios esa
criatura había saltado alto, o esa bala pudo haber herido a cualquiera del
equipo después de pasar por su carne y huesos.
Lionheart
levantaba la vista con dirección a donde estaban los francotiradores, con una
mueca de sonrisa en los labios, agradecido porque hicieran su trabajo, pero no
había tiempo para eso, a su espalda pudo escuchar a Atsuko disparándole a las
criaturas que había visto en la pared, y estaban moviéndose muy rápido hacia el
equipo, tenían que moverse.
Se
volteó a ese lado disparando con ella a la silueta de la criatura que lograba
ver entre destello y destello. Ya la lluvia los había empapado por completo, si
no morían deberán cuidarse de una pulmonía, pero ante la presencia de esas
criaturas, ese sería el menor de sus problemas.
A
su espalda escuchó el grito del otro soldado, le decía que se moviera, pero no
le daba tiempo de reaccionar. Había pasado de la extrema lentitud a la
velocidad vertiginosa de una montaña rusa en su velocidad punta. Mientras
volteaba a cubrir su espalda, sintió que lo empujaban a un lado.
Los
pensamientos se fueron, pudo verse por un momento mientras caía lateralmente
con una de esas criaturas encima, se veía como le comía el cuello, lo
desgarraba y se lo llevaba con el resto de cuerpos para ser devorado luego. Su
hombro golpeó el suelo, y fue en ese momento que se dio cuenta que no tenía el
peso del Lican sobre él.
El
soldado lo había empujado y había recibido a la criatura encima en vez del
sargento. Un grito desgarrador se escuchó en ese momento, cuando el soldado fue
tomado por el cuello con las fuertes mandíbulas de aquella criatura. Se
escuchaba como se ahogaba en su propia sangre, mientras el agua de la lluvia
escurría las gotas de sangre que salían de la comisura de su boca.
Atsuko
se había volteado a dispararle al Lican que lo sujetaba, pero no había servido
de nada. El Lican lo levantó con una fuerza increíble, aún con el cuello del
soldado entre sus fauces, como si de un juguete de trapo se tratase, y aunque
parecía que el soldado intentaba de sujetarlo para abrirle las mandíbulas se le
notaba que no le quedaban fuerzas.
Lionheart
retomo el control, y disparó, disparó y disparó hasta que la criatura y el
soldado habían desaparecido en las sombras de uno de los edificios laterales. Atsuko
lo ayudo a levantarse, y otro disparo como un trueno lejano se escuchó en el
aire. Los francotiradores habían matado a otro Lican que los rodeaba en ese
momento y del que no podrían defenderse de no ser por ellos.
Tomados
por los brazos, empezaban a correr hacia la BO , un poco magullados pero aún con vida,
pudieron escuchar el último grito de aquel soldado sin nombre, al intentar de
maldecir, pedir ayuda o simplemente gritar de indignación, solo unos segundos
antes de que una explosión se escuchara proveniente del edificio donde se lo habían
llevado.
Solo
quedaban 2 bombas, pues se habían repartido 2 para cada uno cuando hicieron el
conteo de las mismas. Sabían que escuchar esa explosión solo podía significar
que se había sacrificado para no regresar como un Zombie o ser comido.
Se
vieron a las caras, parecía que ella lloraba un poco con esta nueva pérdida que
había tenido, pero es muy fácil ocultar esas lágrimas cuando un fuerte aguacero
cae sobre tu rostro. Comenzaron a correr hacia el edificio, y al llegar a la
esquina pudieron ver como una jauría de esas cosas salían a su encuentro desde
ambos lados de la calle.
Los
habían emboscado y estaban esperando a ver si llegarían hasta ese punto. No se
detuvieron a contar, y continuaron corriendo intentando de pasar aquella
barrera que se formaría si no lo hacían rápidamente. Los disparos se escuchaban
con regularidad, amortiguados por la incesante lluvia, los Licans habían
comenzado a aullar de rabia. De sus fauces se les podía ver la baba cayendo,
algunos solo baba, otros eran mas oscura y se podía pensar fácilmente que era
sangre fresca de alguno de sus compañeros.
Corrían,
corrían y sus pasos se marcaban en los pequeños pozos de agua que se habían
formado. Las luces comenzaban a iluminarlos, si llegaban a ella podían tener
alguna oportunidad, pero por cada bala que alcanzaba a una de esas criaturas, 3
de ellas continuaban corriendo para alcanzarlos.
Mientras
pasaban por el lado de un vehiculo, Lionheart soltó su granada debajo del
mismo, esperando alcanzar matar a un par o 2 de esas cosas, y si no por lo
menos una distracción que les diera unos segundos extras.
No
se detuvieron en la carrera y ambos estaban cambiando los cargadores de sus
armas. Un gruñido fuerte desde sus espaldas llego cuando una de las criaturas
pasaba a las demás en la carrera, y se subía al vehículo, aullando para llamar
a continuar la cacería.
La
bomba estalló, y el vehiculo se levantó unos centímetros del suelo, se podía
ver como aquella criatura se agarró con las garras al techo donde se
encontraba, al comprender esta lo que ocurría intentaría de brincar al
edificio, sin lograr su cometido, el tanque de gasolina fue alcanzado por la
propia explosión de la granada, generando una segunda explosión más fuerte.
El
cuerpo de aquel que parecía un líder de manada, salió volando hacia el frente.
Ya no poseía las patas, y sus músculos ardían con el fuego de la explosión. El
vehiculo que se había desnivelado por el peso sobre él y la explosión debajo,
se había volteado en el aire antes de caer, aplastando consigo a otro de los
Licans que se encontraba a su paso y cortando el camino de los que lograron
esquivarlo.
Lionheart
continuaban corriendo, veía lo que ocurría a su espalda, las piernas le dolían,
el agua golpeaba contra sus ojos, el hombro le molestaba de la caída, pero pudo
ver como los Licans que pasaban del vehiculo se comenzaban a detener y a
olfatear a aquel que había caído y muerto con la explosión del vehículo. Al
parecer su pensamiento era correcto, por un golpe de suerte tal vez le habían
dado al líder de la manada, y lo habían matado.
Igual
no quería detenerse hasta llegar a su objetivo, pues no sabía como
reaccionarían aquellas criaturas, y ya estaban en la acera que aún poseía luz.
Vieron como de los edificios laterales salieron los grupos de soldados que se resguardaban
sin saber si existían más bestias cerca de ellos, disparaban en ráfagas y
comenzaban a darse apoyos entre todos, a cubrirse las espaldas mientras corrían
hacía la BO.
Los
Licans caían uno a uno en el gran grupo que se había reunido alrededor del
“líder” muerto. Pero eso no los hacía moverse; uno de los soldados lanzó su
granda, al grupo, y cuando estalló 3 Licans volaron por los aires. Los demás
comenzaron a apartarse y a alejarse; Cuando se pudo ver de nuevo el cuerpo del
líder, había un Lican, más grande y al parecer fuerte que los demás que se
encontraba comiéndose sus entrañas. De su boca caía la sangre y un trozo de
carne que acababa de arrancarle cuando le abrieron paso los otros. Muchos se
habían ido a la oscuridad, pero él se quedó ahí, observando a los soldados. Su
mirada era de rabia pura, parecía tener odio dentro de su mente.
Lanzó
un gruñido muy fuerte, y un aullido que pegó en los tímpanos de todos los
soldados que se encontraban en la calle, algunos se arrodillaron al no soportar
aquel dolor, otros intentaron de continuar gateando.
Las
criaturas empezaban de nuevo a tomar carrera hacia los soldados, pero esta vez
parecían haberse organizado de nuevo, y no como el final de su anterior líder
que simplemente se lanzaron en un grupo grande al ataque. Algunos
desaparecieron dentro de los edificios, o por las calles aledañas, otros
seguían por las paredes de los edificios, y entre todos mantenían cierta
distancia.
Los
soldados no tenían blancos fáciles en aquel momento, mientras le disparaban a
uno, otro lo reemplazaba y un segundo les saltaba por el costado que no estaban
disparando. La carrera hacia la BO
parecía más una carrera de la época de los cavernícolas, donde alcanzabas tu
cueva o eras comido por las grandes bestias.
Nuevamente
Lionheart sentía que el tiempo se había acelerado, aquella pesadilla iba
demasiado rápido para ser cierta. Veía como los soldados caían unos tras otros,
los Licans los superaban por números y una estrategia de no dejar a nadie con
vida que pudiera lastimarlos.
Cuando
llegaba a la entrada del edificio, junto con Atsuko una de aquellas criaturas
se le puso en medio del camino, y sin esperar respuesta de ellos, le brincó
encima. Empujó a Atsuko a un lado, y esta cayó, mientras que él sostenía a la
cosa por el cuello apartándolo de una mordida mortal que le pudiera hacer. Se
podía escuchar los disparos de los pisos superiores de sus compañeros ayudando
a los soldados que venían a su espalda. Ya no quedaba casi nadie en la calle
que tuvieran que cubrir.
Sin
que supiera como, ni cuando, pudo ver como un brazo delgado pero con fuerza, le
metía en la boca al Lican una especie de pelota oscura, y luego una patada
giratoria que haría que el animal se tragara aquella pelota. Aquél golpe le
logró dar una pequeña apertura para arrastrarse y salir de debajo de la
criatura, y sintió como Atsuko lo jalaba para ayudar a salir de ahí.
Corrieron
al interior del edificio, y cuando el Lican se disponía a cruzar el umbral
estalló desde adentro, lo que provocó que sus tripas, vísceras, estomago y todo lo que tenía por dentro se
desparramara en el HALL del edificio.
Dos
compañeros más llegaron detrás de ellos, y fue todo lo que llego de los otros 3
equipos que quedaban cuando comenzó la carrera. Las criaturas se acercaban a la
entrada, y desde los pisos superiores se escuchó un silbido que chocó contra el
suelo, unos metros delante de la entrada del edificio. La explosión provocó un
agujero en el suelo, y la muerte de por lo menos 20 cosas más de esas. Lo que llevó
a una respuesta instintiva de los Licans de retroceder.
Habían
llegado solo 4 de todos los soldados que quedaban afuera. Los Licans se
retiraron a la oscuridad, y destruyeron las luces de la calle. El agua corría
libremente sobre los cuerpos abandonados de los últimos soldados muertos,
llevándose la sangre al alcantarillado.
Aunque
estaban empapados, y sudando, con la posibilidad de capturar alguna enfermedad
habían logrado llegar con vida… Aunque se desconoce por cuanto tiempo podrán
mantenerse en esa condición. Era hora de solicitar una retirada estratégica.
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