III
Caminos de
Muerte…
No
podía creer lo que estaba ocurriendo, o tal vez sí, pero mi asombro seguía dejándome
congelado en aquél momento. Recuerdo que podía escuchar los quejidos de las
criaturas mientras reventaban el vidrio y empezaban a pasar, empujando los
pocos obstáculos que tenían en su camino.
Con
la puerta derribada, solo era cuestión de tiempo, muy poco tiempo, para que nos
alcanzaran y nos comieran ahí encerrados. Yo los miraba asustado, recuerdo que lo
estaba y mucho, por más que ya había matado algunos, que sabía que no eran
personas, que en la radio decían que debían ser eliminados en la cabeza…
Era
más fácil decir esas cosas y escucharlas a los demás decirlas que hacerlas
realmente. Aunque sus ojos blancos de la muerte, aquellos ojos que nunca me
cansaré de describir que te llevan a un abismo donde la nada es lo único que
existe, esos ojos que te ven sin verte, te siguen sin seguirte en tus
movimientos, son simplemente lo peor que mi mente se podía imaginar cada vez
que estaba frente a una de esas criaturas.
Note
que las mismas estaban caminando lo mas parecido a una línea recta que se puede
decir, apartando y/o cayendo sobre las cosas que encontraban en el camino, cuando
voltee mi cara para ver donde estaba el señor Bras y su familia, noté que
estaban incluso más atrás de mí.
Se
podría decir que esperaban que yo los detuviera o algo, mientras las mujeres
lloraban y rezaban, el niño aún tenía los ojos vendados, y se encontraba entre
los brazos de su madre.
El
señor Bras con sus kilos de más, se encontraba sudando y me miraba con una
expresión de sumo terror, como esperando que yo le indicara que hacer… Observé
unos maniquís a sus lados, y unas toallas encima. No se que pensaba en ese
momento, solo sé que le dije “Síganme”, tome una de las toallas grandes, el
maniquí sobre el que posaba y comencé a correr…
Luego
por puro instinto lo hice por el lado izquierdo del pequeño local, como las
criaturas venían por el centro tenía que intentar esquivarlas antes de que se
acumularan demasiadas dentro del mismo, las primeras se estiraron para
agarrarme cuando les pasaba por un lado, me cubrí un poco con la toalla, y no
me detuve esquivando sus manos.
Observé
el vidrio al que me dirigía con toda mi velocidad y lo único que pensé en aquél
momento es que era un idiota… Ahorita pensando la situación más fríamente, no
era tan loco, si ellos pudieron reventar una puerta de vidrio yo podría
reventar una ventana más grande… ¿no?... Y bueno, si no lo hacía por lo menos
me rompería el cuello y moriría sin demasiado dolor… O esperaba que eso
ocurriera…
Bueno,
la cuestión es que brinqué hacia el vidrio, con todas mis fuerzas, cubriéndome
con la toalla sobre mi cabeza y el maniquí frente a mí como esperando que él
recibiera el mayor impacto contra el vidrio y me ayudara a bajar mi propio
dolor.
Recuerdo
que cerré los ojos, y escuché el cristal romperse a mi alrededor, eso fue como
si estuvieras en un cine viendo una película, y revientan un cristal, que el
sonido es envolvente y lo escuchas por todos los ángulos… Así mismo escuché
como el cristal cedió y me permitió pasar al otro lado, hacia la calle de
nuevo.
Ya
afuera, y después de rodar un poco, la toalla me había ayudado a no cortarme,
me la comencé a quitar lo más rápido que podía, para despejarme y lo primero
que hice fue voltear a mí alrededor para ver que no tuviera una de esas
criaturas demasiado cerca.
Por
suerte la mas cercana que tenía estaba junto a la puerta, y se devolvía después
de dar su primer paso hacia el local, para buscarme al escucharme y verme
salir, las demás estaban muy lejos para preocuparme por los próximos minutos,
pero estaban caminando hacia donde yo estaba, después del alboroto de los
cristales rotos.
Voltee
mi mirada al interior del local, pero estaba muy oscuro para saber si ya venían
en camino o se habían quedado en el fondo del mismo. No sabía si me seguirían o
si lo lograrían aunque creo que si los alcanzaban debía de escuchar sus gritos
al menos.
Me
acerqué al primer zombie que se me acercaba, el que venía saliendo del local, y
le clavé la punta afilada de la escoba por donde debería de estar el ojo,
derribándola mientras la empujé y sintiendo como su cuerpo hacía estremecer el
suelo cuando cayó.
Estaba
jalando el palo de la escoba, para poder seguirme protegiendo cuando un grito
desgarrador salió del local. Supe que era una de las mujeres, solo le entendía
decir “NO” repetidas veces…
Mi
mente pensó muchas cosas en ese momento, los habían agarrado, después de mi
escape los zombies se lanzaron a ese lado y no pudieron continuar, podía ver en
mi mente como las mordían y se los comían sin que yo pudiera hacer nada…
Y
de repente, por el mismo lado que yo había salido, pude ver una figura de una
persona grande, tapado por una toalla, saliendo de un brinco y cayendo sobre su
costado.
No
había comprendido lo que pasaba, hasta que se quitó la toalla de encima y pude
ver al señor Bras sujetando a su nieto en los brazos, y escuchando como los
gritos dentro del local se apagaban mientras otra de las mujeres gritaba de
dolor.
Bras
me vio directo a los ojos, estaban cargados de rabia, se veía la ira en su
mirada, no estaba seguro si contra mí o contra los zombies, que se estaban
comiendo a su esposa y a su hija. Pero sabía que si caminaba a mi lado, no
podía darle la espalda.
Comencé
mirando de nuevo a mi alrededor, pude ver que otros zombies se acercaban y
comenzaban a cerrarnos el paso, era el momento de continuar andando, no sabía
como haría para no dejarlo muy detrás de mí, sin sentirme amenazado todo el
tiempo. Tenerme que cubrir no solo de estas criaturas apestosas y lentas, sino
también de una persona llena de odio, no era muy cómodo y hubiera preferido que
se fuera por su camino hacia el este y me dejara solo.
Como
pudimos esquivamos a las criaturas que se nos acercaban, y estuvimos de nuevo
en un camino despejado dentro del caos que se podía ver. Me pegué contra una
pared, y esperé que se pusiera a mi lado, seguía cargando al niño, le tenía los
ojos vendados, y lo cargaba dentro de unas sabanas o toallas muy grandes de
color claro que se había traído del local.
Existían
unos locales frente a la calle de la iglesia “Pare de Sufrir”, esa zona siempre
olía a basura y pudrición con mucha fuerza, he inclusive yo había llegado a ver
personas irse en vomito en esa calle específicamente antes de que todo esto
comenzara.
Sin
embargo, el olor que se despedía de los pasillos de esos locales, donde cientos
de esas criaturas se encontraban atrapadas, era peor que pasar por el frente de
un vertedero de basura o por un cementerio que tuviera todas las tumbas frescas
destapadas.
Al
llegar a la siguiente esquina, ya habíamos perdido los palos de escobas, y solo
le quedaba un bate a él, y una estaca de palo de madera a mí. Volteamos a ver
hacia lo que sería la Av. Casanova ,
observando los vehículos abandonados, la sangre en la calle, los zombies
caminando lentamente de esa dirección y lo que parecía una “Marcha Zombie” en
camino, preferimos continuar probando suerte por el boulevard.
Eran
calles más abiertas, y con mayores posibilidades de escapar de masas y grupos
de criaturas. Sería más sencillo escapar o engañar la poca inteligencia que
habían demostrado esas cosas.
Con
todo lo que se ahorita, doy gracias a Dios que en esa época aún no existían los
zombies Psiquicos, o los Paralizadores… Aún menos los Cazadores que se hubieran
sentido sumamente a gusto en el principio de todo el caos mundial.
Pasaba
frente a un Centro Comercial que era nuevo en esta zona, yo en lo particular no
le conocí nunca el nombre, era un centro comercial creado por el gobierno
nacional, y eso lo sabía porque lo mas vistoso del mismo eran todas las
propagandas gigantes que siempre tenía en su frente, en las paredes, y las
ventanas de las oficinas del mismo.
Me
pareció gracioso que un eslogan político, de principios de la revolución y de
la creación de la Quinta República ,
así como de buena parte del mandato del Presidente Chávez, rezaba “Patria,
Socialismo o Muerte”… Y su color principal de representación siempre fue el
rojo.
Luego
con una enfermedad que tuvo que enfrentar el presidente y otra serie de
sucesos, el eslogan había cambiado a “Patria, Socialismo y Vida…”. Pero ya en
ese momento la muerte se había apoderado de las calles de Caracas. Me
preguntaba si parte del problema no sería una maldición, un embrujo o alguna
cosa así… Después de todo, se supone que los monstruos no existen y los zombies
eran solamente monstruos de las viejas películas que se transmitían antes…
En
varias de las ventanas de los pisos superiores, se podía ver la sangre pegada y
restregada por los mismos, así como otras ventanas rotas que te daban a
entender que algunas personas habían saltado. Aunque en el suelo ya no estaban
sus cuerpos.
Siguiendo
hacia el Boulevard, pude notar que unas cuadras mas adelante había luz. Eso
significaba que no era toda la ciudad sino ciertas zonas únicamente que habían
quedado sin corriente.
Continuábamos
caminando, el Sr. Bras continuaba cargando al niño, quien poco a poco comenzó a
quejarse menos y a llorar menos. Tal vez era eso, o era que yo no le estaba
prestando tanta atención al niño, sino a las acciones de su abuelo. No dejaba
que se alejara mucho detrás de mí, cada vez que perdía su visión de la
periferia de mi ojos daba unos pasos en dirección opuesta a donde lo había
visto y volteaba a ver donde estaba.
Al
principio el volteaba a ver mucho a su nieto, le siseaba para calmarlo, si es
que así se le dice a ese sonido de “Shhh…” que uno le hace a otras personas
cuando quiere que hagan silencio. Aunque mientras el niño se iba calmando el
tenía menos necesidad de seguirle silenciando, mientras yo me ponía más
nervioso al notar que era mas silencioso y más peligroso para mí.
Escuche
unos disparos he inmediatamente me busqué cubrir contra una pared, no sabía
exactamente de donde venían en aquél momento, pero no podía quedarme en medio
de la calle. El señor Bras hizo lo mismo pero contra la pared del otro lado. Seguidamente
escuché unos insultos, y otros disparos, ahí pude sentir que los mismos venían
de arriba de donde yo me encontraba.
Estaba
a la entrada del edificio Royal, de unos diez pisos aproximadamente, y escuché
como un vidrio se quebraba, los disparos fueron más fuertes, un último insulto
y un golpe seco de dos cuerpos que habían caído delante de mí.
La
escena fue sumamente rápida, no me dio tiempo de detallar toda la caída,
después de todo mi mente no era una cámara de grabado ultra lento como pasaban en
los programas de Discovery Chanel, pero si pude ver el golpe y como se habían
partido el cuello y el cráneo los dos cuerpos que habían caído.
Su
silueta contra el suelo, era espantosa, no se podía distinguir la cabeza de
ninguno de los 2 sujetos, pero inmediatamente distinguí la pistola en la mano
de uno de los cuerpos. El cuerpo tenía un uniforme policial, su cinturón y sus
cosas.
Antes
que Bras se acercara, me moví por instinto a tomar el arma, y de su cinturón
tomé una peineta que tenía balas. Levanté la mirada y pude ver a unos zombies
que venían en nuestra dirección, y Bras ya se había acercado hasta mí. Intenté
de ocultar el cargador, no se si lo logré, pero igual no me lo mencionó.
Me
pidió el arma porque yo ya tenía una, le dije que la que yo tenía no tenía
balas y esta si tenía unas, que no tenía mas cargadores, y debíamos movernos,
yo sería mas hábil con el arma y tenía practica, (cosa que era mentira), volvió
a verme con la misma mirada de odio, pero un fuerte golpe en el suelo a apenas
milímetros de mí nos hizo reaccionar instintiva y rápidamente.
Yo
caí hacia atrás, levantando el arma inmediatamente a la fuente del sonido, Bras
no había caído, pero su carrera lo había llevado de nuevo contra la pared que
estaba antes de que se acercara a mí cuando cayeron los cuerpos. Noté que era
un tercer cuerpo que había caído a mi lado.
Fácilmente
reconocible que ya era una de las criaturas transformadas antes de tocar el
suelo, puesto que esta no había caído sobre su cabeza, (lo que me hizo pensar
que la caída en vertical la había hecho el propio policía para no levantarse de
nuevo), había caído sobre su cuerpo, en alguna posición que no sabría explicar
ya que se había picado en dos partes.
De
la sangre que había salpicado el golpe, me había manchado y bañado el pantalón.
Cosa que hasta ahora no había ocurrido, al estar limpio, dentro de lo que cabe,
en medio de todo el caos. Voltee a ver a Bras y ya andaba caminando de nuevo
hacia el frente, con la toalla de dos colores en sus brazos, y al voltear pude
ver un grupo grande de zombies que venían detrás de nosotros.
No
lo pensé y me levanté para seguir caminando, el último zombie de seguro también
había brincado del apartamento donde cayó el policía, había logrado asustarme y
no podía dejar las cosas a la ligera desde los edificios. Aunque no podría
seguirnos a un buen ritmo ya que se movía por el impulso de sus brazos y sus
manos, podía representar una amenaza para alguna persona distraída por lo que
preferí eliminarlo clavándole la estaca de la escoba en la cabeza, sacándola de
nuevo y continuando detrás de Bras hacia Plaza Venezuela…
Muy entretenida toda esta parte, quiero mas!, y el Brass ese es un pendejo, que se lo coman zombis de una vez y deje de joder.
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