XI
Una Vida Normal...
Mouse, Un
Ratón Incomprendido
Mouse era un chico joven y alegre aún en
las peores situaciones… Aunque normalmente le gustaba sacar y recordarte el
lado negativo de las cosas, siempre lo hacía desde una perspectiva donde te
demostraba que lo mejor era reírte o dejarlo así puesto que no tendría mayor
solución.
Había nacido en el estado de Ohio, aunque
no estoy del todo seguro en que ciudad o pequeño pueblo. En su infancia fue un
chico normal, tenía unos padres que lo querían, lo ayudaron y lo acompañaron
durante su crecimiento, creció en medio de la América a la que todos
quisiéramos regresar.
Durante los primeros años de su infancia
sufría de un poco de sobrepeso, eso le trajo algunos problemas en el colegio y
en los deportes donde nunca había podido destacar. Como ocurría mucho en esos
años, los demás niños no lo querían en sus equipos cuando jugaban, haciéndolo
sentirse desplazado, rechazado, y lo que muchas personas acostumbraban a
llamarlo, un “Capullo”.
Apartando esto, la infancia y adolescencia
fue bastante normal, sin destacar demasiado en las notas pero tampoco fue un
chico con malas conductas. Gracias a ello no le fue demasiado complicado
conseguir su cupo en la universidad estatal.
Allí comenzó a estudiar ingeniería
informática, una carrera que cualquiera que lo hubiera conocido de joven
hubiera dicho que era una carrera para él. Estando en la universidad conoció a
la primera chica que se fijó en él, creo que se llamaba Paula Wataski o algo
así.
Con todo lo que te he contado podrás
imaginarte que a sus 18 años Mouse aún era un chico virgen, y a esa edad siendo
virgen… Bueno, digamos que para él Paula era todo lo que habría podido desear.
Una chica linda, de buena educación, cabello negro muy largo… Comenzaron a
salir juntos, aprovechaba cada momento que tenía para estudiar juntos y
compartir con ella bajo cualquier escusa.
Ella se había convertido en todo para él…
Un año, desconocido para mí, en el día de San Valentín, dio el salto y quiso
pasar a primera base después de estar durante tanto tiempo en el turno al bate.
Ese día le dijo que la quería, que ella se había convertido en su único sueño y
su único deseo… Desde mi punto de vista ahí estaba bien… Hasta que decidió que
no intentaría dar un hit, sino que lanzaría un Homerun pidiéndole que se casara
con él.
Según nos contó en su momento, mientras él
estaba declarando su amor, y soltándose por primera vez y sin miedo a una
chica, completamente seguro de lo que sentía,
Paula apenas podía contener la risa. Lo tomó de las manos, le cerró la
cajita con el anillo y le explicó que para ella él era solo un amigo y nada
más…
Se podrán imaginar como lo pudo destruir
aquello durante el resto del semestre. Cuando terminó el semestre se fue a su
casa por el periodo de descanso. Con muchos nervios, pensando en como sería el
medio de las burlas o aún peor como sería volverla a ver y encontrándosela,
estuvo pensando alguna escapatoria…
Al joven y gordo muchacho, no se le había
ocurrido nada mejor que tomar sus cosas y correr a enlistarse en el ejército
con la esperanza de no seguir pensando más en ella.
Mouse comenzó a recibir el entrenamiento
básico, y sin darse cuenta se entusiasmó mucho y lo disfrutaba (a pesar de ser
uno de los peores en el principio); Poco a poco descubrió con sorpresa que solo
necesitaba un poco de “motivación” para tener un buen físico.
Mantener su mente activa le hizo olvidarse
de Paula, y poco a poco notó como perdía unos veinte kilos de pura grasa que
tenía en su cuerpo, aprovechando también de ganar unos diez kilos de puro
músculos. Desde ese momento, comenzó a destacar en todas las pruebas físicas a
las que estaba siendo sometido.
Decidió que continuaría con lo que eran
sus estudios, pero en esta nueva área de su vida que tanto amor le estaba
tomando. Se mudó a California y comenzó su entrenamiento técnico.
Al poco tiempo, y sin hacerse esperar,
descubrió con sorpresa que ahora eran las mujeres las que se le quedaban
mirando fijamente de su nuevo físico. Con la cabeza volando y “llena de
pájaros”, tomó la vida desde una perspectiva diferente, mucho de ello a la
falta de entusiasmo por su desencanto amoroso previos.
Se convirtió en uno de los muchachos que
más “bajas” logro conseguir en su unidad, y como podrán imaginarse eso lo metió
en toda clase de problemas. Empezó a tener varias mujeres al mismo tiempo,
picando flor por aquí y por allá se encontraba, poco a poco, cayendo en una
telaraña amorosa complicada he inestable.
Con el tiempo, eran demasiadas las mujeres
que “pedían su sangre” como él mismo le gustaba decir. Para escapar de este
escenario en el que no conocía y no tenía experiencia decidió hacer borrón y
cuenta nueva.
Pensando que le había ido muy bien con su
primera decisión de unirse al ejército, consideró que ahora necesitaba un
desafío mucho mayor… y fue ahí cuando entró en la escuela de los Rangers.
Se podría decir que era notablemente guapo
para las mujeres, tenía un buen físico, con un cabello oscuro y sonrisa
bastante maliciosa. Siempre bromeaba con su aspecto cuando no estábamos en una
misión porque le ayudaba a “pescar” a las mujeres
A todos mis hombres siempre los recuerdo
por alguna situación particular de las primeras misiones. En una oportunidad,
cuando era nuevo en mi grupo, habíamos caído en medio de un fuego cruzado del
enemigo, logramos ponernos a cubierto y cuando lo llamé, el desgraciado no me
respondió como debería sino que dijo: “Oh, vaya, esto es magnífico. Ahora supongo
que querrás que llame pidiendo ayuda para salvar tu trasero.” En ese instante
su voz, por el correr, la falta de aire o por miedo, sonó aguda y chillona que
me hizo recordar un ratón y ahí se ganó su alias
Descuartizador, ¿Decisiones Equivocadas?
El Descuartizador creció en Michigan, no
recuerdo si también era oriundo de ahí de nacimiento, pero su juventud la pasó
en ese lugar.
Durante la mayor parte del tiempo no era
más que un vagabundo de playa que le encantaba pasársela bebiendo con sus
amigos, de vez en cuando intentaban de tomar algunas olas, pero lo que más le
gustaba era molestar a los turistas que llegaban al lugar.
Cuando estaba en la secundaria, aprovechó
de presentar el examen de la
ASVAB , (Armed Services Vocational Aptitude Battery. Batería de aptitud vocacional de los Servicios
Armados algo así como una prueba vocacional para la armada), pero no porque le
llamaba la atención, sino que al tomar esta actividad podía escaparse por
algunas horas de las clases.
Lo que no se esperaba él, ocurrió unos
meses después, cuando observó a un militar entrar en el aula de clases y
solicitarlo por su nombre, se asustó pensando que había molestado a la persona
equivocada en la playa y ya se había metido en problemas.
Se sorprendió que fuera un reclutador del ejército
y el mismo lo sacó del salón de clases. De alguna extraña manera, este
reclutador utilizó las palabras correctas para “atrapar” a este chico, el decía
que el mismo había “lanzado su hechizo”, Le había informado que había sacado
una puntuación bastante alta y que podría ir a un respetado campo militar,
podía estudiar como enfermero o como ordenanza en un hospital.
El chico se lo pensó… Estar en un
hospital, rodeado de enfermeras y teniendo un trato preferente… ¿Necesitaba más
incentivos?... Si se inventó unos más… ¿Drogas, Mujeres y un sueldo?... Su
respuesta fue una pregunta más que una afirmación: “¿Porqué no?”
Al principio el chico estaba súper
contento y todo se estaba desarrollando perfectamente, El entrenamiento básico
lo pasó como si fuera una guardería, y se alistó en el Fuerte Jackson en
Carolina del Sur.
Pero hablando claramente, los chicos
cuando comienzan a vivir por su propia cuenta siempre comienzan a meterse en
problemas con mucha facilidad. Salía con algunas chicas diferentes hasta que
comenzó a salir con una mujer que estaba casada.
La relación amorosa fue sensacional… Hasta
que por lógica el esposo los descubrió. Ese día se le recuerda en las noticias
por ser el hombre que “Corría desnudo por la calle, y mientras se intentaba de
subir los pantalones, el esposo sumamente molesto le alcanzó con un disparo en
el trasero”.
La herida no fue para nada grave, de hecho
fue una herida superficial, pero aún así duró un buen tiempo internado en el
hospital sin poder sentarse. Este tiempo en el hospital lo apartó de las clases
y el entrenamiento médico que aún le quedaban por hacer.
Aprovechando el tiempo de “ocio” mientras
esperaba el siguiente curso de medicina y volvía a retomarlo, el chico se fue
al Fuerte Bragg ha recibir un poco de entrenamiento de combate. En este fuerte
le fue bastante bien, al Descuartizador siempre le había llamado la atención
las artes marciales, aunque no se había atrevido a practicarlas, y también notó
que tenía una puntería impresionante.
Aquello posiblemente resultó ser su primer
gran error en esta vida. El ejército en ese momento estaba muy escaso de
personal médico de combate; Tan pronto había terminado su entrenamiento médico,
recibió su primera orden. Viajaba en avión a Corea.
El chico no estuvo para nada contento con
el trabajo. No comprendía como había acabado ahí, y se preguntó si no sería un
castigo por el escándalo del soldado con el disparo y la amante. Estuvo en el
frente, en trincheras y en varias misiones donde salvó cientos de vidas,
poniendo todo su nuevo conocimiento en beneficio de sus compañeros de combate.
Estando en territorio enemigo la suerte
pareció sonreírle de nuevo, el diría que para mal igual que cuando lo habían
enviado para allá. Un grupo de Rangers habían sido asignados a una misión en la
zona, un helicóptero había sido derribado y debían rescatar a los
sobrevivientes.
Sin embargo los Rangers en ese momento no
disponían de un médico y su superior lo recomendó para que los acompañara y
ayudara en su misión. Yo era el líder de esa misión de exploradores.
Cuando nos encontrábamos en terreno
enemigo, uno de mis hombres había recibido un disparo en la zona abdominal, por
sus gritos de dolor creíamos que le habían dado en el estómago. Antes de que yo
pudiera gritar “medico”, el chico ya estaba a mi lado sacando el equipo.
Comenzó limpiándole un poco la superficie
de la herida para intentar de ver donde le habían dado con exactitud, pero el
dolor hacía a mi hombre gritar y moverse demasiado, a lo que el Descuartizador
dijo la frase que le dio su alias: “Escucha idiota, he sido entrenado para descuartizarte,
recomponerte y descuartizarte otra vez, así que deja de actuar como un imbécil.
Y déjame hacer mi trabajo”
Mis hombres quedaron tan contentos he
impresionados con el chico que empezaron a bromear con él, como un miembro
honorífico de los Rangers. Unas semanas después lo sacaron de territorio hostil
y comenzó a hacer su entrenamiento, por una carta de recomendación. A los pocos
meses ya estaba dando su primer salto y pasó a formar parte en la élite y de mi
equipo.
Un Tirador de Historia
De Bruce no puedo decir mucho, era un
chico muy callado en cuanto a su propio pasado… En cuanto al pasado de la
nación y el ejército era muy diferente. El chico creció en Michigan, en un
pueblo perdido de toda civilización.
Vivía solo con su padre, y nunca nos ha
dicho si sabe o no porqué su madre se fue cuando aún era un crío de menos de 5
años. Siempre nos dice que lo único que recuerda es a su padre y nunca recuerda
a su madre.
Por su papá… Era un viejo borracho, y le
importaba poco lo que hacía el muchacho, por lo que lo dejaba hacer lo que le
daba la gana; en otras palabras, el chico se la pasaba por los bosques cerca de
su casa, corriendo y jugando a los soldados y a las guerras.
Cuando no se encontraba en los bosques,
estaba donde su “Viejo tío Rudy”… No sabe si de verdad era un tío o no, pero
siempre se había presentado de esa manera, y le encantaba pasarse las tardes en
su casa, escuchando todos los cuentos he historias que le quisiera contar de
Vietnam.
Bruce, de alguna manera, desarrolló un
interés muy alto por la historia, y con mucho más entusiasmo cuando se trataba
de la historia referente a guerras. Conocía los movimientos estratégicos de
muchas batallas, estudiaba las batallas, los terrenos, la cantidad de soldados,
los detalles de armamentos y todo cuanto podía obtener de cada batalla que
existiera registrada en algún libro o informe que tuviera a su alcance.
Gracias a este interés decidió ir a la
universidad, comenzó a pasearse por las diferentes carreras, y era bastante
sobresaliente en la mayoría de las asignaturas que siempre le tocaban, pero
siempre sentía que le faltaba algo, que le fallaba algo, sentía que no tenía
una verdadera motivación para sacar su licenciatura en alguna de las carreras
que había tomado, y así se mantenía mas tiempo en la universidad para continuar
leyendo los libros de batallas que llegaban a sus manos.
Sin embargo el dinero se acabó pronto, no
conseguía un trabajo de medio tiempo y no existían muchos préstamos y becas
para estudiantes… Aún menos para un estudiante que aún no se definía en que era
exactamente lo que quería licenciarse y graduarse.
Viéndose en esa situación tomó la decisión
que sintió debió de tomar desde un principio… Se alistó en el ejército.
Gustosamente y con gran entusiasmo descubrió que tenía a su disposición una
gran cantidad de libros he informes con más detalles de las batallas y guerras
que había participado el país.
Rápidamente comenzó a destacar en la
infantería, y luego más nunca quiso regresar a la vida académica. Algo lo había
hecho quedarse ahí y no le quería decir a nadie el motivo. Sus superiores
siempre le recordaban y le enviaban recomendaciones para que fuera a la escuela
de oficiales, y así ascender.
El terco ese me dijo en una oportunidad
que tal vez tuvieran razón y debería haber continuado estudiando… Sin embargo
sentía que ya no quería conocer más de la historia sino que le gustaría en
algún momento ser parte de ella.
Prefería ganarse el pan de cada día de forma
“real” y no tras unos libros o un escritorio. Que así veía a quienes alcanzaban
cierto grado de conocimiento. El mismo realizó su solicitud de ingresar a los
Rangers, donde gustosamente lo recibieron.
Siempre durante las misiones le encantaba
hablar de la historia y las cosas que habían ocurrido en guerras y batallas
anteriores… Lo hacía de una manera que cualquiera podría pensar que él
realmente había estado en dicha batalla, aunque la misma pudiera haber pasado
trecientos años atrás. En una oportunidad estábamos en una selva en misión de
reconocimiento, y cuando nos arrodillamos un momento para comentar unas cosas
nadie sabe porqué ese loco salió con una frase: “Sí, esto es como lo que
hicieron los Montañeses en Vietnam. Vigilad todos vuestros pasos”
De alguna manera, esa paranoia puso al
resto de los hombres en alerta, y unos metros más adelante pudimos evitar un
campo minado que nos habían colocado.
Una Broma Explosiva
Burns nació y creció como el propio niño
mocoso del ejército. Su padre era un Coronel muy reconocido, y, como todo gran
militar, este esperaba que su hijo pudiera seguir sus pasos. Durante su
infancia la disciplina era fuerte en su casa, su hogar era un pequeño campo de
entrenamiento y el honor y el orden eran el centro de todo.
Aunque por la misma condición del Coronel,
el mismo no se encontraba todo el tiempo cerca como para poder mantener esta
disciplina, lo que permitía que Bruce se metiera en muchísimos problemas. No
puedo decirte que Bruce era un logotipo de “Delincuente Juvenil” ya que sería
caer en las exageraciones, aunque si me quedaría muy lejos de poder afirmar que
fuera un ángel.
Durante su juventud le encantaron los
fuegos artificiales de las fechas festivas, navidades, celebraciones patrias
como el día de la independencia y demás. En Halloween tuvieron que detenerlo
varias veces por hacer estallar las calabazas de sus vecinos. Le encantaba
beber a escondidas con sus amigos y compañeros, así como faltar a las clases,
irse al bosque a disparar con las armas de su padre y perder el tiempo era
mucho más importante y divertido.
En una única oportunidad se le logró
atrapar he inculpar por hacer estallar un WC en el baño de las niñas, sin
embargo existieron por lo menos unos 25 o 30 casos de vandalismo relacionados
con explosivos a los que nunca se le pudo demostrar si fue o no el y su grupo
los que lo provocaron.
Cuando ya había crecido y le tocó pedir su
plaza para continuar los estudios en West Point, la junta de revisión pensó que
su solicitud era otra broma del chico y su solicitud fue tratada con mucho
cuidado.
Obviamente, ante esto, el padre de Burns
se puso como una fiera infernal, cosa que pudo comprobar él mismo, para quien
aún tenía una fuerza considerable y en cierto sentido le seguía manteniendo
cierto respeto.
Después de una fuerte discusión donde el
único que hablaba era su padre, mientras el no tenía permitido bajar la mirada
y mantener la mirada en el frente, su padre le informó que “Si ningún centro
respetable va a admitirte, entonces vas mañana mismo a alistarte…”
Y para Bruce, la palabra de su padre
siempre era una orden mas que una sugerencia. Esa misma noche sin mayor
preámbulo recogió lo poco que necesitaría de su hogar y a primera hora de la
mañana se fue a enlistarse.
Cuando apenas se encontraba en el entrenamiento
básico Bruce comenzó a pensar mejor sobre su actitud y como estaba llevando su
vida. El entrenamiento no fue absolutamente nada del otro mundo, cuando su
padre lo podía entrenar en casa era más fuerte… Aquí la única diferencia es que
no existía tiempo de intermedio para disfrutar con sus amigos o hacer estallar
algo nuevo.
Sin querer, o por cosas de su mente, había
notado donde había terminado de caer a causa de su falta de disciplina y su
comportamiento. Notó como muchos grandes hombres se mostraban comportando
diferente ante él siendo “El hijo del Coronel” y aún así mantener un
comportamiento tan deprimente.
Se mantuvo mucho tiempo haciendo de vago
en varios fuertes del sur mientras continuaba por ese camino de chico rebelde,
o camino “equivocado” como el mismo lo describe cuando me contó su historia.
Siempre andaba un poco de mal humor y le encantaba hacer comentarios estúpidos
en varias oportunidades, aunque solíamos pasárselas.
En algún momento decidió hacerlo lo mejor
que pudiera, sin importarle que no llegara a pasar de un nivel inferior tendría
que ser el mejor de su nivel. Ese cambio en su actitud, y la determinación que
comenzó a demostrar, no pasó por debajo de mesa.
Algunos supervisores lo notaron casi desde
el mismo momento que el cambio se notó a gran escala. En su momento le
ofrecieron la oportunidad de mejorar y le preguntaron si le gustaría entrar en
alguna división especial específica de las fuerzas armadas. Su respuesta fue
rápida y contundente: “Quiero entrar en los Rangers” ya que consideraba que era
la única manera de hacer que su padre volviera a sentirse orgulloso de él.
Estando en los entrenamientos, encontró un
buen lugar para su afición a hacer estallar las cosas, convirtiéndose en un
gran experto en explosivos, le encantaban los lanzagranadas y manejaba
perfectamente muchas armas pesadas.
En una misión que tuvimos noté que parecía
un poco loco, y fue lo que me hizo estudiar su pasado un poco más profundamente,
ya que mientras escapábamos de un grupo enemigo le había quitado el seguro a
una granada mientras retrocedíamos. Normalmente sueles contar hasta 3 y lanzar
las granadas, yo no sé hasta que número contó él, pero no fue hasta tres, y
cuando lanzó la granada lo hizo con extrema precisión cayendo justo entre un grupo
de enemigos que nos venían persiguiendo.
Aunque decir que la granada “cayó” es
mentirte, porque la misma explotó sin tocar el suelo, cuando aún se encontraba
en caída libre, a la altura de las cabezas de aquellos pobres desgraciados. La
onda de la explosión y el fuego desprendido de la misma les voló la cabeza y el
muy desgraciado se lanzó al suelo, comenzó a reírse y me dijo: “¡Toma ya!
¿Habías visto antes explotar así la cabeza de un sudaca? ¡Ha sido alucinante!”
Honor, Orgullo y Responsabilidad
Por último… ¿Como puedo comenzar a
hablarte de Clarke?... Empecemos por su contextura… Es un negro… Y no es que
tenga algo contra lo negros, si bien es verdad que el racismo existía y en las
fuerzas armadas aún más, con la victoria del presidente Obama en Estados Unidos
en su primera oportunidad fue más que evidente que el racismo estaba
desapareciendo de nuestro país.
Pero debía explicarte su color de piel
para que puedas comprender su comportamiento. Clarke era de Cincinnati; Para él
y toda su familia, el servicio militar ha sido siempre un orgullo y uno de los
mayores valores que han tenido.
De hecho siempre contaba que uno de sus
antepasados fue de los primeros hombres de color que sirvió en una de las
primeras unidades de negros durante la guerra civil. Sus recuerdos y sus
pensamientos siempre se ligaban a sus reuniones familiares, donde los hombres
mayores de su familia se juntaban placidamente para hablar de cada una de sus
estancias en el ejército. Y con estas reuniones aprendió de cuatro guerras distintas
entre ellas y sus épocas.
Aún así y aunque parezca mentira, Clarke
nunca quiso unirse al ejército. Su idea era entrar en la universidad y
convertirse en algún importante empresario. Ya había escuchado demasiado de los
hombres en su familia sobre las muertes de sus compañeros, y de otros
familiares que murieron en combate y no pudieron ser enterrados en casa.
Su padre tuvo varias conversaciones con él
que lo ayudaron en sus decisiones. Cuando hablaban de ello le explicaba que en
su época lo había hecho porque era la única oportunidad que tenían los negros
para obtener beneficios, un trabajo o poder vivir medianamente tranquilo.
También le explicaba que otra de las
razones por la que su familia peleaba y se incluía en el ejercito era para
lograr alcanzar lo que estaban logrando, que las personas de color fueran
aceptados en el sistema, y sus futuras generaciones pudieran asistir a los
institutos y ser lo que quisieran ser.
Clarke escuchó el consejo de su padre,
aunque no quería ser como los demás hombres de su familia, sentía cierta
curiosidad y deseo de asistir igual al ejército, no estaba seguro si por el
orgullo y por como los veía en las reuniones familiares hablando con tanto
honor, pero prefirió hacerle caso a su padre y continuar estudiando en la
universidad, alcanzando lo que su familia y antepasados querían para las
futuras generaciones.
Ya en la universidad era un chico con buen
físico y sumamente guapo, siempre le echábamos broma porque las mujeres casi se
le lanzaban encima pero él parecía no darse cuenta nunca. En la universidad
conoció a la que se convirtió en el mayor amor de su vida, y la mujer con la
que pasaría el resto de la vida juntos.
Era una hermosa morena de Texas llamada
Tabita, cabellos rizados, con un perfil hermosamente delineado y un cuerpo que
hacía voltear hasta a las mujeres. Con ella comenzó toda la planificación de su
vida, el matrimonio, la casa, cuantos hijos querían tener…
En una oportunidad Tabita le había dicho
que iba a ir hasta Texas a buscar a su hermana para que juntas pasaran el fin
de semana y vieran vestidos de novia, y otras cosas, ya que aunque no se
casarían en un corto plazo si le gustaba ir viendo.
Clarke mientras tanto estaba verificando
ofertas de casas ya que él pensaba que era mejor vivir un tiempo juntos
primeros, no le importaba tanto el papel que dijera que estaban casados, no
tanto como el amor que se sentían y era la mayor prueba que él necesitaba.
Sin embargo todos los planes se vinieron
abajo… Mientras Tabita viajaba a Texas un conductor borracho chocó contra su
vehículo a una velocidad demasiado alta. Eso acabó con la vida de ambos. Ella
fue enterrada y él se alejó todo lo que pudo buscando correr y escapar a aquél
dolor que le presionaba en el pecho.
En medio de esas carreras y noches de borracheras,
una noche cayó preso por un grupo de policías militares, ya que sin querer o
queriendo se había detenido a beber en un bar cercano a un fuerte y había
buscado problemas con varios soldados.
Aunque la proporción había sido de 10 – 1
contra él solo, el muchacho los había vencido, tuvo que venir la policía y
derribarlo para que no siguiera tumbando a los hombres. No estaba seguro si lo
convencieron los propios militares o si ya él tenía un poco de idea en entrar
en la armada, siguiendo ese pequeño deseo y buscando huir de todo.
Finalmente, sintiendo que ya nadie lo
podría retener, y aún desesperado por seguir escapando del recuerdo de Tabita,
continuó su entrenamiento militar, el cual superó y avanzó rápidamente. Cuando
regresó a su casa, con su familia, todos lo estuvieron apoyando, se alegraron
que entrara en el ejército…
Aún no había participado en ninguna guerra
ni en una batalla con la que pudiera tener mejores comentarios, pero escuchó de
uno de sus tíos algo que le llamó la atención… Su abuelo había sido el primer
Ranger de color en la historia, y ese era uno de los grupos mejores entrenados
del ejército…
Decidió ser otro de los mejores, y logró
entrar en los Rangers. Cuando entró en mi equipo lo colocaron inmediatamente
como un segundo al mando, yo no estaba muy seguro de la decisión de los
superiores pero he aprendido a no cuestionarlos en todo. Cuando desde arriba
daban una orden significaba que debíamos cumplirla.
Al poco tiempo noté que con él en el grupo
yo casi no tenía que dar órdenes o impartir control sobre el grupo. El muchacho
era un líder nato, he inclusive llegué a escuchar en un par de oportunidades a
los hombres quejarse y preguntarse porqué yo era el líder de escuadrón si él
era quien daba las ordenes normalmente.
Claro que en varias oportunidades se lo
demostré, ya que él era un líder, pero yo soy un mejor estratega y de alguna
manera conozco lo que va a hacer el enemigo y lo que deberíamos hacer nosotros
para superarlos.
Sin embargo… debo admitir que él era mucho
mejor que yo para levantar los ánimos de las tropas, como en una oportunidad los
chicos venían de pasar por una burla que no dejé llegar a más, ya que unos
marines se quejaban del trabajo “fácil” de los exploradores… Yo no permití que
se llegara a una pelea, obviamente y por ello los hombres me veían con los
rostros un poco molestos, pero el se levantó y dijo: “Muy bien soldados, somos
los mejores, ahora demostrémoslo. Es el momento de enseñarles cómo hacemos las
cosas los Rangers” y los gritos no se hicieron esperar.
Sobre mi mismo no preguntes… Soy lo que
soy y punto, aún no me he muerto para que hablen de mi en pasado. Llegará su
momento que el cuerpo me falle pero no será hoy.
Creo que con lo que te estoy contando de
mis hombres y de esa misión en las selvas colombianas es más que suficiente
para que puedas conocer mi carácter, siempre sé lo que va a hacer el enemigo, y
que tan fácil o difícil serán las cosas, y mis hombres han aprendido a seguir
mis ordenes y mis consejos.
Cuando salimos de aquel edificio de laboratorios,
sus hombres estaban un poco perplejos, sin comprender exactamente que había
ocurrido en el interior del edificio. Sin embargo, se no el control que tenía
Flores sobre sus hombres. Todos les hicieron caso cuando les dijo que no éramos
enemigos, sino nuevos aliados.
A él le parecía interesante la situación
en la que nos encontrábamos y se aprovechó de la misma, casi se podría decir
que quería utilizarnos. En ese punto no sabría decir quien estaría utilizando a
quien, pues ellos conocían la zona mejor que nosotros y consideraba que podían
tener una mejor idea de a donde se habían movido nuestros científicos.
Decidieron dejar la base así, la
abandonamos y les informó a sus hombres que iríamos al siguiente punto de
ataque. Al parecer estaban realizando una barrida de varias bases en la selva
que ya tenían posicionados.
En el camino al siguiente objetivo de las
FARC, el comandante me explicó un poco de la situación y lo que estaban
haciendo. Habían obtenido información de diferentes bases y asentamientos donde
tenían de rehenes a hombres de las FARC y también al parecer estaban tomando de
prisioneros a campesinos de la zona, sin dar mayores explicaciones antes de
llevárselos.
Me explicó que ellos tienen una lucha por
su pueblo y por los menos beneficiados por el gobierno, aunque muchas veces se
les quiera poner de terroristas, solo son formas de “expresarse” contra los que
están en el poder, y por no poseer un medio de obtención monetaria se les ha
timado muchas veces…
Por ejemplo, ellos cobran a los ganaderos
una “vacuna”… ¿Que no era acaso los impuestos la “vacuna” que tenían que pagar
las personas al gobierno?, ellos robaban y mantenían a raya a los productores
de drogas de la zona. Si bien luego vendían parte de lo incautado, no todo lo
hacían así y mucho del material era quemado y desaparecido.
Y así intentó de explicarme muchas cosas…
A decir verdad sentía que aquél hombre se sentía como un Robin Hood de la selva
y de los pobres de Colombia.
Luego me comentó sobre la base que iban a
atacar. Yo no estaba muy de acuerdo, ya que si era una base Norteamericana no
podía permitir que la atacaran. Sin embargo me dijo que no sabía si era o no
Norteamericana aquella base, pero que él supiera, las bases americanas no se
encuentran custodiadas por negros y mercenarios sudafricanos.
No está muy seguro que hacen esos
mercenarios en la zona, y le parece sumamente extraña su presencia en el país.
Aunque conoce que una empresa internacional de África tenía mucho tiempo
queriendo sacar petróleo de suelo Colombiano, no estaba seguro de que a la
final consiguieran los permisos necesarios.
Pero los mercenarios no están solos,
avisó… Están apoyados por el ejercito Colombiano, específicamente por tropas
del ejercito regular. Según la información que le había llegado, se habían
visto también a personas que parecían americanos con unas batas médicas en el
lugar.
Por eso fue primero a la otra base, porque
quería averiguar que hacen los americanos ayudando y curando a lo sudafricanos
y que tiene que ver todo esto junto. Aún no comprendíamos las posibilidades de
casos que se estaban dando, se estaba complicando cada vez más las cosas, pero
el comandante Flores tenía un plan que a mí no me gustó para nada…
Ya que nosotros teníamos personal que
queríamos sacar de esa base, y ellos querían liberar a sus prisioneros, nos
acercaríamos a la base, nos darían un tiempo para que nos situáramos en alguna
posición donde pudiéramos observar la situación y ellos bombearían la base como
lo habían hecho en la anterior para sacarnos.
Así esperaba que el ejército regular
saliera a perseguirlos por la selva, y ellos se retirarían, les tenderían
alguna trampa o algo, y los mantendrían ocupados para que nosotros entráramos
en la base a ocuparnos de los sudafricanos.
También nos informó que conocía que esa
base, era el refugio “amigo” más cercano que tenían los norteamericanos en la
zona, así que si los científicos habían salido de la base anterior por si
mismos, seguro se habían acercado a esta base.
Viajábamos por la selva en esos nuevos SUV
que poseían. Sin duda eran comprados con el dinero del Narcotráfico, eran
vehículos más caros que lo que hubiéramos podido comprarnos nosotros mismos.
Ese viaje fue un poco infructuoso, y el
muchacho que estaba al volante no lo hacía más sencillo. Apenas si parecía un
adolescente, tal vez no tendría más de 15 o 16 años, sabía que las FARC
entrenaban desde muy niños a sus guerrilleros pero es muy diferente la
experiencia cuando los vez por primera vez.
Llevaba una badana roja, y una camiseta
amarilla muy sucia y descolorida por el uso o por la propia selva posiblemente,
pero aún se podía distinguir el logo con el rostro del Che Guevara. Una de las
pocas cosas buenas es que puso el aire acondicionado, eso nos permitió
refrescarnos un poco durante el camino, pero el desgraciado parecía divertirse
con nuestra presencia puesto que puso la canción de “Highway to Hell” de los
AC/DC.
No se si el conocía la letra de aquella
canción pero era sumamente efectiva para lo que estábamos viviendo en ese
momento.
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