I
Recogiendo los Pedazos...
Lionheart aún se encontraba un poco
asombrado, ante lo ocurrido frente a sus ojos en el comedor de aquellas
instalaciones secretas, que servían de base a las fuerzas de la UNCA. Atsuko aún se encontraba
en el suelo frente a él, la gente ya se había apartado y estaban esperando que
llegara un equipo médico para que verificaran a Lori.
Lionheart comenzó a ayudar a recoger un
poco la sala, aprovechando de buscar el resto de sus cosas que habían caído, ya
tenía consigo la grabadora donde había escuchado la última frase de Snake a
Ciclope…
Solo confirmaba que eran familia… Pero si
Atsuko ya le había dicho que los muchachos eran huérfanos… ¿Entonces de qué
venía aquello de si había hablado con sus padres? ¿Y lo había mordido? ¿En que
momento, antes o después de quedar parcialmente infectada?
Estaba ocurriendo algo que muchos
periodistas se llegan a temer, quedaban más incógnitas tras la última
entrevista que respuestas a las que existían. Aunque en todo caso ese era el
trabajo de un reportero como quería serlo él… Conseguir la verdad a todos los
niveles y con la información más completa y justa posible.
En un mundo donde la información no llega
a todas las personas, y donde la falta de información se ha convertido en la
mejor arma que pudieron usar los muertos para devorarse a los vivos…
Aún no podía asegurar por completo que los
gobiernos no tuvieran que ver con el virus… El propio Snake se lo había dicho,
que los gobiernos corruptos eran de fácil engaño para que permitieran hacer los
estudios y pruebas.
Sin embargo, nuevamente había salido a la
luz, una posible organización secreta he invisible que realmente fue la
verdadera causante de todo el desastre mundial.
Atsuko seguía arrodillada a un lado de
Lori, mientras un equipo médico le verificaba los signos vitales, buscaban
verificar que todo estuviera correctamente, Lionheart se acercó primero a la
barra para buscar una bebida que pudiera tomar y otra para Atsuko.
Se acercó a donde se encontraba el grupo,
unos soldados lo detuvieron informando que necesitaban espacio y él no tenía
nada que hacer ahí.
Lionheart notó en ese momento que otro
grupo de 3 soldados se encontraban con las armas cargadas, apuntando directo a
Lori, esperando que se levantara en el mínimo movimiento de ataque para
dispararle. No le tenían confianza.
Atsuko se dio cuenta de la discusión
educada que estaba teniendo Lionheart con el soldado para que le permitiera
acercarse, mientras que este cumplía sus órdenes de no permitir que las
personas se aglomeraran.
Atsuko levantó la voz, llamando la
atención al soldado que retenía momentáneamente a Lionell. El mismo le permitió
entrar con una orden de Atsuko, quien agradeció enormemente el gesto con la
bebida.
Los médicos informaban que la chica se
encontraba bien, solo había caído desmayada por el sobreesfuerzo y el golpe que
había recibido. Tal vez despertaría con un fuerte dolor de cabeza y con la
quijada destrozada, pero sin unas radiografías no podían decir que tan grave
era lo de su boca.
Los soldados que se mantenían apuntando a
Lori por medidas de seguridad, volvieron a colocar el seguro en las armas y
sacaron las balas que se encontraban en la recamara.
Atsuko les agradeció a los médicos
mientras estos se levantaban para llamar a los muchachos de las camillas, Lori
tendría que descansar, tomar puros líquidos por un tiempo y reposar, hasta que
pudieran volverla a revisar y verificar que no había sufrido daños mayores.
Lionell a su lado no podía creer por
completo como había terminado todo tan repentinamente, y de una manera tan
brusca que no fue capaz de controlar nada. Se sentía incompetente, inútil y
como un mal reportero, ya que solo había servido para grabar un monologo de
Snake, y no tuvo tiempo ni oportunidad de realizar una verdadera entrevista.
Atsuko se mantenía arrodillada al lado de
Lori, se bebía el jugo que le había traído Lionell aunque sin prestarle mayor
atención. Estaba sumida en sus propios pensamientos, mientras se le observaba
su inmensa mirada triste en los ojos, parecía que podía romper a llorar en
cualquier momento.
Lionell le tomó el rostro suavemente por
la mandíbula, le alzó la mirada hasta que sus ojos se encontraron y le dijo que
todo estaría bien, que no tenía de que preocuparse. Se notaba que Atsuko estaba
usando toda su fuerza de voluntad para no empezar a llorar, y menos ahí donde
había tantos soldados rodeándola en el comedor.
Atsuko sentía que el corazón le apretaba
con fuerza, una lágrima comenzó a rodarle por la mejilla, lo que le hizo
voltear el rostro y limpiarse rápidamente con el brazo para que no se notara
demasiado aquella lagrima que rodaba suavemente.
Los soldados con la camilla llegaron hasta
el lado de los muchachos, les solicitaron que les permitieran espacio para
subir a la chica a la misma. Atsuko se levantó y Lionell se movió rápidamente a
su lado, la abrazó y le apretó el rostro contra su pecho, así la ayudo a
ocultar su dolor de los demás soldados por un momento.
La camilla subía lentamente con la
paciente sobre ella, los presentes observaban distraídamente, pero con
insistencia lo que estaba ocurriendo. Lionell observó los rostros de quienes
pudo tener a la vista, pero las personas estaban más concentradas en Lori y sus
reacciones que en ellos dos que estaban a su lado.
La mirada de los presentes era una
combinación extraña para Lionell. Esas miradas le daban la sensación que la
odiaban, al mismo tiempo que le temían. Es fácilmente comprensible ese odio y
miedo a tener a una persona en las instalaciones que se encontrara “infectada”
a un nivel muy bajo.
Tendría que investigar un poco más sobre
esa situación. Conocer si había existido algún caso o situación que provocara
que las personas se comportaran así con aquella niña, más aún le interesaba
conocer si le habían hecho pruebas.
Tal vez su sangre tuviera una cura o
medida para curar el virus, o por lo menos mantenerlo controlado hasta cierto
nivel.
La camilla se deslizaba suavemente sobre
sus ruedas, a pesar de que la mantenían limpia y parecían estar bien, una de
sus ruedas parecía frenarse un poco con la fricción de algo, además de hacer un
pequeño chirrido por la falta de aceite. Lo que provocaba que la mirada de las
personas en los pasillos volteara a ver qué estaba causando ese chirrido
mientras pasaba por los pasillos.
Los que no estaban enterados de la
situación que se había presentado en el comedor, observaban con temor lo que
pasaba… Se apartaban instintivamente y hasta un par de soldados llegaron a
persignarse al pasar por su lado, apartándose salvajemente con miedo.
Los pasillos se despejaban como si
estuvieran viendo llevar un muerto más. Tal vez no era la primera vez que
ocurría un ataque como aquél. Lionell se preguntaba que tan común serían ese
tipo de ataques en Ciclope.
El día anterior había pasado algo parecido
cuando había llegado Snake… - David... Se
llama David y es su tío. – Seguía pensando Lionell intentando de unir los
pedazos, pero seguía faltándole mucha información.
Se llevaron a Lori hasta la enfermería,
estaría bajo observación y le estaban tomando una vía para suministrarle algún
calmante posiblemente. Atsuko se acomodo a su lado, instintivamente, como si ya
lo hubiera realizado en otra oportunidad, sabía donde estaba la silla y donde
podía ponerla para no molestar a quienes atendían a la chica.
En cambio, Lionell tuvo que moverse varias
veces para abrir espacio, quitarse de la puerta, de la entrada, de la parte
baja de la cama donde habían montado a Lori… En una oportunidad hasta tuvo que
retirarse de la esquina donde se había acomodado, pensando que ahí no
molestaría, sin darse cuenta que se encontraba las salidas de oxígeno en esa
esquina de la habitación.
Un tanto fastidiado comenzó a salir de la
habitación. Atsuko volteó a verlo…
- No
te alejes mucho… - Decía Atsuko mientras le veía la espalda alejándose y él se
detenía. – No me dejes sola en este momento… necesito hablar contigo…
Lionell no había volteado a verla de
frente, pero hizo un pequeño asentimiento con la cabeza mientras seguía
observando a quienes se movían entrando y saliendo de la habitación a los que
él estaba incomodando.
Salió y se colocó a un lado de la puerta…
Aunque no comprendía porqué… En ese momento le atacaron unas ganas de fumarse
un cigarro, él no fumaba, nunca lo había hecho, excepto un par de oportunidades
para probarlo he intentar saber que tanto le podían gustar a tantos de sus
amigos.
Solo había logrado ahogarse, quedarse con
el horrible sabor de la nicotina en la lengua y saliendo a buscar un chicle.
Sin embargo en ese momento sentía que necesitaba algo que lo ayudara a calmar
los nervios.
Se dio cuenta que ese era el
inconveniente… Estaba nervioso, aún tenía adrenalina corriendo por su cuerpo,
comenzó a caminar a una pequeña dispensadora que había cerca de la enfermería,
pensando en lo que había ocurrido, que tendría que preguntarle primero a
Atsuko… ¿Acaso no era Lori huérfana?, ¿Qué quería decir con lo de la mordida?,
¿Qué tanto respeto le tienen esos chicos para que Lori dudara esos segundos que
le hicieron recibir el golpe de Snake en la cara sin poder cubrirse por
completo?, y lo que posiblemente era más importante ¿Porqué todos los soldados
la veían de esa manera tan discriminatoria, le apuntaban con armas y estaban
listos para matarla?
Al llegar a la maquina expendedora,
observó su interior… Estaba vacío… Recordó que estos tiempos no existen las
fábricas que crean las golosinas, galletas, jugos enlatados, refrescos, papas
en bolsas, chocolate Savoy Venezolano…
No era el mismo mundo de su juventud,
aunque por un momento estando en la base se sentía como si todo pudiera
regresar a lo que se tenía antes…
Bajó la mirada, un poco desanimado, un
poco para tapar la pena de cualquiera que lo hubiera visto haciendo el
ridículo, caminando a una maquina expendedora que no tendría nada, porque no
existía nada que pudiera meterse en su interior.
Aún mas estúpido fue recordar que no
cargaba dinero como para utilizar la maquina en caso de que tuviera realmente algún
refrigerio ocasional. – Por Dios… Aunque
sea que hubiera tenido un agua y pudiera sentir un poco más de mi viejo hogar
antes de todo esto me hubiera sacado una sonrisa…- Pero aunque lo deseara y
lo pensara mucho, solo podía regresar con la cara de idiota engañado…
Volteo a ver si alguien se reía de lo que
había hecho… Se sintió extraño. Había dejado de ser el centro de atención,
parecía solamente un fantasma más en esa base. Los soldados que estaban
circulando por la zona, siquiera le prestaban más atención de la necesaria,
para apartarse del medio y no llevárselo mientras caminaban.
En cambio, todos estaban pendientes de la
sala 13 donde se encontraba la enfermería… Le parecía ridículo como la
enfermería había quedado en una sala o habitación donde estuviera el número de
la mala suerte Norteamericano marcado…
Entonces comenzó a recordar… Viernes 13
son de mala suerte, Martes 13 son de mala suerte y ataca Jason, el campamento
en el que había logrado sobrevivir al principio, antes de que cayera por los
zombies era el Libertad Americana XIII… El día que se separó del grupo de Oasis
y todo se fue a la mierda fue un trece… No recordaba exactamente de que mes.
Recordó una película que había visto antes
de que todo se fuera a la mierda… Cree que se llamaba “Numero 23” o algo así, que trataba de
la obsesión que podía llegar a tener una persona con un número, al punto de
verlo en todas las cosas que hace en su vida, y trastornándole la mente.
Eso
es lo único que me falta… - Pensaba para sus adentros cuando llegó de nuevo a un lado de la puerta
donde se encontraba Atsuko y Lori. – Que
ahora también me esté volviendo un maniático y loco, después de… ¿Cuantos años
han pasado?... ¿Trece?... Imposible… deben ser menos… debo sacarme el número de
la cabeza.
Notó en ese momento que un pitido se
encontraba saliendo de la habitación. Era un Pitido suave, ya lo había
escuchado antes… En las películas, en el cine, en el hospital cuando operaron a
su papá… Estaban sonando los latidos del corazón de Lori en una máquina que lo
medía.
Por lo menos no estaban tan mal
actualmente, en cuanto a tecnología para tratar a algunos pacientes no parecían
estar tan precarios como para morirse de una gripe o una fiebre. Podía
relajarse un poco en ese aspecto en este lugar, cosa que no puede permitirse en
el mundo.
- Lionell…
Pasa por favor…
Reconoció inmediatamente la suave voz de
Atsuko… Volteó al interior de la habitación, ya no tenía al personal médico
moviéndose por el lugar. Atsuko estaba sentada a un lado de la cama, en una
pequeña silla, el lugar donde estaba no había incomodado para nada a los
médicos y enfermeras.
Cuando dio un paso al interior de la
habitación sintió la presencia de un par de personas a los lados del marco de
la puerta, casi pudo verlos con la vista periférica, pero instintivamente se
agachó y dio dos pasos rápidos al interior de la habitación…
Por un momento sus instintos de
supervivencia en el mundo exterior se habían vuelto a activar, bajó rápidamente
la mano a su cintura en búsqueda de una pistola que no estaba ahí, se volteó a
ver a las criaturas que estaban a los lados del marco y pensó que se le
abalanzarían encima para atacarlo y comérselo vivo.
Eran dos soldados con las M-16 en el
hombro, posición de firmes que lo veían extrañamente. El chico de la izquierda
tuvo que taparse la boca para intentar de que no fuera tan ofensiva la sonrisa
que se le salía ante aquél acto reflejo.
Lionell se sintió nuevamente de forma
estúpida, se levantó de la posición que había tomado y los miró un poco
despectivamente… Apenas ha pasado unos días en la base y aún no se acostumbra a
que exista un lugar seguro en el mundo. Después de años viviendo en el
exterior, con los zombies en casi cualquier esquina oscura que pudieras
encontrar, sigue sintiéndose extraño en un lugar sin preocupaciones.
Pensó para sus adentros que esos soldados,
tal vez, siquiera han tenido ningún encuentro con los zombies en el mundo real…
Y piensa en el mundo real, porque ahí afuera es donde puedes morir por
relajarte, puedes perder la vida por no estar pendiente de tu espalda en un
segundo, cuando esas criaturas se te acercan en silencio dejándote poco tiempo
para reaccionar.
O tal vez han vivido tanto tiempo en la
base, que sobrevivir fuera de la misma no les parezca gran cosa. El ser humano
se adapta fácilmente al entorno, y él había vivido mucho tiempo en un entorno
hostil, mientras ellos llevarían mucho tiempo viviendo en un entorno seguro.
Se dio la vuelta sin decirles nada, y se
acercó a donde estaba Atsuko a un lado de Lori. La maquina continuaba con sus
contantes pitidos, informando la condición de los latidos, mientras por unas
pequeñas mangueras muy pequeñas pasaba algún suero o calmante, directo a las
venas de la paciente.
Atsuko se veía mucho mas calmada que al
momento de alcanzarlos en el comedor, sus facciones se habían suavizado
mostrando a una chica joven de nuevo, aunque se notaba su cansancio, y sus ojos
delataban a cualquiera que no lo supiera, que había estado llorando.
Lionell no dijo nada, y se quedó en pie a
su lado… quería abrazarla, decirle algo, pero no era muy bueno consolando a las
personas. Estaba comprendiendo que estar tantos años aislado de las personas,
hablando unas que otras semanas con sobrevivientes en distintos medios y
distintos lugares no había sido suficiente para mantener una relación social
con las personas y mantener activas las habilidades sociales de interacción.
Atsuko lo sacó de sus ideas…
- Seguramente
se recupere rápido…
Decía mientras veía directamente a Lori y
le tomaba suavemente la mano. Lori no reaccionaba a la caricia que estaba
teniendo su mano, parecía dormida en un profundo sueño.
- Aunque
por primera vez la vi tan alterada… - Continuaba diciendo mientras Lionell la
observaba pacientemente a su lado. – Aunque le comprendo… ante aquél hombre la
comprendo…
- Atsuko…
- Lionell tenía un problema existencial interno… Por un lado, su aspecto de
querer ser periodista lo llevaba a querer preguntar y comprender más la
situación, por el otro lado, su carácter humano no le permitía pensar en hacer
algo así en ese momento. – Tengo entendido que los niños de tu escuadrón son
huérfanos…
Se quedó observando por un momento a
Atsuko… Ella le soltó la mano a Lori y volteó a verlo. Su mirada, una expresión
entre miedo, amor y dolor, hacía que Lionell sintiera un pequeño dolor en el
pecho, una pequeña punzada… Se imaginaba que era lo que las personas decían que
era aquella expresión de “arrugarse el corazón” que decían en su país... Cuando
aún existía un país…
- En
la grabadora que tenía en la mesa… Esta quedó encendida cuando todo comenzó, y
cuando Snake… - Lo pensó por un momento… - Cuando David golpeó a Lori contra la
mesa le susurró algo que nadie pudo escuchar en el momento y que la hizo
enfurecer… La grabadora lo guardó y no comprendo todo lo que le dice en esa
pequeña frase…
Lionell sacó la grabadora de su bolsillo…
lo retrocedió un poco y repitió de nuevo la parte donde David le susurraba en
el oído a Lori…
“Aún me duele tu
mordida sobrina… ¿Has hablado con tus padres últimamente pequeña?...” sin darse
cuenta mientras escuchaba de nuevo la frase se encontró contando las palabras…
13 palabras… sentía que el número lo estaba persiguiendo… o tal vez la locura
ya lo estaba alcanzando.
Atsuko había escuchado con mucha paciencia… volteó a ver de nuevo
a Lori que respiraba pausadamente, y sus latidos se habían acelerado a 2 o 3
vips más rápido cuando escuchó la voz de su tío en la grabadora, pero seguía
sin despertar…
Volteó a ver a los soldados que estaban a un lado de las puertas…
- Por favor muchachos… -
su voz sonaba suave, pausada y hasta con cierto tono de clemencia… - Si pueden
esperen y vigilen afuera… Cualquier inconveniente entre el sargento Lionheart y
yo podremos solucionarlo.
- Por nuestras ordenes
no podemos alejarnos mucho… - Se disculpaba uno de los muchachos, mientras el
otro volteaba rápidamente a verlo… Su mirada denotaba que no tenía porque
estarle dando explicaciones a los presentes pero aún así el chico continuó. –
Pero me parece que ustedes tienen temas personales que conversar, por lo que
solo saldremos de la puerta y estaremos al otro lado del marco… Si escuchamos
cualquier cosa extraña entraremos automáticamente… ¿Lo comprende?...
Atsuko sabía a que se refería con “entraremos automáticamente”… si
algo pasaba tenían orden de acabar con Lori… Confirmo con un suave movimiento
de la cabeza sin dejar de verlos…
El hombre que había hablado se comenzaba a voltear, el de al lado
lo veía como si estuviera rompiendo la orden directa llegada del presidente…
Cosa que no Atsuko no consideró sería de extrañar…
Ambos cruzaron el marco y cerraron la puerta a sus espaldas,
mientras Atsuko volteaba a ver de nuevo a Lionell…
- Busca un lugar donde
sentarte puesto que tenemos que hablar muchas cosas y será por un buen rato…
Lionell verificó la habitación… no observó algo en donde sentarse…
hasta que en una esquina notó una caja cerrada. Se acercó a la misma, verificó
que no sonara como algo frágil o de romperse en el interior y comprobó la
dureza del mismo. Lo cargó y lo colocó frente a Atsuko para sentarse a
conversar…
- Primero que nada, mis
muchachos si son todos huérfanos… - Comenzó a explicar Atsuko – Sin embargo no
significa que lo fueran antes de empezar a destruirse el mundo que conocíamos.
Lionell observaba y escuchaba con paciencia, sentía que en ese
momento comenzaría otro relato, auque no sabía si este debía publicarlo a
futuro en el blog para que el mundo lo conociera… Tal vez el tiempo y al final
de todo podrá analizarlo y pensar si tendrá algún beneficio para las personas
vivas, allá afuera en el mundo, el conocer esta nueva historia…
- Como la mayoría de las
personas sabemos… y digo la mayoría porque existe mucha gente con vida que no
comprende como o cuando comenzó todo, sea por lo aislado que se encontraban,
porque eran muy niños y no comprendían bien lo que estaba pasando, o cualquier
otra razón… Bueno… Como la mayoría de nosotros sabemos todo comenzó en la época
de Navidad de aquel año 2012.
Bien sabes que las
familias se reunían, disfrutaban, salían… En Venezuela tuvieron un inicio
temprano de las actividades del Apocalipsis. Pero en otros países
Latinoamericanos tardaron un poco más en llegar…
Lori y su familia
vivían en Argentina… No se exactamente en que ciudad, pero los desastre del
Apocalipsis y las señales más fuertes llegaron el 21 de Diciembre de ese año…
Para ellos el Apocalipsis empezó ese día oficialmente…
- Déjame contar mi
propia historia por favor.
Lorí había abierto los ojos en la cama donde se encontraba, su voz
había sonado un poco gutural y seca, aparte de que se le dificultó y se le hizo
una mueca de dolor en el rostro al hablar, por el golpe que le había dado
David…
Atsuko y Lionell brincaron de un susto cuando la escucharon, pues
ninguno de los dos se había percatado de cuando había despertado y desde cuando
los estaba escuchando concientemente… O si se estaba haciendo la dormida y
escuchando todo desde el principio intentando de no llamar la atención y
descansar…
Lionell se le quedó viendo, mientras Atsuko le tomó suavemente la
mano. Lori al sentir el contacto de esta se la apretó y luego se incorporó para
sentarse en la cama…
- Ese día mi padre
acostumbraba a celebrar el espíritu de la navidad con una cena todos juntos,
aparte que durante mucho tiempo se había hablado del fin del mundo por el
Apocalipsis de los mayas, y muchas otras profecías…
Continuaba Lori relatando…
- Pero, aunque mi padre
y mi madre hacían todo lo posible por ocultarme de los horrores que estaban
sumiendo al mundo en la desesperación y la muerte, no pudieron detener la
muerte cuando nos alcanzó en nuestra propia ciudad…
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