II
Resaca…
La
oscuridad y falta de conciencia era todo lo que transcurría en aquél momento.
¿Como se puede explicar un estado que normalmente no se recuerda luego de unos
pocos segundos de salir del mismo?, difícilmente definible el momento o
interpretar el instante en que el cerebro se aleja de aquél tiempo de inconciencia
en el que el ser humano cae luego de pasarse en la cantidad de alcohol que su
propio cuerpo es capaz de soportar.
Frío…
Frío y oscuridad es todo lo que pasa por la mente del hombre que se encontraba
en la cama, con una extraña sensación en la boca del estomago, o por lo menos
lo que su mente tomaba como la boca del estomago, aún sin poder comprender
exactamente en que espacio vacío del universo se encontraba, mientras poco a
poco siente la gravedad actuando y permitiéndole sentir el peso de su cuerpo
contra la cama.
Tambores…
Unos tambores están sonando más allá de donde su mente puede llevarlo, la
oscuridad no lo deja escapar, piensa en abrir los ojos para poder observar el
lugar, pero su mente le dice que ya están abiertos a pesar de no ser así.
Los
golpes de tambores eran cercanos, pero no parecían tambores, no eran rítmicos,
eran golpes, golpes que atravesaban su mente, golpes que alcanzaban un punto
que dolía y lo mareaba. Pero como describir el mareo en un espacio donde no
existe arriba ni abajo… Si existe abajo, si coordinaba la fuerza de la gravedad
podría saber donde era abajo y donde arriba.
- Lionheart… - PUM PUM PUM…
- Lionheart…
Su mente le decía que debía de levantarse, lo llamaban,
pero su sentido del equilibrio, su sentido de la vista, y el sentimiento de
desorientación no le permitía organizarse mejor para poder completar aquella
tarea que parecía imposible en aquella mañana… ¿O ya sería de tarde?...
Sintió como sus brazos tomaban fuerza y
separaban su cuerpo de la cama, en algún lugar de toda aquella oscuridad
seguían golpeando algo y llamándolo por su nombre. Sentía los músculos
temblando y buscando tomar fuerza para mantenerlo en pie.
Poco a poco, con el cuerpo tambaleándose,
logra ponerse en pie y dar unos pasos, el piso está frío, su cuerpo está frío,
su mente continúa fría sin poder coordinar y tomar el control al máximo de su
capacidad. Aunque hacía su mayor esfuerzo, las ganas de vomitar y quedarse
recostado no lo abandonaba.
Sentía que había tenido una mala
pesadilla… Por primera vez en los últimos años había podido dormir
profundamente al punto de inconciencia como para olvidarse por completo de los
horrores de la muerte, y el rostro de sus seres queridos. Lo suficientemente
inconciente para no sufrir otra pesadilla.
Al llegar a la puerta, contestó a los
golpes intentando de poner la mente en orden, medio abrió la puerta para
intentar de saber quien era el que tocaba y lo llamaba por su nombre. Una luz
cegadora provenía desde el otro lado de la puerta, no podía ver nada, se quedó
ciego por un momento, escuchaba la voz de Atsuko, pero no podía verla…
Su voz tenía algo extraño, sonaba lejana,
sonaba gutural, como si intentara de hablar mientras tomaba un vaso de agua al
mismo tiempo. Tuvo que taparse un poco los ojos para intentar de ver la figura
que se encontraba al otro lado de la puerta.
La silueta de una mujer se dibujaba a
trasluz, pero tenía algo extraño… no era una silueta completa, aunque podría
ser por el efecto de la luz cegadora a la espalda de ella. Escuchó un quejido,
vio como la figura daba un paso al frente con dificultad, algo en su interior
se despertaba, alguna alarma se activaba.
La silueta dio otro paso, estiró un brazo
y tomó a Lionheart por el hombro izquierdo. Sintió que lo presionaba como para romperle
los huesos, podía ver su piel, roja, con desgarrones y pedazos de piel
colgándole. Volteó de nuevo la mirada a donde debería de estar el rostro de
aquella silueta que lo estaba sujetando con tanta fuerza.
El rostro de Atsuko, destruido, le faltaba
el labio inferior mostrando una sonrisa fúnebre, roja. Su boca se movía y la
escuchaba llamándolo… Lionheart…
Lionheart… Vamos… Lionheart...
Sintió que su corazón le dio un golpe
fuerte en el pecho, la presión le subió, la adrenalina se disparó…
De un brinco se levantó de la cama, su
rostro bañado de sudor denotaba un profundo terror ante la pesadilla de la cual
se estaba despertando, el estomago parecía retorcerse en su interior, como un
gusano en la tierra. A su lado Atsuko se asustó un poco con la manera en que se
había despertado…
Al verla, por un segundo, le pareció
seguirla viendo con el rostro destruido, se agitó en la cama con temor,
mientras ella intentaba de sujetarlo para calmarlo, le hablaba despacio, suave
para que escuchara su voz…
El tomó de nuevo el control de sus
nervios, solo había sido una pesadilla, una horrible pesadilla, la cabeza
comenzó a darle vueltas con todo lo que se había agitado, apartó a Atsuko he
intentó de caminar a donde estaba el baño para vomitar, sus piernas no lograron
sujetarlo y cayó en el frío suelo.
Atsuko lo ayudó a levantarse y a llegar al
baño, justo para devolver una buena cantidad de ácidos estomacales, sazonados
con alcohol sobrante que no había entrado en su sistema sanguíneo…
Cuando sintió que el mareo estaba un poco
controlado y que podía intentar de levantarse, se acercó al lavamanos y se
hecho agua en el rostro. Hace mucho tiempo que no tenía estos síntomas… Al
demonio, hace muchos años que no caía en un estado tan inconciente por el
alcohol de puro placer…
Atsuko se había devuelto a la cama, se
sentó con el rostro algo triste, ella lo había despertado, pero no sabía aún
como comenzar a explicarle las cosas que ahora conocía. Seguramente aún no
sabía absolutamente nada, si le costó despertarlo seguro que ni notó todo lo
que había ocurrido la noche anterior… Tal vez siquiera notara que no pasaron la
noche juntos.
Lionheart salía del baño, secándose la
cara con una toalla, se veía pálido…
- Anoche
mataron a dos personas en las instalaciones… en este mismo piso. – Decía
Atsuko, en un tono suave, y observando la expresión de Lionheart, quien se
quedó parado con los ojos abiertos enormemente. – Una de las personas que
mataron era Teresa, el otro un chico que al parecer no…
Lionheart la interrumpió sin dejarla
terminar de hablar…
- ¿Quién
cometió los asesinatos y porque?... ¿Estaban infectados? – Su mente volvió a
ver el rostro de Atsuko destruido, había sido una mala imagen que le costaría
quitársela de la cabeza, y mas mientras mantuviera aquella resaca… - Hasta
donde yo tenía entendido aquí están prohibidas las armas, así que tuvo que
ocurrir algo ¿no?
- Parece
que Teresa… Bueno… No se como o por donde empezar, pasaron varias cosas anoche…
- Que
tal si empiezas por donde me quedé dormido, y como llegué a mi cama, desde ahí
describe lo que sepas…
Atsuko tomó fuerzas y lo vio caminar a la
nevera, él tomó un jugo para beber, y ella comenzó con una pequeña descripción
de lo que sabía y siempre dejando en claro lo que aún eran suposiciones…
- Anoche
llegó a la base un helicóptero. El mismo no venía de alguna misión programada
ni nada así, por lo que en un principio se activó la alarma de la base, yo me
estaba preparando y vistiendo, cuando la alerta fue eliminada por el propio
presidente.
- A
si el presidente… aún tengo que conversar con ese hombre… - Decía Lionheart. –
No me termina de caer y tengo aún muchas dudas y preguntas que hacerle…
- La
cuestión es que la persona que vino en ese helicóptero, al parecer, es un buen
amigo del presidente, y vino a alertarlo sobre algo que aún desconozco… - Bajó
la mirada y observaba sus manos moviéndose nerviosamente… - Lori tenía una
corazonada sobre quien podría ser aquél hombre, digamos que pudo sentir su
presencia de alguna manera…
- ¿Lori?...
¿Quién es Lori?... – Preguntaba Lionheart…
- Lori
Fabricio… Ciclope… - Atsuko lo veía con cara de extrañada… - ¿No la recuerdas?
- Si
claro… Lo que pasa es que primero me viene a la mente el nombre clave de
Ciclope… - Aún sentía parte del mareo y le costaba poner sus ideas en orden
para poder continuar con el proceso de lógica… - ¿Que fue lo que presentía?
- Ella
cuando lo encontró ya dentro de la base lo reconoció inmediatamente, de alguna
manera sabía que él era…
Atsuko fue interrumpida en ese momento por
un soldado que al ver la puerta abierta dio un paso al frente, ingresó en la
habitación, saludó militarmente y dirigió su palabra directo a Lionheart.
- Sargento
Lionheart… Se le solicita inmediatamente en la sala de reuniones en este nivel.
El presidente quiere verlo en este momento y no tiene mucho tiempo por lo que
mandó a buscarlo directamente...
Lionheart lo veía un poco extrañado, aún
con algo de dolor de cabeza que comenzaba a atacarle. Volteó a ver a Atsuko, y
ella solo le confirmó con el rostro algo triste.
- Debes
ir… después podremos continuar la conversación.
Lionheart le pidió al soldado que esperara
un momento detrás de la puerta, mientras el terminaba de arreglarse que se
acababa de despertar.
Cuando el soldado salió de la habitación,
mientras Lionheart se vestía, Atsuko se acercó a él y le susurró al oído…
- Solo
ten cuidado de la persona que está con el presidente. Aún están juntos…
Lionheart notó la preocupación de Atsuko
en su voz. Y ella salía de la habitación. Se preguntaba, ¿Porqué siempre que
ella tenía algo importante que decirle o se encontraba en alguna situación que
le interesa extender con ella, algo ocurre y se quedan las conversaciones para
otro momento?... Esa situación le empezaba a incomodar.
Se preparó, tomó otro jugo que tenía en la
nevera, esperaba que lo ayudara un poco con el malestar estomacal, ya que no
conocía si tenían medicamentos para el dolor de cabeza en la base. Y la verdad
le daba algo de pena preguntarle a cualquier persona que no fuera de confianza.
Al abrir la puerta para salir, pudo ver
como el soldado se encontraba aún a un lado de la puerta esperándolo para
llevarlo ante el presidente con las órdenes que le habían sido dadas. Su rostro
joven, debía de ser posiblemente más joven que él mismo cuando todo estallo…
Se preguntó de qué nacionalidad sería y
cual sería su historia. Como había sobrevivido a todo aquello y a cuantos seres
queridos tendría que ver sucumbir y caer en las garras de la muerte antes de
llegar a donde está ahorita…
Empezaron a caminar en dirección a la sala
de reuniones, pero cuando no habían dado ni tres pasos Lionheart se detuvo de
golpe, y se dio media vuelta de regreso a la habitación. Primero fue al baño,
puesto que la media vuelta y el acelerar el paso le hizo sentir que en el
estomago tenía un pequeño océano y todo su oleaje buscando salir.
Cuando salió del baño, el soldado se
encontraba en la puerta viendo hacia el interior de la habitación de nuevo,
esperándolo. Su cara de impaciencia demostraba que el chico lo estaba tildando
de tener un “estomago débil” al tener que ir tan seguido al baño después de
beber tanto.
Sin embargo, Lionheart buscó un poco entre
sus cosas medio desordenadas y medio ordenadas que aún se encontraban en el
escritorio donde estaba su computadora entre otras cosas, y tomó una grabadora
de voz, un bolígrafo y un pequeño cuaderno que tenía entre sus pertenencias.
Ahora si estaría listo para grabar o
anotar cualquier cosa importante que considerara, de aquella reunión a la que
lo llamaban tan de improvisto y sin consultarle previamente.
Sabía que ir con el dolor de cabeza y la
resaca que tenía en aquél momento no sería lo mejor, pero no podía tampoco
perder una oportunidad, y además quería ver si conseguía algo de información
sobre lo que había sucedido aquella noche y que Atsuko no pudo terminar de
explicarle.
Caminaban por los pasillos, se podía
observar en el rostro de las personas que intentaban de relajarse en los
salones, que la pena y el miedo los estaba comiendo por dentro. Cuando lo veían
algunos bajaban la cara, otros parecían verlo con rostro de molestia o rabia…
Otro detalle que logró observar fue la
cantidad de personas en “descanso”… No llegaban ni a la mitad de las que
estaban relajándose y descansando cuando llegó a aquél lugar, antes de que
apareciera el presidente en la isla…
Cuando llegaba a la sala de reuniones,
pensó distinguir en el suelo una mancha oscura en toda la entrada. Pensaba si
sería la sangre que dejaría alguno de los dos muertos de la noche anterior. En
el marco de la puerta pudo observar a dos soldados, se encontraban armados, y
uno de ellos le pidió a Lionheart que se colocara contra la pared para revisar
no llevara armas encima.
La seguridad había aumentado, aunque no se
permitía entrar en la base con armas de fuego, igual estaban revisando a todos
los que llegaban a aquella área y querían entrar en la sala de reuniones. Solo
que no parecía que estaban buscando solamente armas, ya que la búsqueda era mas
minuciosa, cuidadosa, y utilizaban un detector de metales para descartar todas
las posibilidades.
Lionheart entró en aquella sala después de
la revisión, pudo ver que en la misma se encontraba el presidente, al parecer
se encontraban también reunidas otras personas de altos cargos militares, a los
cuales no reconoció a ninguno.
Eran aproximadamente 8 personas contando
al presidente, los que se encontraban en la sala, todos estaban revisando unos
informes que tenían en sus manos, sus rostros se veían cansados, un poco
sudados; Como si hubieran estado discutiendo y peleando toda la noche aunque
ninguno mostraba signos de golpes, había sido una pelea verbal.
Todos menos el presidente y otro hombre,
se levantaban de la sala, ninguno parecía reparar en la presencia de Lionheart.
Estaban saliendo de la habitación con sus carpetas, los rostros mostraban
molestia y que no estaban de acuerdo con lo que fuera que estuvieron
conversando.
De repente uno de ellos se volteó desde la
puerta de salida y se dirigió directamente al Presidente…
- Si
la información resulta correcta… Si este hombre tiene razón espero que Dios nos
salve de la que se nos viene encima, porque nadie podrá detener el futuro y
nada podremos hacer…
Se dio media vuelta y salió de la
habitación. El hombre que estaba con el presidente tenía una ligera sonrisa…
Había algo en ella que a Lionheart le parecía diabólico, seguro era esa la
persona que Atsuko le avisaba que le tuviera cuidado.
Era casi como si tuviera un aura a su
alrededor cubriéndolo por completo y buscando apoderarse de todo.
El presidente le hizo señas a Lionheart
para que se acercara, se veía en su rostro que estaba cansado, y a pesar de
todo el hombre a su lado no parecía tener ni un ápice de cansancio. Lionell se
acercó a la mesa y se quedó de pie cerca de un asiento que estaba cerca del
presidente. No quería acercarse más, ya que aparte de lavarse la cara, seguro
que debía de oler el alcohol a casi un kilómetro de distancia como los
borrachos de otra época.
El rostro del presidente al sentir el olor
así se lo había confirmado. Antes de que dijera algo Lionheart salió delante y
habló sinceramente…
- Discúlpenme
por mi aspecto y como me encuentro, pero anoche me pasé un poco con el alcohol
como no lo había hecho en mucho tiempo, y el soldado que mandaron a llamar no
me dio tiempo ni para darme un baño. Me informó que mi presencia era solicitada
inmediatamente…
- De
haber sabido que ibas a estar tan podrido y dando tan mal ejemplo a los
soldados de la base te hubiera mandado a buscar en un rato para que te dieras
un baño y no olieras como esos malditos muertos… - Decía el Presidente. – Por
el momento solo te voy a presentar, aunque no puedas dar la mejor imagen.
El presidente se volvió hacia el hombre
que estaba a su lado.
- Lionheart…
Este hombre, por el momento y por medidas de seguridad lo conocerás con un alias
falso, le pondremos en este momento Snake…
Digamos que es uno de nuestros espías y mejores hombres en territorio
enemigo. – El presidente se volvió de nuevo hacia Lionheart, mientras “Snake”
no hacía siquiera un amago de saludar de ninguna manera a Lionheart. – En este
momento nos vino a traer información importante…
Lionheart al ver que ni se movía o
inmutaba para saludarlo, prefirió mantenerse con su distancia…
- Perfecto…
Y exactamente ¿que me lleva a conversar con el Sr. Snake en este momento como
para que me saquen así de mi cuarto?…
Lionheart seguía sin terminar de tomarse a
la idea de que aquél hombre fuera el presidente y le quisiera dar ordenes…
Aunque había pensado que alguien tenía que tomar las riendas, le seguía
pareciendo ofensivo que se impusiera alguien en tal cargo y listo… Más aún
cuando el año en que todo se fue a la mierda, Venezuela acababa de pasar por
unas elecciones presidenciales.
- Tengo
entendido que mi hija le había prometido algo… - Continuó el presidente. – Este
hombre estuvo en lo que se conoce como el primer brote en las selvas de
Colombia. Ese país estaba al lado de Venezuela, Por lo que podría también
ayudarlo a comprender algunos de los acontecimientos que se presentaron en su
país, y tener una exclusiva… - El presidente comenzaba a caminar a la puerta
sin prestarles mucha más atención. – Yo tengo cosas que hacer, espero que con
esto quede satisfecho y luego pueda tomar su decisión de que va a hacer con su
vida… Servirá para mantener a la humanidad con vida o sencillamente se ira por
la suerte de Dios a ver si continúa teniendo la suerte de que no lo maten… Los
muertos o los vivos que lo andan rastreando para asesinar…
Aquellas palabras hicieron que Lionheart
se volteara a ver al presidente que salía de la habitación. Intentó de
alcanzarlo pero los soldados que estaban a un lado de la puerta le impidieron
el paso y acercarse al presidente. Por un momento le sorprendió, pero ya sabía
que este presidente hacía exactamente lo que le complacía.
Se volteó a ver a “Snake”, para dirigirle
la palabra, el mismo ya estaba recogiendo los papeles que tenía en la mesa y su
carpeta.
- Creo
que nos dejaron para poder conversar tranquilamente… ¿Le importa si grabo la
entrevista amigo, o no quiere tampoco que quede grabada su voz?
Snake terminó de tomar sus papeles de la
mesa, aún no dirigía palabra. Solo su siniestra sonrisa asomaba a su rostro
cada vez que se dirigían a él.
Cuando estaba caminando hacia la puerta de
salida, Lionheart sacó la grabadora y la estaba encendiendo, si la entrevista
sería caminando mejor iba a tener que grabar…
- Entrevista
con el Sr. Snake, - Decía Lionheart para su grabadora – Siendo este su nombre
clave para mantener su identidad en el anonimato, en este momento…
Sintió la mano de aquél sujeto que lo sujetaba
por el hombro, sus ojos despedían una gran rabia y furia, no le gustaba tener
que hacer aquello, para nada…
- Tengo
que dejarte las cosas bien claras, intento de reportero… - Le decía, su voz…
era horrible… Daba miedo de solo escucharla… - Voy a hacer esto solo porque el
Presidente es un buen amigo mío y me dijo que su hija lo metió en un aprieto
trayéndote aquí y haciéndote promesas estúpidas que no tenía que hacer…
Tu
olor me repugna, es hasta peor que el de esos muertos que caminan en tierra firme
– Continuaba Snake – Y gracias a Dios no me he ni desayunado o en este instante
te estaría vomitando el desayuno en tu cuidado cutis de mujer… Así que tu mejor
te vas a dar un baño, y yo voy a comer algo, si es que me queda apetito después
de pasarte por un lado.
Cuando
termines de ponerte presentable, búscame en el comedor… te espero allá para
darte solo la información que tengo permitido darte.
Snake continuó su paso hacia la salida de
aquella sala, Lionheart se sentía un poco intimidado. Aquel hombre tenía mucha
potencia en su voz, en su porte, en su forma de hablar… Lo mejor sería irse a
dar un baño, para aclarar la mente, tomar fuerzas con algún desayuno, y no
dejarse intimidar…
Un reportero no se podía dejar cortar ni
sentir intimidado. No importaba la situación… Eso lo había escuchado en la
universidad cuando aún existía la misma y estaba estudiando…
Comenzó a caminar hacia la salida, Snake
ya se había ido, el tomó el camino a su habitación. Las dudas y la falta de
información lo estaban molestando, estaban ocurriendo demasiadas cosas y sentía
que no conocía ni la punta del Iceberg…
Mientras caminaba a su cuarto pudo ver a
un grupo de muchachos que estaban reunidos hablando en medio del pasillo,
caminó más lento he intentó de escuchar un poco de qué estaban hablando…
- Yo
que se los digo… Parecía un demonio, aún cuando estábamos agarrandola entre los
4 se nos hacía difícil moverla. – Decía un soldado. – Su fuerza era
sobrehumana.
- Seguro
lo estas diciendo para que no nos burlemos de tu fuerza debilucho – decía otro
y los demás se empezaban a reír. – Es imposible que una niña tan herida y con
tantos vendajes estuviera así…
- Además…
- Decía un tercero – Lo verdaderamente interesante es las muertes que hubieron…
Yo escuché que el hombre que murió fue el chico que le decían Nieve… El que
encontraron en Alaska solo congelándose hace unos años.
- Si
y la mujer era Teresa… - Volvía a decir el primero - Esa morenaza que se la
pasaba en la base contoneándose… Ojala la hubiera podido conocer mejor…
- ¿Para
qué?, - respondía el cuarto soldado -
¿Para mostrarle tu fuerza de bebé que no puede ni mantener a una chica
herida?
Todos se echaban a reír menos el afectado
del chiste. Lionheart disimulando la situación tomó vaso de plástico para beber
agua de un filtro que estaba medianamente cerca. No podía escucharlos bien ya
desde esa distancia pero pudo escuchar algunas palabras que no logró comprender
como podían encajar…
“Era espía…”, “Se lo entregó al
Presidente…”, “Están investigando esa área intensamente…”
Los muchachos empezaron a caminar en
dirección contraria a donde él iba, y si los seguía sería muy obvio la
posibilidad de que notaran que estaba escuchando su conversación.
Lionheart decidió mejor continuar su
camino, ya conseguiría la información de otra fuente más precisa y le
preguntaría con más calma la información a alguien más… Tal vez Atsuko pudiera
obtener más detalles y conversarlo antes cuando volvieran a verse.
Llegaba a su cuarto, la puerta estaba
cerrada, no recordaba si la había cerrado o la había dejado abierta
anteriormente. Abrió la puerta, encendió la luz y no observó nada extraño a
simple vista.
Entró en la habitación, cerró con seguro
tras de sí, comenzó a desvestirse y se metió en el baño directo. Abriendo el
agua fría, aunque sabía que tenía agua caliente para bañarse, cosa que no podía
hacer todo el tiempo, prefirió dejar correr por su cabeza y su cuerpo esa
deliciosa agua fría que lo ayudaba a calmar el dolor de cabeza, y de paso lo
ponía a pensar en otras cosas para despejar la mente…
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