martes, 9 de octubre de 2012

Capitulo 9. Las Selvas del Infierno. Resaca... II


II

Resaca…


La oscuridad y falta de conciencia era todo lo que transcurría en aquél momento. ¿Como se puede explicar un estado que normalmente no se recuerda luego de unos pocos segundos de salir del mismo?, difícilmente definible el momento o interpretar el instante en que el cerebro se aleja de aquél tiempo de inconciencia en el que el ser humano cae luego de pasarse en la cantidad de alcohol que su propio cuerpo es capaz de soportar.

Frío… Frío y oscuridad es todo lo que pasa por la mente del hombre que se encontraba en la cama, con una extraña sensación en la boca del estomago, o por lo menos lo que su mente tomaba como la boca del estomago, aún sin poder comprender exactamente en que espacio vacío del universo se encontraba, mientras poco a poco siente la gravedad actuando y permitiéndole sentir el peso de su cuerpo contra la cama.

Tambores… Unos tambores están sonando más allá de donde su mente puede llevarlo, la oscuridad no lo deja escapar, piensa en abrir los ojos para poder observar el lugar, pero su mente le dice que ya están abiertos a pesar de no ser así.

Los golpes de tambores eran cercanos, pero no parecían tambores, no eran rítmicos, eran golpes, golpes que atravesaban su mente, golpes que alcanzaban un punto que dolía y lo mareaba. Pero como describir el mareo en un espacio donde no existe arriba ni abajo… Si existe abajo, si coordinaba la fuerza de la gravedad podría saber donde era abajo y donde arriba.

-      Lionheart… - PUM PUM PUM - Lionheart…

Su mente le decía que debía de levantarse, lo llamaban, pero su sentido del equilibrio, su sentido de la vista, y el sentimiento de desorientación no le permitía organizarse mejor para poder completar aquella tarea que parecía imposible en aquella mañana… ¿O ya sería de tarde?...

Sintió como sus brazos tomaban fuerza y separaban su cuerpo de la cama, en algún lugar de toda aquella oscuridad seguían golpeando algo y llamándolo por su nombre. Sentía los músculos temblando y buscando tomar fuerza para mantenerlo en pie.

Poco a poco, con el cuerpo tambaleándose, logra ponerse en pie y dar unos pasos, el piso está frío, su cuerpo está frío, su mente continúa fría sin poder coordinar y tomar el control al máximo de su capacidad. Aunque hacía su mayor esfuerzo, las ganas de vomitar y quedarse recostado no lo abandonaba.

Sentía que había tenido una mala pesadilla… Por primera vez en los últimos años había podido dormir profundamente al punto de inconciencia como para olvidarse por completo de los horrores de la muerte, y el rostro de sus seres queridos. Lo suficientemente inconciente para no sufrir otra pesadilla.

Al llegar a la puerta, contestó a los golpes intentando de poner la mente en orden, medio abrió la puerta para intentar de saber quien era el que tocaba y lo llamaba por su nombre. Una luz cegadora provenía desde el otro lado de la puerta, no podía ver nada, se quedó ciego por un momento, escuchaba la voz de Atsuko, pero no podía verla…

Su voz tenía algo extraño, sonaba lejana, sonaba gutural, como si intentara de hablar mientras tomaba un vaso de agua al mismo tiempo. Tuvo que taparse un poco los ojos para intentar de ver la figura que se encontraba al otro lado de la puerta.

La silueta de una mujer se dibujaba a trasluz, pero tenía algo extraño… no era una silueta completa, aunque podría ser por el efecto de la luz cegadora a la espalda de ella. Escuchó un quejido, vio como la figura daba un paso al frente con dificultad, algo en su interior se despertaba, alguna alarma se activaba.

La silueta dio otro paso, estiró un brazo y tomó a Lionheart por el hombro izquierdo. Sintió que lo presionaba como para romperle los huesos, podía ver su piel, roja, con desgarrones y pedazos de piel colgándole. Volteó de nuevo la mirada a donde debería de estar el rostro de aquella silueta que lo estaba sujetando con tanta fuerza.

El rostro de Atsuko, destruido, le faltaba el labio inferior mostrando una sonrisa fúnebre, roja. Su boca se movía y la escuchaba llamándolo… Lionheart… Lionheart… Vamos… Lionheart...

Sintió que su corazón le dio un golpe fuerte en el pecho, la presión le subió, la adrenalina se disparó…

De un brinco se levantó de la cama, su rostro bañado de sudor denotaba un profundo terror ante la pesadilla de la cual se estaba despertando, el estomago parecía retorcerse en su interior, como un gusano en la tierra. A su lado Atsuko se asustó un poco con la manera en que se había despertado…

Al verla, por un segundo, le pareció seguirla viendo con el rostro destruido, se agitó en la cama con temor, mientras ella intentaba de sujetarlo para calmarlo, le hablaba despacio, suave para que escuchara su voz…

El tomó de nuevo el control de sus nervios, solo había sido una pesadilla, una horrible pesadilla, la cabeza comenzó a darle vueltas con todo lo que se había agitado, apartó a Atsuko he intentó de caminar a donde estaba el baño para vomitar, sus piernas no lograron sujetarlo y cayó en el frío suelo.

Atsuko lo ayudó a levantarse y a llegar al baño, justo para devolver una buena cantidad de ácidos estomacales, sazonados con alcohol sobrante que no había entrado en su sistema sanguíneo…

Cuando sintió que el mareo estaba un poco controlado y que podía intentar de levantarse, se acercó al lavamanos y se hecho agua en el rostro. Hace mucho tiempo que no tenía estos síntomas… Al demonio, hace muchos años que no caía en un estado tan inconciente por el alcohol de puro placer…

Atsuko se había devuelto a la cama, se sentó con el rostro algo triste, ella lo había despertado, pero no sabía aún como comenzar a explicarle las cosas que ahora conocía. Seguramente aún no sabía absolutamente nada, si le costó despertarlo seguro que ni notó todo lo que había ocurrido la noche anterior… Tal vez siquiera notara que no pasaron la noche juntos.

Lionheart salía del baño, secándose la cara con una toalla, se veía pálido…

-      Anoche mataron a dos personas en las instalaciones… en este mismo piso. – Decía Atsuko, en un tono suave, y observando la expresión de Lionheart, quien se quedó parado con los ojos abiertos enormemente. – Una de las personas que mataron era Teresa, el otro un chico que al parecer no…

Lionheart la interrumpió sin dejarla terminar de hablar…

-      ¿Quién cometió los asesinatos y porque?... ¿Estaban infectados? – Su mente volvió a ver el rostro de Atsuko destruido, había sido una mala imagen que le costaría quitársela de la cabeza, y mas mientras mantuviera aquella resaca… - Hasta donde yo tenía entendido aquí están prohibidas las armas, así que tuvo que ocurrir algo ¿no?

-      Parece que Teresa… Bueno… No se como o por donde empezar, pasaron varias cosas anoche…

-      Que tal si empiezas por donde me quedé dormido, y como llegué a mi cama, desde ahí describe lo que sepas…

Atsuko tomó fuerzas y lo vio caminar a la nevera, él tomó un jugo para beber, y ella comenzó con una pequeña descripción de lo que sabía y siempre dejando en claro lo que aún eran suposiciones…

-      Anoche llegó a la base un helicóptero. El mismo no venía de alguna misión programada ni nada así, por lo que en un principio se activó la alarma de la base, yo me estaba preparando y vistiendo, cuando la alerta fue eliminada por el propio presidente.

-      A si el presidente… aún tengo que conversar con ese hombre… - Decía Lionheart. – No me termina de caer y tengo aún muchas dudas y preguntas que hacerle…

-      La cuestión es que la persona que vino en ese helicóptero, al parecer, es un buen amigo del presidente, y vino a alertarlo sobre algo que aún desconozco… - Bajó la mirada y observaba sus manos moviéndose nerviosamente… - Lori tenía una corazonada sobre quien podría ser aquél hombre, digamos que pudo sentir su presencia de alguna manera…

-      ¿Lori?... ¿Quién es Lori?... – Preguntaba Lionheart…

-      Lori Fabricio… Ciclope… - Atsuko lo veía con cara de extrañada… - ¿No la recuerdas?

-      Si claro… Lo que pasa es que primero me viene a la mente el nombre clave de Ciclope… - Aún sentía parte del mareo y le costaba poner sus ideas en orden para poder continuar con el proceso de lógica… - ¿Que fue lo que presentía?

-      Ella cuando lo encontró ya dentro de la base lo reconoció inmediatamente, de alguna manera sabía que él era…

Atsuko fue interrumpida en ese momento por un soldado que al ver la puerta abierta dio un paso al frente, ingresó en la habitación, saludó militarmente y dirigió su palabra directo a Lionheart.

-      Sargento Lionheart… Se le solicita inmediatamente en la sala de reuniones en este nivel. El presidente quiere verlo en este momento y no tiene mucho tiempo por lo que mandó a buscarlo directamente...

Lionheart lo veía un poco extrañado, aún con algo de dolor de cabeza que comenzaba a atacarle. Volteó a ver a Atsuko, y ella solo le confirmó con el rostro algo triste.

-      Debes ir… después podremos continuar la conversación.

Lionheart le pidió al soldado que esperara un momento detrás de la puerta, mientras el terminaba de arreglarse que se acababa de despertar.

Cuando el soldado salió de la habitación, mientras Lionheart se vestía, Atsuko se acercó a él y le susurró al oído…

-      Solo ten cuidado de la persona que está con el presidente. Aún están juntos…

Lionheart notó la preocupación de Atsuko en su voz. Y ella salía de la habitación. Se preguntaba, ¿Porqué siempre que ella tenía algo importante que decirle o se encontraba en alguna situación que le interesa extender con ella, algo ocurre y se quedan las conversaciones para otro momento?... Esa situación le empezaba a incomodar.

Se preparó, tomó otro jugo que tenía en la nevera, esperaba que lo ayudara un poco con el malestar estomacal, ya que no conocía si tenían medicamentos para el dolor de cabeza en la base. Y la verdad le daba algo de pena preguntarle a cualquier persona que no fuera de confianza.

Al abrir la puerta para salir, pudo ver como el soldado se encontraba aún a un lado de la puerta esperándolo para llevarlo ante el presidente con las órdenes que le habían sido dadas. Su rostro joven, debía de ser posiblemente más joven que él mismo cuando todo estallo…

Se preguntó de qué nacionalidad sería y cual sería su historia. Como había sobrevivido a todo aquello y a cuantos seres queridos tendría que ver sucumbir y caer en las garras de la muerte antes de llegar a donde está ahorita…

Empezaron a caminar en dirección a la sala de reuniones, pero cuando no habían dado ni tres pasos Lionheart se detuvo de golpe, y se dio media vuelta de regreso a la habitación. Primero fue al baño, puesto que la media vuelta y el acelerar el paso le hizo sentir que en el estomago tenía un pequeño océano y todo su oleaje buscando salir.

Cuando salió del baño, el soldado se encontraba en la puerta viendo hacia el interior de la habitación de nuevo, esperándolo. Su cara de impaciencia demostraba que el chico lo estaba tildando de tener un “estomago débil” al tener que ir tan seguido al baño después de beber tanto.

Sin embargo, Lionheart buscó un poco entre sus cosas medio desordenadas y medio ordenadas que aún se encontraban en el escritorio donde estaba su computadora entre otras cosas, y tomó una grabadora de voz, un bolígrafo y un pequeño cuaderno que tenía entre sus pertenencias.

Ahora si estaría listo para grabar o anotar cualquier cosa importante que considerara, de aquella reunión a la que lo llamaban tan de improvisto y sin consultarle previamente.

Sabía que ir con el dolor de cabeza y la resaca que tenía en aquél momento no sería lo mejor, pero no podía tampoco perder una oportunidad, y además quería ver si conseguía algo de información sobre lo que había sucedido aquella noche y que Atsuko no pudo terminar de explicarle.

Caminaban por los pasillos, se podía observar en el rostro de las personas que intentaban de relajarse en los salones, que la pena y el miedo los estaba comiendo por dentro. Cuando lo veían algunos bajaban la cara, otros parecían verlo con rostro de molestia o rabia…

Otro detalle que logró observar fue la cantidad de personas en “descanso”… No llegaban ni a la mitad de las que estaban relajándose y descansando cuando llegó a aquél lugar, antes de que apareciera el presidente en la isla…

Cuando llegaba a la sala de reuniones, pensó distinguir en el suelo una mancha oscura en toda la entrada. Pensaba si sería la sangre que dejaría alguno de los dos muertos de la noche anterior. En el marco de la puerta pudo observar a dos soldados, se encontraban armados, y uno de ellos le pidió a Lionheart que se colocara contra la pared para revisar no llevara armas encima.

La seguridad había aumentado, aunque no se permitía entrar en la base con armas de fuego, igual estaban revisando a todos los que llegaban a aquella área y querían entrar en la sala de reuniones. Solo que no parecía que estaban buscando solamente armas, ya que la búsqueda era mas minuciosa, cuidadosa, y utilizaban un detector de metales para descartar todas las posibilidades.

Lionheart entró en aquella sala después de la revisión, pudo ver que en la misma se encontraba el presidente, al parecer se encontraban también reunidas otras personas de altos cargos militares, a los cuales no reconoció a ninguno.

Eran aproximadamente 8 personas contando al presidente, los que se encontraban en la sala, todos estaban revisando unos informes que tenían en sus manos, sus rostros se veían cansados, un poco sudados; Como si hubieran estado discutiendo y peleando toda la noche aunque ninguno mostraba signos de golpes, había sido una pelea verbal.

Todos menos el presidente y otro hombre, se levantaban de la sala, ninguno parecía reparar en la presencia de Lionheart. Estaban saliendo de la habitación con sus carpetas, los rostros mostraban molestia y que no estaban de acuerdo con lo que fuera que estuvieron conversando.

De repente uno de ellos se volteó desde la puerta de salida y se dirigió directamente al Presidente…

-      Si la información resulta correcta… Si este hombre tiene razón espero que Dios nos salve de la que se nos viene encima, porque nadie podrá detener el futuro y nada podremos hacer…

Se dio media vuelta y salió de la habitación. El hombre que estaba con el presidente tenía una ligera sonrisa… Había algo en ella que a Lionheart le parecía diabólico, seguro era esa la persona que Atsuko le avisaba que le tuviera cuidado.

Era casi como si tuviera un aura a su alrededor cubriéndolo por completo y buscando apoderarse de todo.

El presidente le hizo señas a Lionheart para que se acercara, se veía en su rostro que estaba cansado, y a pesar de todo el hombre a su lado no parecía tener ni un ápice de cansancio. Lionell se acercó a la mesa y se quedó de pie cerca de un asiento que estaba cerca del presidente. No quería acercarse más, ya que aparte de lavarse la cara, seguro que debía de oler el alcohol a casi un kilómetro de distancia como los borrachos de otra época.

El rostro del presidente al sentir el olor así se lo había confirmado. Antes de que dijera algo Lionheart salió delante y habló sinceramente…

-      Discúlpenme por mi aspecto y como me encuentro, pero anoche me pasé un poco con el alcohol como no lo había hecho en mucho tiempo, y el soldado que mandaron a llamar no me dio tiempo ni para darme un baño. Me informó que mi presencia era solicitada inmediatamente…

-      De haber sabido que ibas a estar tan podrido y dando tan mal ejemplo a los soldados de la base te hubiera mandado a buscar en un rato para que te dieras un baño y no olieras como esos malditos muertos… - Decía el Presidente. – Por el momento solo te voy a presentar, aunque no puedas dar la mejor imagen.

El presidente se volvió hacia el hombre que estaba a su lado.

-      Lionheart… Este hombre, por el momento y por medidas de seguridad lo conocerás con un alias falso, le pondremos en este momento Snake…  Digamos que es uno de nuestros espías y mejores hombres en territorio enemigo. – El presidente se volvió de nuevo hacia Lionheart, mientras “Snake” no hacía siquiera un amago de saludar de ninguna manera a Lionheart. – En este momento nos vino a traer información importante…

Lionheart al ver que ni se movía o inmutaba para saludarlo, prefirió mantenerse con su distancia…

-      Perfecto… Y exactamente ¿que me lleva a conversar con el Sr. Snake en este momento como para que me saquen así de mi cuarto?…

Lionheart seguía sin terminar de tomarse a la idea de que aquél hombre fuera el presidente y le quisiera dar ordenes… Aunque había pensado que alguien tenía que tomar las riendas, le seguía pareciendo ofensivo que se impusiera alguien en tal cargo y listo… Más aún cuando el año en que todo se fue a la mierda, Venezuela acababa de pasar por unas elecciones presidenciales.

-      Tengo entendido que mi hija le había prometido algo… - Continuó el presidente. – Este hombre estuvo en lo que se conoce como el primer brote en las selvas de Colombia. Ese país estaba al lado de Venezuela, Por lo que podría también ayudarlo a comprender algunos de los acontecimientos que se presentaron en su país, y tener una exclusiva… - El presidente comenzaba a caminar a la puerta sin prestarles mucha más atención. – Yo tengo cosas que hacer, espero que con esto quede satisfecho y luego pueda tomar su decisión de que va a hacer con su vida… Servirá para mantener a la humanidad con vida o sencillamente se ira por la suerte de Dios a ver si continúa teniendo la suerte de que no lo maten… Los muertos o los vivos que lo andan rastreando para asesinar…

Aquellas palabras hicieron que Lionheart se volteara a ver al presidente que salía de la habitación. Intentó de alcanzarlo pero los soldados que estaban a un lado de la puerta le impidieron el paso y acercarse al presidente. Por un momento le sorprendió, pero ya sabía que este presidente hacía exactamente lo que le complacía.

Se volteó a ver a “Snake”, para dirigirle la palabra, el mismo ya estaba recogiendo los papeles que tenía en la mesa y su carpeta.

-      Creo que nos dejaron para poder conversar tranquilamente… ¿Le importa si grabo la entrevista amigo, o no quiere tampoco que quede grabada su voz?

Snake terminó de tomar sus papeles de la mesa, aún no dirigía palabra. Solo su siniestra sonrisa asomaba a su rostro cada vez que se dirigían a él.

Cuando estaba caminando hacia la puerta de salida, Lionheart sacó la grabadora y la estaba encendiendo, si la entrevista sería caminando mejor iba a tener que grabar…

-      Entrevista con el Sr. Snake, - Decía Lionheart para su grabadora – Siendo este su nombre clave para mantener su identidad en el anonimato, en este momento…

Sintió la mano de aquél sujeto que lo sujetaba por el hombro, sus ojos despedían una gran rabia y furia, no le gustaba tener que hacer aquello, para nada…

-      Tengo que dejarte las cosas bien claras, intento de reportero… - Le decía, su voz… era horrible… Daba miedo de solo escucharla… - Voy a hacer esto solo porque el Presidente es un buen amigo mío y me dijo que su hija lo metió en un aprieto trayéndote aquí y haciéndote promesas estúpidas que no tenía que hacer…

       Tu olor me repugna, es hasta peor que el de esos muertos que caminan en tierra firme – Continuaba Snake – Y gracias a Dios no me he ni desayunado o en este instante te estaría vomitando el desayuno en tu cuidado cutis de mujer… Así que tu mejor te vas a dar un baño, y yo voy a comer algo, si es que me queda apetito después de pasarte por un lado.

       Cuando termines de ponerte presentable, búscame en el comedor… te espero allá para darte solo la información que tengo permitido darte.

Snake continuó su paso hacia la salida de aquella sala, Lionheart se sentía un poco intimidado. Aquel hombre tenía mucha potencia en su voz, en su porte, en su forma de hablar… Lo mejor sería irse a dar un baño, para aclarar la mente, tomar fuerzas con algún desayuno, y no dejarse intimidar…

Un reportero no se podía dejar cortar ni sentir intimidado. No importaba la situación… Eso lo había escuchado en la universidad cuando aún existía la misma y estaba estudiando…

Comenzó a caminar hacia la salida, Snake ya se había ido, el tomó el camino a su habitación. Las dudas y la falta de información lo estaban molestando, estaban ocurriendo demasiadas cosas y sentía que no conocía ni la punta del Iceberg…

Mientras caminaba a su cuarto pudo ver a un grupo de muchachos que estaban reunidos hablando en medio del pasillo, caminó más lento he intentó de escuchar un poco de qué estaban hablando…

-      Yo que se los digo… Parecía un demonio, aún cuando estábamos agarrandola entre los 4 se nos hacía difícil moverla. – Decía un soldado. – Su fuerza era sobrehumana.

-      Seguro lo estas diciendo para que no nos burlemos de tu fuerza debilucho – decía otro y los demás se empezaban a reír. – Es imposible que una niña tan herida y con tantos vendajes estuviera así…

-      Además… - Decía un tercero – Lo verdaderamente interesante es las muertes que hubieron… Yo escuché que el hombre que murió fue el chico que le decían Nieve… El que encontraron en Alaska solo congelándose hace unos años.

-      Si y la mujer era Teresa… - Volvía a decir el primero - Esa morenaza que se la pasaba en la base contoneándose… Ojala la hubiera podido conocer mejor…

-      ¿Para qué?, - respondía el cuarto soldado -  ¿Para mostrarle tu fuerza de bebé que no puede ni mantener a una chica herida?

Todos se echaban a reír menos el afectado del chiste. Lionheart disimulando la situación tomó vaso de plástico para beber agua de un filtro que estaba medianamente cerca. No podía escucharlos bien ya desde esa distancia pero pudo escuchar algunas palabras que no logró comprender como podían encajar…

“Era espía…”, “Se lo entregó al Presidente…”, “Están investigando esa área intensamente…”

Los muchachos empezaron a caminar en dirección contraria a donde él iba, y si los seguía sería muy obvio la posibilidad de que notaran que estaba escuchando su conversación.

Lionheart decidió mejor continuar su camino, ya conseguiría la información de otra fuente más precisa y le preguntaría con más calma la información a alguien más… Tal vez Atsuko pudiera obtener más detalles y conversarlo antes cuando volvieran a verse.

Llegaba a su cuarto, la puerta estaba cerrada, no recordaba si la había cerrado o la había dejado abierta anteriormente. Abrió la puerta, encendió la luz y no observó nada extraño a simple vista.

Entró en la habitación, cerró con seguro tras de sí, comenzó a desvestirse y se metió en el baño directo. Abriendo el agua fría, aunque sabía que tenía agua caliente para bañarse, cosa que no podía hacer todo el tiempo, prefirió dejar correr por su cabeza y su cuerpo esa deliciosa agua fría que lo ayudaba a calmar el dolor de cabeza, y de paso lo ponía a pensar en otras cosas para despejar la mente…

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