VIII
Pesadillas en Halloween...
La puerta se encontraba cerrada y tuvimos
que forzarla para poder abrirla. No hizo falta mucha imaginación para conocer
lo que nos encontraríamos ahí.
Apenas logramos abrir la puerta, un primer
cadáver en avanzado estado de descomposición cayó al suelo delante de nosotros,
retrocedimos instintivamente, Bruce y Burns estaban unos pasos atrás, esperando
para disparar a cualquier cosa que saliera por esa puerta o que intentara de
salir por ella.
Al cadáver, con la piel en pudrición, se
le podía ver un disparo en la cabeza que parecía haberse dado él mismo desde su
lado derecho. Sus intestinos y estomago habían sido sacados y devorados, ya que
en su uniforme militar se notaba que lo habían atacado una o más de esas
criaturas.
Las moscas de alguna manera habían logrado
darse un banquete en medio de todo aquél amasijo de carne descompuesta. Eran las
primeras criaturas “vivas” que habíamos visto desde que aterrizamos el día
anterior.
Unos líquidos viscosos y verdes salían por
los orificios nasales y por los ojos de aquél cadáver, ninguno quería tocarlo y
ninguno se atrevió.
En ese instante escuchamos el sonido de
los pies arrastrándose por el asfalto… Venían del interior, desde la oscuridad
comenzamos a escuchar un gran coro de gemidos junto con estos pasos.
Retrocedimos a la altura de los muchachos,
me encantaba estar siempre ahí en primera línea, soy de los que piensa que si
yo mismo no soy capaz de intentar algo no puedo pedirle a ninguno de mis
hombres que lo haga, por eso siempre estaba ahí entre mis hombres haciendo
parte del trabajo sucio.
La primera de esas criaturas asomó la
cabeza por la puerta, la luz del sol comenzó a iluminar su arruinada ropa, su
destruida vestimenta militar que dejaría al más novato de los novatos de la
armada como el mejor hombre de las fuerzas especiales del mundo.
Su rostro desfigurado y parte de su pecho
destruido con impactos de balas, dejaba ver que alguien había intentado de
defenderse de él mientras estaba con vida.
Una ráfaga de disparos salió del arma de
Bruce hacia la entrada del edificio. Una o dos de las balas impactaron en todo
el cráneo de aquella criatura, haciéndola caer al suelo en una caída intensa y
voraz, lo que quedaba del cráneo terminó de esparcirse por el resto del suelo.
Bruce soltaba una pequeña sonrisa, le
había gustado disparar contra aquella cosa. Se sentía bien por su mirada. Sin
embargo nadie se esperaba que ocurriera algo tan descomunal en los próximos
segundos…
Casi como una jauría de animales un grupo
grande de esas criaturas comenzó a salir caminando más rápido que las
anteriores… Todas tenían en sus miradas aquel odio y rabia que podemos verle a
los que aún hoy en día están vivos…
Claro… Te estoy hablando que caminaban más
rápido que los anteriores… pero no llegan a lo que son los cazadores que
conocemos hoy en día. Estos eran rápidos en el caminar, pero no podían correr o
coordinar movilidad entre ellos como los grupos de cazadores que arrasaron
ciudades enteras tiempo después. Casi podría decir que estos fueron parte de la
base para la evolución de esos “Cazadores”.
La sorpresa ante un grupo tan grande y con
más agilidad de lo que habíamos visto en los primeros zombies, nos llegó a
agarrar un poco desprevenidos. Todos comenzamos a disparar, escuchábamos en
nuestros oídos el pitido de las balas saliendo de las automáticas, silbando por
el aire y atravesando en esas cosas.
Aunque disparáramos al pecho o las piernas,
esas cosas seguían avanzando hasta nosotros. Solo cuando alguna bala los
alcanzaba en la cabeza era posible verlos caer muertos y dejar de moverse.
Uno de ellos pareció que iba a alcanzar a
Mouse. Un segundo antes de alcanzarlo pareció dudar y detenerse en el ataque,
lo que le dio tiempo al Descuartizador de apuntarle y dispararle en la cabeza.
Si no se hubiera detenido por esas
milésimas de segundos antes de atacar a Mouse, de seguro lo habríamos perdido
ahí mismo… Tal vez hubiera sido mejor que ocurriera así.
Habían salido unas veinte o treinta de
esas cosas y se encontraban tiradas en el suelo. Burns sacó una granada de mano
y le quitó el seguro, cuando lo iba a detener para que no la lanzara, ya la
esfera volaba en el aire hacia el interior del complejo…
Si no provocaba una explosión mayor,
podría provocar la perdida de información importante… Sin embargo en ese
instante ocurrió algo que no supimos como considerar, si una maldición que nos
destruiría o un milagro para que la información se salvara. Una especie de
perro o canino venía del interior del complejo corriendo y había tomado la
granada en el aire cuando saltaba hacia fuera.
Todos nos sorprendimos, he íbamos a
comenzar a correr cuando la granada estalló en su hocico. La onda de choque nos
lanzó a todos al suelo, el fuego se levantó ante la detonación y todos fuimos
salpicados por restos de aquel pobre animal con el que posiblemente habían
experimentado después de morir o tal vez cayera infectado defendiendo a alguien
en la base.
Eso me hizo pensar inmediatamente, si
existirían otros animales infectados ahí adentro y si estarían enjaulados o
habrían logrado escapar como aquel perro… Tal vez por eso no se escuchaban ni
se veían animales cerca del complejo. Podían haber sido cazados para los
experimentos al principio…
Claro está, solo hasta que obtuvieron
“pacientes” de los miembros de las FARC que habían sido capturados. No creo que
fueran realmente voluntarios a estos experimentos, en especial cuando según la
nota del diario que habíamos leído decía que solo funcionaba en muertos.
Cuando nos levantábamos, estábamos aún un
poco aturdidos, pero en alerta ante cualquier cosa que intentara de salir de
esa instalación. Por momentos me sentía como si estuviéramos siendo observados
y vigilados, pero nada salía del complejo…
Con el apoyo a su espalda, Burns encendió
la luz del complejo en el interruptor que encontró a un lado de la puerta. La
entrada se había vuelto una trampa mortal desde mi punto de vista. No solamente
por todas las criaturas que nos habían atacado, sino porque con la explosión,
los restos de los cuerpos habían sido esparcidos y desperdigados por el suelo…
La sangre no es precisamente el material
más estable para caminar, había convertido toda la maldita entrada en una pista
de patinaje sobre sangre…
En todo caso, con lo que podíamos ver
desde la entrada no había más criaturas moviéndose en el complejo… o por lo
menos no al alcance de la vista desde el portal. Un pequeño pasillo con una
puerta a la izquierda se desplegaba hacia el interior. Después de unos pasos el
complejo se abría a una sala amplia que no podíamos ver completamente desde esa
posición.
Tendríamos que ingresar en el edificio,
lentamente, y por las características de la comitiva de bienvenida se tendría
que aumentar las medidas de seguridad en esta oportunidad. Podíamos estar un
poco tranquilos con el resto de la base, en los demás edificios ya se
encontraba todo limpio por lo que nuestra completa atención recaía en aquél
lugar.
No se tenía que avanzar ni tres pasos,
cuando ya teníamos lista la puerta de nuestra izquierda para ser verificada. Al
encontrarse tan cerca de la entrada, Clark se quedó atrás de nuevo con Burns y
Bruce… Ellos eran nuestros mejores respaldos… Si señor… Aquellos primeros días lo
fueron…
Abrimos la puerta, con mucho cuidado,
siempre al pendiente de retroceder ante aquellas cosas. Ya sabíamos que lo
principal era no dejarnos alcanzar ni rodear por ellas, que en pequeñas
cantidades controladas no serían un factor de muchos problemas… en grandes
cantidades concentradas podría ser otra historia… Tal como lo vivió la
humanidad los siguientes meses.
En la habitación que acabábamos de abrir
se podía ver varios insumos instrumentos médicos… Por lo que podía ver mi
sospecha inicial se confirmaba con cada objeto que veía en este pequeño almacén
refrigerado…
Dejé a los muchachos cuidando la puerta
para que no nos fueran a trancar ahí alguna criatura que viniera por el pasillo
mientras revisábamos las cosas. No encontramos papeles importantes, una que
otra formula y anotaciones sueltas pero nada que nos diera indicativos de algo
que no supiéramos o sospecháramos. Solo que habían salido corriendo de aquellas
instalaciones dejando todo muy destrozado.
En una esquina pude ver una caja fuerte electrónica
refrigerada. Sabía que ahí debía de estar las muestras del virus… Y si existía
posibilidades de existir cura alguna para una persona recién infectada estaría
ahí adentro.
Sin embargo se notaba que era una caja
fuerte de alta seguridad y no teníamos a ningún especialista que pudiera
intentar de abrirla en el equipo. Tal vez podríamos abrirla con unos
explosivos, siempre existe esa posibilidad, pero si contiene una cura puede ser
destruido por la explosión, o el mismo virus si resultaba ser infeccioso por
vía aérea sería una perdición para nosotros…
Y antes que me preguntes si podíamos
llevarnos la caja fuerte, te diré que estaba anclada en una pared de concreto,
se necesitaría de mucha fuerza de choque con picos o una buena explosión que
podría dañar el contenido también.
Además de eso, las cosas no se
desarrollaron lo suficientemente bien después para pensar en algo así. Pensar
en llevarnos eso luego era imposible, y esas instalaciones desaparecieron del
mapa, pero esa es otra historia para otro momento…
Decidimos avanzar un poco más al interior
del edificio, la sala central estaba bastante iluminada al final del pasillo.
En todo el medio se encontraba una especie de mesón donde había un par de
lavamanos médicos, bandejas regadas para la recolecta de muestras, bisturís,
frascos de vidrios regados por el suelo…
Lo más importante en aquella decoración
eran todas las marcas y huellas de sangre del lugar… Aparte del cadáver que
cayó en la puerta al abrirla con el disparo en la cabeza, el resto del personal
que estaba infectado no parecía haber tenido la misma suerte de morir sin
levantarse.
Seguro seguían aún sin comprender muy bien
las mutaciones que había tomado el virus. Aunque no creo que esas fueran las
instalaciones desde donde provenía el virus del que hablaste en tu blog…
Aquellas de las notas del infierno… En esas notas el virus estaba más avanzado
que el que encontramos en esta base.
Desde donde estábamos podíamos ver cuatro
puertas metálicas cerradas, en los laterales, y al final una pared y a su
izquierda una puerta para continuar adentrándose al complejo. Como siempre
decidimos primero revisar las puertas del lado izquierdo…
Con la distribución que estaba observando
pensé que podrían ser los quirófanos para los experimentos, o posiblemente eran
cuartos donde mantenían a los pacientes mientras les inyectaban aquella cosa
que los convertía en zombies… Al fin y al cabo que solo funcionaba en pacientes
muertos, por lo que no creo que tuvieran muchas comodidades en dichos cuartos,
si es que eso eran.
Al abrir la primera puerta, los muchachos
se sorprendieron un poco… Yo no me sorprendí para nada, como dije ya esperaba
que podía encontrarme más o menos, y el ver la mesa quirúrgica he instrumentos
de operaciones básico…
Entre en la misma, lo único que me llamó
la atención en mi inspección en la pequeña sala eran los cubos de vidrio donde
se podían ver viseras, un corazón en otro y un hígado en el otro… Todos
flotando en algún líquido que para mí era irrelevante. Había algunas notas
sueltas, hablaban de las reacciones de los pacientes muertos ante el agente
patógeno que se les inyectaba…
Nada de detalles mayores, nada de
información de que hacer si algo salía mal, nada de a donde correr si todo se
iba a la mierda… nada que nos dijera a donde teníamos que buscar a los
supervivientes que debíamos sacar de aquella selva…
Avanzamos a la siguiente puerta doble del
mismo lado derecho de la sala central. Nos preparamos para abrir las puertas. Y
en ese momento agradecí que fuéramos personal sumamente entrenado y estábamos
completamente alertas…
Unos segundos o milisegundos antes de
abrir la puerta, escuchamos un ligero golpe del otro lado. El destripador
alcanzó a detenerse sin abrir la puerta metálica que le había tocado abrir,
pero Mouse no pudo detenerse a tiempo, abrió la puerta unos milímetros y fue
suficiente para que otras de esas criaturas se nos lanzaran encima.
Escuché las ráfagas de fuego disparadas
por los muchachos que eran nuestro apoyo, una de esas cosas cayó sobre la
pierna de Mouse al recibir el impacto de una bala, mientras yo lo jalaba por la
ropa agachado para que no me alcanzaran las balas de mis propios compañeros…
El que el Destripador lograra detenerse y
no dejara abrir la puerta que le tocaba fue una bendición. De aquella habitación
salieron por la única puerta abierta un total de 5 de esas cosas, que si
hubieran salido todas a plenitud, seguro alguno hubiera terminado por lo mínimo
herido o mordida al caernos todos encima al mismo tiempo.
Los muchachos lograron acabar con ellos
por ese filtro de la puerta que no pudieron salir todos al mismo tiempo. Frente
a nosotros estaban los cuerpos tirados, y comenzamos a escuchar gruñidos,
golpes, arrastrar de los pies de esas cosas, casi en todas las direcciones de
las puertas que nos encontrábamos…
Sabíamos que el edificio estaba infectado,
de alguna manera se habían escapado, se habían soltado, o muchas personas
habían sido infectadas… Aún desconocía como había pasado. Pero mi sospecha
inicial de las mordidas había sido afianzada con las notas del diario que
recuperamos.
Por un momento comenzamos a retroceder un
poco hacia la entrada donde ingresamos al edificio, pensamos que todo aquel
bullicio provocaría que esas cosas tumbaran las puertas o algo así.
Después mientras analizaba la situación
comprendí que la inteligencia de esas cosas no había dado para abrir las
puertas sencillas que tenían entre nosotros antes, y no lo harían en ese
momento. Mientras nosotros no abriéramos las puertas estaríamos tranquilos.
Decidimos entonces cambiar un poco la
forma de ir revisando las habitaciones que nos estaban faltando, comenzamos
primero por dar unos toques suaves a la puerta y escuchar las reacciones al
otro lado…
Eso nos funcionó a medias… En algunos
casos la alerta con la que ingresábamos en la habitación o con la que abríamos
la puerta era muy alta o muy baja. Maldecía el no tener en ese momento equipo
especializado que me permitiera ver por debajo de las puertas antes de entrar
en las mismas.
La puerta que habíamos abierto resultó ser
otra sala de Quirófano, donde al parecer “el paciente” se había soltado de las
ataduras que tenía la mesa de operaciones. Tal vez esa era la sala donde habían
mordido a los dos desgraciados de la nota del diario que había leído y los
demás fueron desafortunados que intentaron de ayudarlos en el proceso.
En la siguiente sala de quirófano que nos
acercamos en las paredes del lado derecho hicimos la primera prueba del nuevo
método de verificación. Algo completamente inaudito en una misión de
infiltración… Era como decirle al enemigo: “Buenas… venimos a investigar y a
matarlos… ¿Están en esta habitación?” antes de entrar en la misma… y sin
embargo era algo tan lógico en ese momento.
Cuando tocamos suavemente la puerta,
pudimos escuchar los gruñidos salir desde la propia habitación en la que
habíamos tocado y la habitación de al lado. Unos fuertes golpes contra el suelo
también nos pusieron en alerta, no sabíamos que nos íbamos a encontrar al otro
lado… pero lo que fuera que estuviera ahí parecía furioso.
Mouse abrió la puerta, ahora no estábamos
juntos tras las mismas, uno la abría y se apartaba mientras los demás hacían de
fuego de apoyo si algo ponía un pie fuera de esas puertas… O una pata porque ya
habíamos visto a aquél perro… Gracias a Dios no nos encontramos con ningún otro
perro en ese lugar.
La sala de quirófano estaba oscura, a esta
parecía que si le habían apagado la luz antes de cerrarla, no como las otras
dos anteriores.
Cuando la puerta ya estaba abierta y parte
de la luz de afuera estaba iluminando el interior de la habitación, la criatura
que estaba adentro del cuarto se puso aún más furiosa. Los golpes en el suelo
se podían escuchar más intensos y fuertes dentro. Sin embargo no veíamos a nada
salir por la puerta.
Finalmente Mouse abrió la otra puerta y
cuando iluminábamos con la linterna nos dimos cuenta que lo que estaba
golpeando y gruñendo como loco era una de esas cosas que aún se encontraba
amarradas a la cama quirúrgica.
Lo habían dejado ahí amarrado tal vez para
que viviera eternamente… A veces me pregunto, si nosotros no le hubiéramos
disparado y eliminado… ¿Estaría aún con vida ahí amarrado en medio de la
selva?... Claro está eso siempre y cuando el laboratorio aún existiera en la
actualidad.
En la habitación encontramos más frascos con
partes internas del cuerpo humano… Creo que tal vez estaban probando que tanto
daño podían aguantar esas cosas antes de terminar de caer muertas por completo.
Incluso pudimos ver los que parecían eran
los restos de esa criatura en específico sobre un peso, estaban ahí solo
desparramados como si estuvieran pesándolo cuando se presentó la emergencia.
Después de eliminarlo, pasamos a lo que
sería la última puerta de quirófano que tenía ese pequeño laboratorio de
pruebas. Encontramos otra de esas criaturas, pero esta se encontraba en peor
estado que la anterior.
Admiro a los valientes científicos que se
habían tomado el trabajo delicadamente con este “paciente”, puesto que le
habían sacado los ojos, los dientes, y toda la piel del cuerpo. Aún así seguía
quejándose y buscando morder con una boca sin dientes a los humanos que no
podía ver.
Sentía de alguna manera que estábamos ahí…
Aunque no conocía aún los alcances de esta investigación, con cada uno que nos
encontrábamos aprendíamos poco a poco el alcance que tenían, debilidades,
fortalezas…
Esas cosas, aún cuando no habían comenzado
a salir las mutaciones con las que nos tenemos que enfrentar actualmente, en
grupos ya eran jodidamente duros de matar. Les cortas la cabeza, le quitas los
brazos, le sacas los ojos, le eliminas los dientes, le cortas las piernas… Y
siempre seguirán buscando su presa.
Incluso nos encontramos con casos donde
les cortábamos la cabeza, y la misma, de alguna manera inexplicable para
nosotros, seguía buscando su presa a ser consumida. Al no tener vista y perder
mucho la orientación, me empecé a imaginar que se guiarían por el olfato, el
gusto con la lengua como las serpientes, o algún otro sentido especial se
despertaba muy en el interior de ellos una vez el virus se activaba..
Claro también aprendimos que no todos eran
iguales, al fin de cuentas a algunos les cortabas la cabeza y era suficiente
para que cerraran los ojos y dejaran de joder por la eternidad de su
existencia.
Eliminamos también este paciente, se
podría decir que empezábamos a “acostumbrarnos” a la idea de ver estos
monstruos en los laboratorios, y que tendríamos que eliminarlos detrás de casi
cualquier puerta con la que nos encontrábamos.
Limpiadas las cuatro puertas de quirófano
y con esta área asegurada decidimos continuar a la siguiente área. Por el lado
sur, en el camino hacia el interior de las instalaciones no había más luz.
Estaba oscuro por lo que debíamos buscar los siguientes interruptores y siempre
teniendo el cuidado de no ser mordidos por una de esas cosas en medio de la
oscuridad.
Avanzamos lentamente, cada vez que dábamos
un par de pasos, nos deteníamos a verificar el área, el suelo que no hubiera un
cadáver andante vivo que nos pudiera morder el tobillo, o si veíamos algún
interruptor de luz.
Mouse fue el que encontró el interruptor,
cuando lo presionó todos nos quedamos en alta tensión mientras relampagueaba he
iluminaba poco a poco el área en la que ingresábamos en ese momento.
No todos los bombillos estaban
funcionando, pudimos ver restos de bombillos fluorescentes en el piso, también
manchas de sangre y las huellas de las pisadas sobre la sangre que era
arrastrada.
Teníamos una puerta a nuestra izquierda,
otra a nuestra derecha, y luego un pequeño espacio abierto, donde había otras
tres puertas. Una estaba frente a nosotros otra en la misma pared pero un poco
oblicua hacia la derecha, y una tercera y última puerta en la pared del fondo
de la derecha.
No recuerdo cual de los muchachos fue el
que dijo que el lado izquierdo no nos estaba trayendo suerte, que esta vez
revisáramos las puertas de derecha a izquierda… Total ya eran las últimas
puertas al parecer, al menos que alguna llevara a un sótano ya que no existía
un segundo piso.
Decidimos verificar nuestra primera puerta
de la derecha, por las dimensiones que se veían y el espacio que calculaba
podía tener dos usos desde mi punto de vista en ese momento… O eran unas
escaleras a un sótano efectivamente (al que no me agradaría nada bajar si
existía), o un baño.
Mouse ya se había tomado el papel de abrir
las puertas sin que le fuera ordenado, parecía sentirse cómodo y el grupo
estaba funcionando muy bien ante esa organización. Antes de abrir la puerta,
notamos que era una de las pocas que no eran metálicas sino de madera, y en la
parte exterior tenía múltiples rasguños posiblemente de los desgraciados que
matamos en la entrada.
En la parte baja había un hueco pequeño
abierto, que parecía haberse hecho con puros mordiscos. Sospechaba del perro
que casi nos mata con nuestra propia bomba en la entrada.
Al abrir la puerta con extremo cuidado, un
fuerte olor a pudrición nos golpeó instantáneamente, Burns torció la nariz y la
vista alejándose un poco hacia las salas de quirófano buscando donde vomitar.
Ya en este punto, nos estábamos
enfrentando a cosas para las que nadie estaba preparado, y eso comenzaba a
afectarnos mentalmente y también un poco físicamente. Mis muchachos se veían un
poco cansados, pero no era un cansancio físico. En sus rostros podía ver el
miedo que tenían que algo así se liberara en una ciudad grande y comenzara el
caos en las calles.
Aquí, siendo unos pocos y manteniendo a
raya la cantidad que nos atacan filtrándolos estaba resultando… No sencillo… No
se como se le podría decir, porque tampoco era algo “normal” si me entiendes…
Pero sencillamente lográbamos mantener la situación bajo control por el
momento.
Dentro del baño se encontraban tres
cadáveres más. Todos con disparos en la cabeza. En un avanzado estado de
descomposición. El problema y lo que le provocó las ganas de vomitar a Burns es
que fue el primero en notar que los dos primeros sujetos habían sido
despedazados por lo que parecía ser el tercero de ellos…
El que estaba más cerca de la puerta era
el tercero, el que aún poseía el arma en su mano con la que se había disparado,
y en su boca contenía restos de sangre y de tripas. No sabemos si estaría
conciente de lo que hacía al comer la carne de los otros dos, o si se había
convertido en una de esas cosas y en algún punto decidió dispararse…
Eso lo consideraba imposible… no he visto
que tomen mucha inteligencia, aunque si me dijeras que de ahí provino el virus
Asiático-Europeo que tantos problemas les ha dado a los de la NUCE te lo creería y apoyaría
esa idea, pero esa base estaba muy lejos de aquella evolución.
Era imposible intentar de imaginar todas
las posibles posibilidades o variantes de una historia que no conocíamos y a la
que sencillamente le estábamos viendo la escena final.
Cerramos la puerta para no seguirnos
ahogando en toda esa pudrición, en toda esa peste inhumana, en esa desastrosa
imagen sacada de las peores pesadillas de un niño en su cuarto la noche de Halloween.
Es que si alguien hubiera organizado
alguna habitación, algún cuarto o se hubiera imaginado una escena tan
terrorífica como decoración de Halloween de seguro sus vecinos lo hubieran
denunciado como algún psicópata o posible asesino en serie, solo para que fuera
investigado.
Antes de entrar en el espacio donde
estaban las tres puertas cerradas, decidimos abrir la puerta de nuestra
izquierda, y después si haríamos la vuelta a la sala siguiente por el lado
derecho en vez de usar el lado izquierdo.
Le dimos dos golpes suave a la puerta, lo
suficiente como para que cualquier cosa que estuviera en su interior se
activara, pero las que estuvieran detrás de las otras puertas no nos
distrajeran de escuchar algo aquí adentro.
Nunca nos atrevíamos a colocar la oreja
detrás de una puerta, porque no sabíamos en que más se podía estar realizando
los experimentos en aquél lugar. Uno de los muchachos me informó que uno de sus
peores miedos es que hubieran usado a uno de los mayores depredadores, por
naturaleza, de la zona, como algún felino grande, un cocodrilo o caimán, alguna
anaconda o algo así…
En ese momento nos vimos las caras, ese
comentario fue justo antes de abrir la puerta, y comprendimos que si la
criatura era un cocodrilo o algo diferente a un humano, desconocíamos como
reaccionaría ante la presencia de comida.
Ya habíamos visto en la entrada como un
perro, que corrió y brincó para devorar la granada que acabó con su existencia,
no había perdido sus habilidades de la misma manera que los humanos con los que
nos habíamos enfrentado. ¿Quien podía asegurarnos que no usaran animales de la
zona para experimentar también? O ¿Quién nos aseguraría en ese momento que el
perro no fue parte de los experimentos y solo fue una victima más de aquellas
criaturas?
La tensión se levantó de nuevo… Tal vez no
fuera lo que quería hacer con ese comentario, pero eso ayudó a que todos
volvieran al ruedo, estando alertas y con energías nuevamente. No podíamos
permitir que una criatura de ese tipo nos sorprendiera en algún momento.
Al abrir la puerta lentamente la luz
estaba apagada, aunque no habíamos escuchado nada desde el otro lado cuando
tocamos la puerta, existía la posibilidad de que no fuera un humano lo que nos
encontráramos, y por ende no escucháramos nada antes de entrar.
Al no observar movimiento desde la
oscuridad de aquella sala, Mouse localizó el botón de encendido y lo presionó.
La luz iluminó levemente la sala, por las paredes parecía crecer una especie de
planta de hojas negras que subía y alcanzaba la bombilla, lo que no permitía
que iluminaran correctamente.
En el suelo pudimos ver un cuerpo de una
mujer, con una bata de doctora. Tenía una nota en su mano izquierda, y una
pistola en la derecha, su hermosa cabellera roja estaba destruida con el
orificio que entraba en su lateral y salía por el otro lado de su cabeza.
Entramos lentamente cuidando los detalles.
Uno de los muchachos pisó con fuerza una araña que estaba en la habitación.
Todos volteamos de golpe hasta donde él estaba y donde había dado el golpe
mortal al insecto.
Él levantó las manos, y nos mostró los
restos de la araña bajo su bota. Todo estaba bien, pero estábamos con mucha
tensión en ese momento. Ya no sabíamos que esperar tras cada puerta.
Empezamos a revisar las cosas. Nos dimos
cuenta que este era un laboratorio pequeño donde posiblemente sintetizaban el
virus. Habías algunas probetas rotas en el suelo y un líquido pegajoso como la
savia cubriendo buena parte de la habitación.
En los escritorios había varios cuadernos
de notas desperdigados, y le pedí al Descuartizador que verificara los mismos a
ver si podía encontrar algo de interés. Mientras yo verificaba el papel que
tenía la doctora…
Esos documentos que recuperamos en la base
se perdieron en la selva, cuando todo el Apocalipsis estallo y nos vimos
rodeados por miles de criaturas a donde fuéramos era más importante salvar
nuestras vidas y tuvimos que abandonar muchos campamentos al ser superados.
En la nota recuerdo varias cosas con
detalle y otras superficiales. Aquella mujer la había escrito con la esperanza
que algún día alguien se la leyera a su esposo al que se le había dicho que
estaba muerta…
Ella era parte de un personal selecto al
que se le desapareció para una investigación especial, sospechaba que no era el
gobierno quien mantenía la base, pero no tenía pruebas de ello. Y la razón por
la que no había intentado de escapar eran varias… Primero porque a los que lo
intentaban los mataban y luego eran usados como pacientes y ella no quería ser
una más de esas cosas, y segundo porque con vida era más útil intentando de
conseguir una cura o vacuna contra aquel virus para proteger a su familia
aunque nunca supieran que ella seguía con vida.
Su nota era demasiado triste… No puedo
negarlo, pero aquello de que sospechaba que la base no la mantenía me había
dado una mala espina… A nosotros nos había mandado el gobierno a buscarlos…
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